Attraction [Maylor]

Parte XII

Cuando llegó el miércoles de la tercera semana y aún seguía sin tener ninguna noticia de Brian —"Jodido e infeliz"— May, decidió que era el momento de acercarse a su casa.

Y es que no lo hubiera hecho en otra situación, porque conocía tanto a Brian que sabía que era probable que se enfade y le cierre la puerta en la cara por ir sin avisar, pero en aquella situación era casi una necesidad verlo — "Y vamos tío, que es una necesidad para mí estado de ánimo y para mí frustración sexual"—.

Así que simplemente, luego de pasarse toda la noche del martes meditándolo, el miércoles a la mañana se levantó, se bañó, se perfumó y salió de su casa sin más.

Sentía que los nervios lo consumían por dentro — "Coño tío, que solo es May"—, pero a pesar de que varias veces paró su trayecto pensando en volver a su departamento a llorar — "Y encima llorar solo porque el gilipollas de Freddie no me quiere ni ver"—, llegó frente a la puerta y tocó el timbre en un tirón de adrenalina.

Al principio pensó en salir corriendo — "Y joder tío, que no es mala idea"—, pero cuando estaba por hacerlo, la puerta del departamento se abrió, y la cara adormilada y confusa de Brian lo recibió con un gesto de disgusto.

Un "qué coño haces aquí?" y un "Así me recibes?" antes de empujarlo en invadir su casa sin esperar invitación.

Podía sentir el malestar de Brian a penas entró y una sonrisa se le escapó de los labios al recordar que su primera vez con el mayor había sido el sillón que estaba en medio de la sala y que ahora se encontraba lleno de ropa que podía reconocer como la que había usado en la gira.

Se había sumido tanto en sus pensamientos que ni siquiera había notado que Brian seguía parado en la puerta con cara de enojo y que estaba diciendo quién sabe que cosas sobre respetar la privacidad y sobre que faltaba tan solo una semana para verse y que podría haber esperado un poco más.

Así que cuando ya no soportó más la cataratas de estupideces — "Y perdón tío, es que eres un imbécil cuando quieres"— se acercó a él y le plantó un beso en los labios sacando un descaro que ni siquiera se acordaba que tenía — "Y es que me has robado tanto la dignidad que ya no sé si sigo siendo yo mismo"—.

Brian reaccionó mal y eso lo hizo rodar tanto los ojos que parecía que se le iban a quedar blancos. "Anda tío, vine a ver cómo estabas tan solo un rato, que tú no me extrañabas?"

Y Brian  negando con la cabeza — "Joder, que hasta Freddie tiene más tacto que tu"—, conjunto a una respuesta del más alto que hizo que soltara una carcajada tan sarcástica como fuerte, ganándose una represalia y una mano sobre su boca instandolo a callarse.

Y es que el mayor había tenido el descaro de decirle "No Roger, no vivo por ti ni te extrañaba, y podrías haber llamado para ver si me encontraba solo antes de venir".

"Qué te he estado llamando toda la puta semana, cabrón" y Brian encogiéndose de hombros para pedirle de mala gana que se callara porque Clara estaba durmiendo en la habitación — "Por el amor de Dios, Roger, cierra la puta boca que Clara está durmiendo"—.

Y podrían haber seguido discutiendo de no ser que estaba tan enojado que aquella situación le generaba adrenalina — "Y joder, que la adrenalina me pone caliente"—.

Así que simplemente ignoró el hecho de que estaban en la sala y que contiguo a ellos estaba la novia del más alto durmiendo y se abalanzó una vez más sobre Brian succionando sus labios y jugando con su lengua de una manera tan obscena que hasta le parecía demasiado a él.

"Joder Roger, aquí no" y sus palabras le resbalaron tanto que empujó al mayor con fuerza, obligándolo a sentarse en el sillón.

Y es que, coño, que no lo veía hace tanto que era capaz de encadenarlo al sofá con tal de que se calle un rato y disfrutar de su pseudo compañía. Atacó sus labios sin medir consecuencias y si bien el rizado quiso evitarlo cuando se sentó en sus piernas y comenzó a mover suavemente las caderas, las manos del mayor lo agarraron con tanta fuerza que sabía que había conseguido lo que quería — "Hostia, May, deja de hacerte desear"—.