Parte XVII

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La risa de Dominique retumbó en el estudio.

Por unos segundos el corazón se la había paralizado y había sentido que todo el aire de los pulmones había sido drenado. El comentario del de rulos había acabado con la nula cordura que me quedaba en ese momento y si todavía los demás no habían notado que en el ingreso de la rubia había comenzado a temblar, estaba seguro que ahora lo obligarían a hacerse una revisión con un médico por síntomas del Parkinson.

Y es que, si bien no le interesaba en lo más mínimo que May reaccione sobre exagerado al enterarse de su nueva relación — "Aunque tío, esos son celos o es idea mía?"— no estaba dispuesto a dejar pasar a Dominique por una situación en la que pudiera salir lastimada — "Qué va, que no la amo pero tampoco para dejarla arrollar por un comepollas de primera como lo es Brian cuando el gusanito de la ira lo pica"—.

Por eso, en cuanto escuchó a Brian y sus comentarios mordaces el aire escapó de sus pulmones y quedó descolocado sin saber muy bien que decir — "o más bien sin saber que decir que no sea una puteada que lo pondría en su lugar" — aún con la sensación de ira llenando su cuerpo.

Sin embargo, por primera vez en su corta vida — "Que tengo 27 pero que este cabrón y las fiestas de Freddie hacen que parezca que viví 58" — algún Dios o entidad suprema pareció escuchar sus plegarias y dejó que la situación se desenrede a manos de otra persona.

Y fue ahí cuando Dominique se rió y pasó de él para abrazar a Brian por la cintura con un cariño casi apabullante.

Y joder, que el cerebro se le trabó unos minutos hasta que se acomodaron las fichas de un sopetón en su cabeza.

Que en su primer noviazgo — "Hostia, que este es el segundo?"— Brian y Dominique solían estar juntos todo el rato y ser casi mejores amigos.

Y que en su ruptura con la francesa habían habido gritos que podían despertar a un muerto — "Bueno, a un muerto pero no a Deacy cuando duerme, porque discutimos en su departamento y no se inmutó"— y entre ellos podía recordar vagamente una especie de parloteada que involucró a Brian y a unos celos insufribles de su parte — "Algo así como un 'que te la pasas con él y a mi con suerte me follas' "—.

Y que va, que él nunca fue muy ávido para las relaciones humanas y que siempre pensaba con la polla, pero casi cinco años después de haber cortado y teniendo a los dos en la misma sala después de haber estado con los dos — "O al menos después de haber follado con los dos"—, las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar.

Que siempre pensó que Dominique estaba celosa porque quería estar con Brian.

Y como si la escena pasara en cámara lenta frente a sus ojos, con el cerebro trabajando más rápido que su cuerpo, intento hacer algo más que quedarse ahí mirando como compartían palabras sin si quiera moverse.

Que sí, que prefería que lo del de rulos y sus comentarios mordaces solo fueran chiste — "Aunque, tío, que si quiere estar celoso tampoco me quejo" —, pero que se comporten como mejores amigos, lo desesperaba — "Qué va, que mi mamá siempre ha dicho que Dios te da una de cal y una de arena, pero que a mi me da una de cal y veinticinco de arena"—.

O más bien lo desencabaja.

Cuando quiso darse cuenta de que había quedado perdido en sus pensamientos de encajar y desencajar factores y situaciones, sonrió forzadamente ante la mirada penetrante del de rulos y la mirada curiosa de Dominique, supo que algo estaba mal; sobre todo porque el metido y sátiro de Bulsara lo miraba divertido y John lo miraba como si estuviera esperando algo de él — "Y joder, pueden dejar de mirarme un rato"—.

Por eso, cuando escucho a la francesa preguntar con mucha euforia mezclada con curiosidad "Y Roggie, que opinas?" supo que se había perdido de parte de la charla que no solo lo involucraba a él, si no que parecía importante — "Y también parece que me va a cagar la tranquilidad"—.

Así que rápidamente busco que opciones tenía y quedó solo con dos, preguntar de qué hablaban y decidir qué hacer o aceptar lo que fuera que le estaban proponiendo.

Y que sí, que ya sabe que la primera opción era la mejor, pero que era Roger Taylor, y si hay algo que es Roger Taylor era un impulsivo de nacimiento.

Por lo que sonrió con falsa modestia y dejo escapar un "Pero claro, amor".

Y la risa de Freddie estalló por todo el estudio.

"Qué bien Roggie, mañana irán a una cita doble, si me consigo algún amor del momento, puedo ir yo también?"

Y palideció.

Joder, que se seguía metiendo en situaciones horrendas porque era un gilipollas.

Y joder, que sabia que prefería tener paz en el estudio entre su novia y Brian pero que tampoco quería esto.

Qué va, una de cal y mil de arena.

Y, joder, que ojalá la arena cayera sobre él y lo sepultara en ese mismo momento.

Attraction [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora