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Capítulo 32

XXXII: Celoso

04 de Julio, 2018.

Respiré hondo sintiendo el aroma del perfume de Kelsey entrando por mi nariz, mis brazos la rodeaban mientras que nos encontrábamos escondidos en una de las habitaciones de la grande casa de sus padres, llevábamos buen tiempo alejados de todos a nuestro alrededor y nadie parecía notar nuestra ausencia, probablemente por el mar de gente que inundaba la gran vivienda esa noche, gracias a la enorme fiesta que la familia de la morena había decidido hacer por la inauguración de uno de sus nuevos hoteles en el centro de la ciudad.

— Me vestiré —Me informó alejándose de mí, arrastrando su cuerpo a la orilla del colchón, normalmente solía detenerla, pero no quería levantar sospechas, lo mejor era que volviéramos al festejo cuanto antes.— tú también deberías hacerlo.

Asentí sin ganas y busqué mi ropa interior debajo de la sábanas, luego de palmear por unos segundos mis dedos encontraron mi bóxer y me lo coloqué en cuestión de segundos, viendo como Kelsey buscaba sus prendas en el suelo, cubriendo su cuerpo con una toalla.

— ¿Cuándo se lo dirás a Lara? —La morocha preguntó sin voltearme a ver, seguía en lo suyo, recogiendo sus prendas y poniéndolas sobre su cuerpo.

— Aún no —Respondí sin complicaciones, no pensaba decirle a Lara en tan poco tiempo, necesitaba más días o incluso semanas para poder hacerlo, no quería lastimarla y terminar nuestra relación seguramente lo haría. Vi como Kelsey rodó los ojos y entonces ataqué de la misma manera:— ¿cuándo se lo dirás a Fred?

Antes de que Kelsey pudiera contestar a mi pregunta la perilla de la puerta comenzó a moverse tratando de girarla por completo, y seguido de esto los gritos de Fred llamando a su novia. Miré alarmado a la morena que aún se encontraba en ropa interior, al igual que yo y de inmediato comenzamos a buscar un lugar en donde esconderme, nunca antes habíamos pasado por esa situación, solíamos vernos y despedirnos sin ningún tipo de problema, por lo cual estaba tan nervioso de ser descubierto, no quería más problemas de los que ya tenía.

Me metí debajo de la cama al no ver otro lugar que pudiera esconder por completo mi cuerpo, y Kelsey se dirigió a abrir con una toalla envuelta en su cuerpo. Luego de unos segundos, ambos chicos se colocaron frente a la cama y comenzaron a conversar como cualquier pareja normal lo haría, hasta que Fred notó algo raro.

— No entiendo porque quisiste bañarte en medio del evento —Le dijo queriendo reír, Kelsey también trataba de soltar risas, pero se notaba lo forzadas que eran.— pero aún tienes maquillaje... y ¿por qué no estás mojada?

Kelsey, eres pésima mintiendo.

— Oh, es que...

Kelsey se quedó callada y Fred también guardó silencio, debió ponerse nerviosa y ahora no sabe que mentira inventar, maldije internamente y traté de pensar en alguna manera de ayudarla, pero tratando de evitar ser visto debajo de una cama no había forma de poder hacerlo, simplemente debía de quedarme callado y esperar a que ella lo solucionara sola, lo único que quería era que el rubio se fuera y poder salir de mi reducido escondite.

Mis ojos se abrieron muy amplios al darme cuenta de un detalle al que no habíamos prestado atención, a unos cuantos centímetros del zapato de Fred, justo la lado de la sábana que colgaba de la cama estaba el condón que habíamos utilizado minutos atrás. Presioné las manos en puños y pensé en alguna manera de hacer una seña para la morena, pero corría el riesgo de ser visto por Fred.

— ¿Por qué hay un condón usado en el suelo de tu habitación? —El rubio preguntó, no podía ver su rostro, pero estaba seguro de que estaba enojado, su voz había cambiado drásticamente de un momento a otro.