"Quedamos en la tarde, entonces?" Su voz se escuchó como ajena y una carcajada tonta salió de los labios de la rubia que asintió con la cabeza y se inclinó hacia el para depositarle un beso en los labios.
Habían pasado casi cinco meses de su ruptura con Brian — "O más bien desde que dejamos de follar"—, y hace dos que había comenzado a salir de nuevo con Dominique.
No es que fuera su novia o estuviera en algo completamente serio con ella, pero se había dado cuenta que desde que habían comenzado a verse de nuevo, la rubia insistía en verlo al menos seis de los siete días de la semana.
Y joder, no es que aquella rubia no le gustara, pero que había vuelto a hablarle solo para entretenerse con algo y no estar pensado todo el día en que aún le dolía el desenlace que había tenido su historia con Brian.
Y sobre Brian...
Joder, que habían dejado de verse los dos primeros meses gracias a que habían suspendido los ensayos por la bendita luna de miel de Deacon — "Que va tío, que con esas minis vacaciones haces más por mi que cualquier otro"—.
Y que si bien lo había extrañado horrores, le había servido para dejar la cabeza fría e ignorar algunos sentimientos que aún rondaban por ahí.
Así que simplemente las primeras semanas con el corazón completamente roto, se dedicó a estar en su departamento con Freddie — que valga la redundancia estaba igual o peor que él — viendo películas y saliendo de fiestas casi todos los días.
Sin embargo, aquella vida casi alocada no era algo que pudieran mantener por siempre, así que al principio del tercer mes Freddie lo había mirado seriamente y había dejado escapar un "Joder Roggie, que deberías llamar a Dominique porque hasta aquí siento tu falta de actividad sexual" seguida de una carcajada que lo había dejado pensando seriamente.
Y no es que la idea lo hubiera entusiasmado desde el principio, porque hostia, que todavía no estaba preparado sentimentalmente para volverse a ver con nadie, pero que realmente al pasar de los días se dió cuenta que sí definitivamente necesitaba estar con alguien.
Al menos un rato.
Y por eso la llamó a aquella que en un tiempo había sido su novia y con la que había terminado por cuestión de desgaste de la relación.
Al primer timbrazo ya estaban en un bar tomando una cerveza y a las horas en el departamento de la muchacha sin ropa y disfrutando de una noche de sexo como no la tenía hace un buen tiempo.
Una noche sin Brian.
Y joder, que le hubiera encantado decir que la paso de maravilla y que realmente quería volver a verla, pero que si bien si lo había disfrutado, en el fondo sabía que no lo había disfrutado del todo.
Y es que la piel tersa y los gemidos agudos y constantes de la francesa le resultaban exitantes, pero contrastaba tanto con la piel áspera y la respiración agitada y sin sonido de May, que comenzaba a incomodarlo un poco — "Joder, que me encantaría que se calle un rato"—.
Sin embargo, las noches con ella eran buenas.
Simplemente buenas, no muy exitantes ni alocadas, ni muy divertidas, simplemente noches con compañía. Buenas.
Así que por esa razón decidió que debía seguir viéndola, ignorando esa sensación casi de angustia que se le instalaba en el pecho cuando se despertaba al otro día con un poquito de resaca, esperando ver un montón de rulos oscuros a su lado y llevándose la decepción de ver una cabellera demasiado lacia y amarilla sobre su pecho.
Y joder, que a veces se sentía mal por querer cambiar a Dominique por Brian a pesar de toda la mierda que había pasado, pero es que simplemente aquella muchacha no le provocaba lo que May si.
De cualquier manera, entre extrañar a Brian acompañado de alguien, que extrañarlo estando completamente solo, prefería definitivamente la primer opción.
Así que entre cita y cita, sin darse cuenta habían llegado al tercer mes de seguir viéndose y follar. Y aunque sabía que la francesa quería algo más — "Y hostia, que casi todos los días me pregunta que diablos somos"—, todavía no se animaba a dar el gran paso.
Y es que el hecho de tener que presentarla como novia frente a los chicos — 'Y a quien quiero engañar, frente a Brian"— todavía lo cohibía un poco.
Por eso, cuando la rubia se fue de su departamento dejándolo solo en la puerta, suspiró tan fuerte que podía escuchar a Freddie en su cabeza diciendo algo así como "Oye Roger, que suspiras tanto que hasta pareces enamorado".
Y es que estaba cansado. Y que era un sentimiento que últimamente lo acompañaba a todos lados, pero que ya no sabía cómo hacer para dejar de estarlo.
Sobre todo porque en los ensayos, a pesar de tener una relación medianamente coherente con May — "Si es que coherente significa solo saludar con un 'que tal' al que fue el amor de mi vida"—, estaba tan estresado que no siquiera podía seguir el ritmo de dos canciones a la vez.
Así que esa noche, cuando llegó al ensayo, ni siquiera se digno a saludar a Freddie – "Y perdón Bulsara, que estoy muy estresado como para hablar"—, y se dedicó a buscar algún teléfono para decirle a Dominique que esa noche quería dormir solo y que por favor no se acercara a su departamento.
El problema fue que en las tres veces que llamo mientras estaba en la sala, en ningún momento escuchó que la rubia atendiera el teléfono — "Y por un demonio, que no la quiero echar de mi casa y quedar como un puto descortés"—.
Y joder, que no quería volver a agarrar el teléfono una vez más porque entre los chistes de John sobre a cuál de sus novias llamaba — "Oye Roggie, que tienes novia y no nos has contado?" — y las sonrisas cómplices de Freddie, comenzaba a fastidiarse.
Sobre todo porque ninguno sabía que había comenzado a verse con Dominique, y sobre todo porque sentía la mirada de Brian sobre su espalda y comenzaba a incomodarlo.
Por eso, casi le da un ataque cuando a la hora de finalización, mientras guardaba sus instrumentos y se terminaba de arreglar, escuchó como golpeaban la puerta y la voz de Freddie recibiendo a alguien a los gritos como un "Querida, qué gusto verte".
Por un demonio, que todo parecía ir cada vez peor en su día.
Porque a penas levantó la vista vio a la rubia francesa muy feliz acercándose a él y diciendo en voz demasiado chillona "Amor, que quería darte una sorpresa".
Y joder, que realmente lo había sorprendido.
Porque cuando sonrió forzosamente — "Y coño, que si no lo notas andas tonta"— y le dió un pico incómodo en los labios, casi se desmaya de la impresión al escuchar a Brian decir no muy serenamente "Ah, que la francesa era con la que andabas, que te gusta reciclar".
Y joder, joder, joder.
Que quería que lo trague la tierra.
O al menos que la trague a Dominique.
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Attraction [Maylor]
FanfictionSi Roger Taylor tuviera que decir cuando había comenzado a sentirse atraído a Brian May, simplemente no sabría que contestar. Maylor seriado ✨