Parte III

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Los siguientes ensayos se dedicaron pura y exclusivamente a la gira que los esperaba en unos meses, con montones de versiones nuevas, más acústicas que otras cosas, y una planificación que le había resultado agotante.

Pero no es que le agotara el hecho de ensayar, ni de estar pensando en que estaría unos tres meses fuera de casa, al contrario, eso siempre había sido uno de los motivos por lo que seguía de pie. El gran problema, era que Brian, desde aquella noche no dejaba de llevar a su novia — que cada día le resultaba más insoportable — a cada maldito ensayo.

Y es que realmente hubiera preferido que le pegara o le gritara una cantidad angustiosa de insultos luego de ese beso — "que diablos, tío, ni siquiera había sido un beso real" —, porque había llegado al punto de no soportar el cambio de actitud del mayor con él, ni la cantidad de horas que sobrepasaba lo normal que estaba con esa rubia platinada y mal teñida — "porque vamos, el mío al menos es natural"—.

Incluso Freddie había preguntado que demonios había pasado entre ellos dos, porque si bien no existia una tensión latente entre ellos, el hecho de que el rizado ni siquiera lo mirara cuando grababan los coros ellos dos solos o lo acompañaba marcando el tempo con su batería, resultaba bastante extraño y preocupante.

"Que es obvio que no quieren hablar sobre el tema" había escuchado decir a John en el descanso que se habían tomado de la práctica. Y le hubiera gustado darle la razón sobre eso, pero es que ni siquiera sabía cuál era el tema del que debían hablar.

Brian ni siquiera daba indicios de acordarse de aquel beso, y Roger tampoco podía hablarle ni intentar adivinarlo porque estaba todo el día pegado a esa Clara — "Y maldición, estuve tanto tiempo con ella en la misma sala que me aprendí hasta el nombre"—, que le resultaba imposible intercambiar más de dos palabras.

Y es que Roger estaba comenzando a entrar en crisis. Realmente extrañaba hablar con su mejor amigo y realmente necesitaba que su novia desaparezca al menos dos minutos.

Y no es que él se considerara como alguien extremista o histérico — "porque vamos, la drama queen de la banda es Freddie y aunque quisiera robarle el lugar no me dejaría"—, pero había llegado al punto de cúlmine por segunda vez y estaba al borde de estallar.

Así que simplemente una tarde en medio del ensayo, luego de haberle repetido por quinta vez una pregunta al mayor sin obtener respuesta de él y en su lugar haberla recibido de su novia con voz chillona, se hartó y dejó el lugar dando un portazo.

Entonces, se encontró en un bar, en medio de la tarde con Mercury sentado a su lado mirándolo con miedo — "Y vamos Farrokh, si el que tiene tendencias depresivas no soy yo"—.

El asunto de desbandó un poco —tan  solo un poco— cuando luego de media hora de dudar en confesarle todo al de ropas extravagantes— "Que no sé qué va a pensar si le digo que Brian causaba suficientes sentimientos en mí como para estar a punto de clavarle un palillo en el ojo a la flaca esquelética"—, el mencionado comenzó a reír como histérico y tan solo le dijo "Anda tío, que no soy imbécil, ¿desde cuándo estás llorando por Brian?".

Y es que, entre todas las cosas que podía esperar que le dijera, lo que menos esperaba es que hubiera notado absolutamente todo, por que sí, esperaba que hubiera notado que entre ellos existía cierta tensión sexual, al menos por su parte, pero que Freddie había hasta notado que lo miraba  con "ojitos azules y soñadores".

Y que sí, que Freddie sabe siempre todo, pero a veces comenzaba a asustarlo — y es que, tío, ni que tuvieras una bola de cristal—.

Así que simplemente lo miró y se dispuso a contarle la historia desde el principio — "Y joder Roger, que ya sé como se conocieron"—, evitando los detalles jugosos como había dicho Mercury. Pero cuando comenzó a llegar al final de la historia, fue cuando por fin se dió cuenta que Brian tenía novia— y joder, que ya lo sabía—, pero que nunca se había dado cuenta que sus novias no duraban más de tres semanas, y a Clara la estaba viendo hace más de tres meses — y por Dios, que hasta la llevaba a los ensayos—.

"Pero tío, que no van a durar mucho más, si la rubia es más insoportable que tú cuando estás sin follar más de dos meses", y aunque quiso reír ante las palabras de Bulsara, no solo sintió un sumo de preocupación porque la relación de May se había alargado más de lo que incluso él pensaba, si no que se dió cuenta que evidentemente no follaba desde que había sentido aquel algo por primera vez hace unos seis meses — y coño, Dios sabía que necesitaba un buen polvo—.

Y si el asunto se había desbandado un poco cuando le confesó a Freddie lo que sucedía — "Bueno, mejor dicho cuando Mercury averiguó casi por sus propios medios lo que pasaba"— terminó yendose a la mismísima mierda en la fiesta del primer concierto.

Qué vamos, durante el concierto intentó mirarlo en lo más mínimo, pero al parecer la abstinencia de prestarle atención y de verlo actuando con aquella adrenalina le jugó en contra y se encontró observándolo fijamente entre canción y canción.

Y es que no hubiera sido nada malo si no fuera porque el rizado, luego de la actuación de Fat Bottomed Girls, lo miró como hacía antes y le sonrió mientras revolvía su cabello y le guiñaba el ojo. Y que, anda, Roger, que no es nada y no te puedes poner así por solo un guiño, pero joder, que hace tanto que no tenía contacto con el mayor — ni siquiera visual—, que se había sentido como si se le hubiera confesado ahí mismo.

Por eso, cuando volvieron a los camarines y estaba Clara en ellos esperándolo con una sonrisa, ni siquiera se sintió tan mal, porque aún podía sentir la mirada penetrante del de ojos avellana siguiéndolo hasta el cuarto de baño — "Que no, Taylor, que no eran imaginaciones tuyas, hasta yo lo noté" había dicho Mercury—.

Entonces, cuando estaba en medio de la noche, con las luces revolviendo todo alrededor y la música aturdiéndole lo odios, luego del cuarto vaso de vodka — "¿O era el quinto?"—, lo vió parado en una esquina con la espalda contra la pared, un cigarrillo bailando en sus dedos y la camisa a medio abrir, no pudo evitar acercarse a él.

"Qué te ves muy sensual", "Qué qué coño dices?" y que "Joder Roger, te acuerdas de ese beso o solo es una alucinación mía?" y un punto de quiebre que el rubio no podría volver a cerrar.

Porque no sabía si Brian estaba muy ebrio o no era consciente que su novia estaba en el baño a unos cuantos metros y podría volver en cualquier momento, pero luego de la mirada avergonzada de Roger y el asentimiento de cabeza con las mejillas coloradas luego de la pregunta de fuego — "Que como demonios me iba a olvidar de ese beso si pensé que nos habíamos alejado por eso"— Brian se abalanzó sobre el tomándolo del cuello y estampandolo contra su boca.

Y que si el beso anterior había sido torpe, este había sido bruto — y doloroso, "que me rompiste el labio, joder"—. Fue un golpe de labios que fue tan brusco que casi lo hace caer.

Pero esta vez no se alejó, y el rizado tampoco, si no que comenzó a moverse los labios de manera desesperada. Y Dios, no se acordaba de ningún otro beso que le haya sentado tan bien. El mayor lo tomaba por la nuca y movía su lengua de manera casi profesional, y podía sentir todo el sabor a tabaco — "¿De caramelo? ¿En serio Brian?"— y a alcohol caro.

Y ni siquiera se dió cuenta pero el beso estaba durando más de los siquiera había imaginado y su cuerpo ya estaba pegado contra la pared, apresado por el del de pelo rizado mientras pasaba sus manos por toda su espalda.

Y joder, que tener a Brian así, besándolo como si su novia no estuviera en el baño del frente, resultaba extremadamente perfecto.

Y joder, es que Brian resultaba jodidamente perfecto.

Attraction [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora