I'll find you » Shawn Mendes©

Capítulo 19

XIX: Culpable

Después de haber regresado de Woodside las cosas se habían puesto tensas, había algo que me decía que todo empezaría a marchar mal y en mi contra, o más bien, nuestra contra, contando a Shawn y las personas que lo querríamos de regreso de las tinieblas. Podía sentir como si alguien me observara a cualquier parte que fuera, tal vez estaba siendo demasiado paranoica, tal vez no, pero después de la llamada que tuve con la persona desconocida que me amenazaba no había dormido ni un minuto, mis ojos se encontraban abiertos las veinticuatro horas del día, y aunque mi cuerpo me imploraba por un descanso, mi mente solo me torturaba y me obligaba a mantenerme despierta y a la defensiva en caso de cualquier emergencia que surgiera.

No recordaba lo que se sentía dormir por horas con tranquilidad, desde la primera noche en que esa cámara estuvo en mis manos, después de leer la carta de Shawn demostrando todo su sufrimiento y sed de venganza, conciliar el sueño se había vuelto una tarea muy difícil para mí; me preguntaba si Cameron también se sentía de la misma manera que yo, no lo dudaba, probablemente él se sentía todavía peor de lo que yo, Shawn era su mejor amigo, convivían seguido y se querían mutuamente, ambos se importaban, en cambio yo, era una total desconocida para el chico desaparecido y el también lo era para mí, ¿por qué me interesaba tanto? no lo sabía.

Porque la curiosidad que me había llevado hasta ese punto había dejado de ser solo eso, se había convertido en algo más, no era algo que pudiera describir con palabras, tampoco sabía si podía hacerlo con acciones, pero estaba segura que no solo trataba de encontrar a Shawn Mendes por creerme una detective o tal vez policía, se había vuelto una necesidad el querer saber de él y saber que estaba bien, verlo y poderle decir que todo mi esfuerzo no fue en vano en cuanto lo tuviera de frente, pero sentía que ese día tardaría una eternidad en llegar y yo no podría soportar tanto antes de volverme loca.

— Riley —Escuchar como decían mi nombre y unos leves toques en mi hombro me hicieron despegar la vista del suelo, miré a mi lado derecho y Tyler me observaba con el ceño fruncido, su mano se había colocado sobre mi hombro y la mantuvo así mientras caminábamos hacia los comedores del instituto.— ¿Estás bien? te noto demasiado distraída. Más de lo normal.

— Estoy bien —Confirmé, pero más que una respuesta parecía que estaba tratando de convencerme a mí misma que en realidad estaba bien. Tyler alzó una ceja y me miró inseguro de lo que contesté por la manera en que lo hice.— Te lo aseguro, sólo que últimamente me desvelo mucho.

Al menos en esa parte no mentía. Tyler se adelantó a comprar nuestros almuerzos y yo me dirigí a mi casillero para guardar los libros que no necesitaría más ese día. En el corto trayecto desde la entrada a la cafetería y mi casillero no podía dejar de pensar en el plan que había pensado días atrás, debía de conseguir la cámara que supuestamente estaba en posesión de Lara Jones, lo intenté por las buenas, pero la chica ignoró mis mensajes y llamadas, jamás había pensado que de mi boca saldrían aquellas palabras de maleante: Prepárate para ser robada, Jones.

Mientras pensaba cuidadosamente como haría el robo en el departamento y como conseguiría la dirección, ya que Cameron no querría dármela después del alocado plan que le conté, algo raro se atravesó con mi campo de visión, logrando que mi primera reacción fuera esconderme detrás del bote de basura a un lado de la pared. Me quejé en silencio cuando mis rodillas desnudas impactaron con el suelo frío, los libros entre mis brazos casi se zafan de mi agarre por el brusco movimiento que acababa de realizar, pero los sostuve fuerte y presioné los labios con fuerza para evitar hacer algún ruido.

Había alguien tratando de abrir mi casillero, no podía decir de quien se trataba, la persona llevaba una gran chaqueta de cuero negra y una  capucha que le cubría todo el perfil; por la ropa suelta ni siquiera podía distinguir si era hombre o mujer, maldije en voz baja y trataba de observar más a detalle sin ser vista, lo cual era algo difícil de lograr, pues tenía que asomarme por un lado del sucio bote de plástico frente a mí y eso solo podía lograr que la persona tratando de abrir mi candado se diera cuenta de que la estaba espiando, pero quería saber quién era y además, ese era mi casillero.