I'll find you » Shawn Mendes©

Capítulo 30

XXX: Piedra, papel o tijera

29 de Junio, 2018.

— ¡No quiero verte! —Lara exclamó fuertemente antes de cerrar la puerta de su casa frente a mi cara, retrocedí al sentir muy cerca el golpe en mi nariz y luego de eso escuché sus pasos alejándose.

Era la cuarta vez que peleábamos en ese mes, las cosas no marchaban tan bien como al inicio de nuestro noviazgo, solíamos ser risas y amor, pero con el paso del tiempo nos convertimos en peleas e inseguridad, la confianza había bajado en la relación, y no por mi parte, Lara era quién hacía las cosas difíciles; confiaba plenamente en ella, sabía que no debía preocuparme por la estadía de algún otro chico en su corazón, estaba seguro de que era el único, ¿por qué ella no podía entender que todo mi amor le pertenecía?

Las chicas siempre son demasiado complicadas, por ejemplo, Lara acababa de decirme que no quería verme, pero sabía que en realidad quería que le rogara un tiempo detrás de la puerta hasta que ella decidiera abrirme, sin embargo no lo haría, estaba cansado, a pesar de que era Sábado había trabajado todo el día como un esclavo, tan sólo quería estar con mi novia y dormirme en sus brazos, desgraciadamente estaba enojada conmigo por algo malo que cometí, de lo que aún no estaba enterado, lo repito... mujeres.

Resignado y sin ánimos pedí un taxi para regresar a mi apartamento en uno de los edificios del centro de la ciudad, se preguntarán ¿cómo conseguiste vivir ahí después de todo lo qué pasó? mi respuesta era solo una y era muy simple, Kelsey; esa chica no me abandonó en ningún momento, tal y como ella lo dijo, gracias a que su familia estaba en una muy buena posición económica convencer a su padre de ayudarme con un "poco" de dinero no fue difícil, al principio aceptar su ayuda fue algo complicado, lo que mis padres me habían inculcado desde pequeño no me permitía hacerlo, pero al final cedí ante las insistencias de la morena, porque realmente necesitaba salir de esa situación.

No sólo había recibido ayuda con la paga de mi apartamento, sino que también la familia de Kelsey decidió pagar mis últimos dos semestres en la universidad, era difícil de creer, pero era verdad, no entendía porque lo hacían. Trabajaba duro para poder pagarles cada centavo que habían invertido en mí, además de dar clases de música (usando mi apartamento como nuevo local) había empezado a trabajar como cuidador de perros, lo sé, tal vez sonaba estúpido, pero no tenía muchas alternativas, sacar a pasear a las mascotas de otras personas y recoger sus excrementos con mi mano cubierta por una bolsa de plástico no era tan difícil, aunque me agotaba trabajar de Lunes a Domingo no me permitía tener un día libre.

Al llegar a mi apartamento me despojé de toda la ropa y me tiré sobre el sofá solo con mi bóxer puesto, sentí como mi cuerpo se relajaba con rapidez y cerré los ojos esperando quedarme dormido un rato, después buscaría algo de comer en mi refrigerador, pero mi intento de siesta fue interrumpido al escuchar como algo caía al suelo y se quebraba, el sonido parecía venir de mi habitación. Me enderecé en mi lugar y abrí los ojos ampliamente con miedo, ¿alguien estaba dentro de mi casa? la última vez que eso sucedió las cosas no marcharon bien y terminé casi en la calle, observé mi pijama y playera tiradas en el suelo a un lado del sofá y me las puse en silencio antes de dirigirme a mi pieza.

En cuanto estuve frente a la puerta pude escuchar una risa, lo que de inmediato hizo que mi corazón se acelerara y mi mente comenzara a reproducir muchas escenas de películas de terror que había visto antes, tragué saliva en seco y pensé: ¿debería irme corriendo ó entrar a la habitación en busca del ente maligno como en las películas?

Luego de unos segundos reí internamente, me abofeteé a mí mismo levemente y suspiré, estaba exagerando, seguramente el viento había tirado algo y las risas eran producto de mi imaginación, necesitaba dormir y ver menos televisión. Abrí la puerta relajado y listo para tumbarme en mi cómoda cama, pero fue imposible al ver la silueta de que una persona sentada en la misma, solté un grito y de inmediato busqué el interruptor de luz, al encender el foco mi corazón volvió a calmarse y pude volver a respirar con calma, además de percatarme de mi lámpara rota en pedazos en el suelo.