Me desperté por una pequeña sacudida por parte de Brad.
-Amor, ya llegamos
Abrí poco a poco los ojos y logré ver los chicos que ya se estaban bajando del vehículo. Me bajé junto a Brad para coger mi maleta y entrar a la mansión. Miré hacia atrás de mí y yo no me había dado cuenta de el gran muro junto a un portón que se encontraban en la entrada para permitir el paso hacia la mansión. Pero eso no fue lo único que me asombró, era la enorme mansión que tenía de frente a mis ojos. Era de color crema de estilo moderno con su puerta principal de material mármol, tenía bastantes ventanas de cristal y un gran jardín. Al entrar no pude evitar abrir mi boca del asombro, era un lugar súper espacioso. Tenía una gran antesala, una sala mucho más grande, una enorme cocina, un comedor, 7 habitaciones, 5 baños, un estudio de música, una pequeña sala de cine y como había mencionado anteriormente, una gran piscina junto a un jacuzzi y una cancha de tenis. Era completamente increíble. Mis padres habían comprado otra mansión pero no hemos tenido la oportunidad de ir.
-Kath, no puedo creer que todo esto sea tuyo-. Dije aún mirando a todas partes.
-Tampoco yo-. Dijo dando pequeños saltitos- Vamos acomodar los alimentos en la cocina y a escoger nuestras habitaciones
Y así fue, con calma acomodamos los alimentos en la cocina y cada uno escogió su habitación. La mía estaba de frente a la de Kath y al lado de la de Brad. En otro pasillo estaban las de Mark y Connor. Lo que quedó del día nos dedicamos a recorrer la mansión y descubrir todo lo que tenía.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
A la noche ya estabamos haciendo una de las nuestras, hicimos un reto en el que teníamos que beber un vaso de alcohol cada vez que fallabamos una pregunta y el que perdiera definitivamente era lanzado a la piscina. Nadie quería perder por el frío que hacía a esas horas de la noche. Eran 10 preguntas en total y ya ibamos por la última. Brad llevaba 5 vasos, Kath 3, Mark 6 y el que estaba nervioso era Connor porque llevaba 7 vasos.
-¿Quién fue Stephen Hawking?
Cerró fuertemente los ojos y estuvo unos segundos en silencio.
-Me lo dieron en la escuela, estoy seguro...-Susurró para sus adentros.
Nosotros estabamos riéndonos de su desgracia.
-¿Un ingeniero?
Hicimos un sonido demostrandole su error. Puso sus manos en su cara a modo de derrota. Tomó su último vaso mientras nosotros hablabamos a modo de ceñas de cómo lo ibamos a lanzar a la piscina. Cuando dejó el vaso sobre la mesa nosotros lo tomamos entre nuestras manos y nos dirigimos hacia la parte trasera de la mansión en donde se ubicaba la enorme piscina.
-¡Por favor, chicos! ¡No lo hagan!-. Pidió lloriqueando.
Nosotros no parabamos de reírnos a cambio.
-Perdiste, así es el juego-. Dije.
Nos detuvimos en la orilla y comenzamos a balancerarlo de atrás hacia adelante.
-¡No, no, no!
Y cuando menos se lo esperó, lo lanzamos a la fría agua de la piscina. Aplaudimos, reímos y luego de un momento lo ayudamos a salir.
-Vamos, no queremos que te enfermes-. Dijo Mark.
Nos quedamos en la sala mientras esperabamos que Connor se secara y terminara de lanzar maldiciones pero de repente sonó el timbre. Nos miramos confundidos unos a otros después de que el sonido resonara por toda la enorme mansión.
-¿Le dijiste a alguien más, Kath?-. Pregunté con el ceño fruncido.
-No, solo sabíamos nosotros y nuestros padres-. Contestó encogiendose de hombros.
Yo la acompañé hasta la puerta y la abrió lentamente. Nos quedamos de piedra mientras veíamos a la persona delante de nosotras.
-Buenas noches, mi auto se detuvo a pocos kilometros de aquí. Esta es la única casa que he visto en todo este solitario lugar. ¿Puedo quedarme hasta que amanezca y para poder continuar buscando ayuda?
Nos quedamos con la boca completamente abierta pero Kath más que yo. Era un chico completamente guapo, con musculos marcados, ojos hazel y su cabello oscuro. Miré de reojo a Kath quien no disimulaba en lo absoluto mordiéndose su labio.
-¿Las molesto?
Le di un codazo a Kath para que reaccionara. Se aclaró la garganta para por fin hablarle al pobre chico.
-Sí, sí, sí. Por supuesto que puedes pasar. Ven, hace mucho frío afuera-. Dijo Kath.
Asentí de acuerdo con lo que Kath decía.
-Gracias
Caminó delante de nosotras mientras él miraba a todas partes con asombro pero nosotras mirabamos su parte trasera.
-¡Qué nalgotas!-. Susurró Kath sin parar de mirar.
-Shhh-. Dije riendo.
Al entrar a la sala visualicé a los chicos que estaban riendo pero al acercarnos con un desconocido borraron la sonrisa inmediatamente.
-¿Quién es él?-. Preguntó Brad con el ceño fruncido.
-Su auto se quedó cerca de aquí, pasará la noche y mañana se irá a buscar ayuda-. Explicó Kath.
Los demás asintieron no muy convencidos.
-Me llamo Katherine ¿y tú?-. Apuró en presentarse mi mejor amiga.
-Soy Luke
Cada uno se presentó pero demostraron una sonrisa falsa. Al parecer no les parecía una persona agradable. Kath al darse cuenta de la tensión que se estaba creando, decidió dirigirlo hacia la habitación en que se iba a quedar.
-Bueno Luke, aquí hay demasiadas habitaciones. Puedes quedarte en la del lado de la mía-. Dijo sonriendo.
-Me parece muy bien
-Vamos, te dirijo
Los observamos alejarse y Brad se acercó a donde mí.
-Se va mañana ¿cierto?-. Preguntó un poco disgustado.
-Sí, amor. Se va mañana al amanecer ¿por qué te molesta?
-No me molesta, es un desconocido que no sabemos lo que se puede traer entre manos y se acerca demasiado a ti-. Dijo con el ceño fruncido.
Abrí la boca en forma de círculo entendiendo la situación.
-Ya sé, estás celoso-. Dije cogiendole los cachetes.
-No, no lo estoy
-Sí, sí lo estás-. Dije riendo.
Gruñó.
-No te preocupes, amor. No pasará nada-. Dije para luego darle un beso y abrazarlo. En medio del abrazo solté un gran bostezo.
-Vamos a dormir, estás cansadísima-. Confirmó Brad.
-Buenas noches, chicos. Nos vemos mañana-. Dije dándome la vuelta y subir las escaleras.
Me bañé y me cepillé los dientes para acomodarme en la cama. Antes me había despedido de Brad aunque hubiese querido dormir junto a él. Estaba a punto de cerrar los ojos cuando escucho la puerta abrirse.
-Nat-. Se asomó Kath.
-¿Qué?
-Vine a darte las buenas noches
Entrecerré mis ojos.
-¿Solo eso?
Rodó los ojos.
-Bueno, te quería decir que... ¡ese chico está buenísimo!
-Lo sé-. Concordé con ella riendo.
-Hey, pero es mío. Ya tú tienes el tuyo
-Sí, sí, sí. No te preocupes, es todo tuyo-. Dije alzando las manos a modo de paz.
-Muy bien-. Me dio un beso y se dirigió hacia la puerta.
-No lo dejarás irse rápido ¿cierto?
-Yo no sería capaz-. Dijo fingiendo inocencia y antes de cerrar la puerta me guiñó un ojo.
-Ay Kath-. Susurré riendo hasta que caí profundamente dormida.
ESTÁS LEYENDO
Entre el Odio y el Amor
Teen FictionBrad es un joven algo egocéntrico que se fija en la única chica que no suspira por él. Un chantaje de su parte hace que la delgada línea que hay entre el odio y el amor se rompa, siendo el destino el encargado de unir o separar estas dos vidas.