Attraction [Maylor]

Parte VI

Estaba cabreado. Realmente estaba cabreado.

Había pasado ya casi una hora y media de la pseudo discusión con May, y seguía sin poder controlar ese enojo que se le había instalado en pecho.

Y es que, él hubiera soportado cualquier broma de parte de su mejor amigo— "y qué va, que ya ni siquiera sé si es mi amigo" —, pero el hecho de que aquella rubia — "mal teñida e insoportable, por cierto"— se haya mofado de él como si tuviera la confianza necesaria, le jodía.

Pero es que joder, que viene a opinar de su vida sexual cuando hace tan sólo unas semanas estaba follándose a su novio, en su casa y en su sillón.

Por eso, cuando Mercury lo llamó a los gritos pidiéndole que regrese al estudio — "Y que si mañana no vienes, no te tocarán más los huevos porque me encargaré yo misma en persona de cortartelos"— ni siquiera le contestó y colgó antes de que pudiera seguir hablando.

Y que va, que sabía que iba a empeorar todo  con aquella acción, pero que estaba cabreado y ver a Brian sonriendo luego del comentario de su — "Inútil e imbecil"— novia, le provocó una ola de furia que se dispersó por todo su cuerpo, haciéndolo actuar sin siquiera pensar más de dos segundos lo que hacía o decía.

Además, no solo había sentido una oleada de furia, si no que también había sentido un algo, pero un algo diferente al que había sentido siempre por Brian — y joder, que aquel algo de calentura también lo había sentido, o al menos un poco—.

Fue simplemente una sensación de malestar en la boca del estómago que había hecho acto de presencia como un nudo, y que le subió hasta la garganta generándole ganas de llorar — o de gritar y echar en ese instante de la habitación a la rubia mal teñida—.

Y es que no entendía por qué, después de estar meses compartiendo casi todos los ensayos con ella y viendo cómo mimoseaba a Brian de manera insufrible, nunca había sentido con tanta intensidad ese algo.

Porque tío, lo había sentido antes, pero nunca había tenido tantas ganas de que aquella rubia desaparezca del mapa. Y es que no fue solo por el comentario, si no que el hecho de que el comentario haya sido sobre la falta de su vida sexual, indicaba que ellos tenían una vida sexual muy activa.

Y joder, que no podía imaginarse a Brian follando con otra persona.

Esa noche se quedó tomando whisky y durmiendo entrada la madrugada, mientras las lágrimas caían de sus ojos por la frustración.

Al otro día se despertó por los constantes golpes en la puerta de Freddie y quiso insultarlo — "joder tío, que me he dormido tarde"—, pero a penas la abrió, la cara de enojó del mayor cambio repentinamente a una de culpa y preocupación.

"Qué demonios te ha pasado que tienes los ojos tan hinchados" y una charla que terminaría llegando al punto de "Joder, que estás tan celoso que ahora necesitas ponerle nombre al sentimiento".

Y que va, que sabía que ese algo tenía que ver con los celos, pero que no sabía que podía llegar a sentir tantos.

Porque había visto a Brian infinidades de veces con infinidades de muchachas y nunca había sentido absolutamente nada — "Si, y también lo habías visto desnudo y nunca se te había puesto dura"—, y si bien sabía que esto era diferente, la incomodidad de reconocerse como celoso lo estaba matando.

Y es que nadie es mejor que Roger Taylor, por lo que no puede estar celoso de nadie.

Esa tarde se encaminó temprano con Bulsara a los estudios — "Qué va Roggie, que tengo que hacer algo y no te quejes de ir temprano que ayer nos dejaste cuando a ti se te cantaron los huevos"— y aprovecho para armarse de valor para verle la jodida cara a Brian y a Clara.