Capítulo 22

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   Al despertar de una ligera resaca, me levanté a acearme para luego enfrentarme al desastre que me esperaba en la parte de abajo de la mansión. Brad me siguió por las escaleras aún abostezando y al final de ellas nos quedamos mirando alrededor de todo el salón. Todo estaba totalmente desordenado y estaban todos los invitados de anoche durmiendo en los sofás e incluso en el suelo. Tuve que taparme los ojos al encontrar varias mujeres y hombres desnudos en el área de la piscina.
-¿Brad? ¿Me haces el favor de despertarlos por mí y sacarlos a patadas de aquí?
  Con mis ojos aún cubiertos con mis manos escuché:
-¡Vamos, vamos! ¡Ya salió el sol y es hora de que por fin salgan de aquí!-. Les gritó.
Escuché algunos bostezos y pasos hacia la salida.
-Me hace el favor de dejar ese equipo de música, no lo estamos regalando-. Escuché otra vez a Brad decir.
   Finalmente, oí el sonido de cerrarse la puerta y acto seguido separé mis manos de mi cara.
-Gracias a Dios ya se fueron. Todos me han provocado un gran dolor de cabeza-. Dije.- En todo caso, ¿dónde estarán mis amigos?
   Miré para todas partes y no los veía.
-¡Katherine! ¡Kath! ¡Wilson!-. Grité una y otra vez en su busca.
-¿Dónde crees que esté?-. Pregunté a Brad.
-¿En su habitación?
-Busquemos allí
   Pero no fue necesario porque mientras ibamos de camino a su habitación la vimos en el suelo de la ante sala.
-Katherine, ¿quieres pararte de ahí?
   La cogí del antebrazo y la senté en el sofá.
-¿Ves todo lo que has provocado? Quisiera que por favor te des una ducha y me ayudes a recoger todo este desorden
   Me odiaba a veces porque siempre que yo andaba con Katherine yo me parecía a mi mamá.
-Me duele mucho la cabeza-. Comentó.
-Yo te doy unas aspirinas pero vete ahora a ducharte. ¿Dónde están Mark y Connor?
-En una de sus habitaciones. Creo que anoche estuvieron haciendo... ya sabes
   Hice una mueca y dije:
-Está bien, no hace falta que me digas.
   Asintió con media sonrisa y subió las escaleras lentamente.
-Bueno amor, nos espera mucho trabajo.
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   Luego de haber estado un buen tiempo limpiando y organizando, comimos lo que quedaba en la alacena para prepararnos a regresar a nuestros hogares.
-Fueron unos buenísimos días en esa mansión-. Comentó Mark mientras conducía de camino a nuestro hogar.
-Sí lo fue, ahora volveremos a nuestra vida normal-. Dijo Connor con tristeza.
-Ya he preparado todo. Justo esta noche haremos la cena con nuestra familia-. Me susurró Brad.
   Abrí los ojos como platos.
-Brad, yo aún no se lo he dicho a mi papá. Quería hablar con él primero-. Dije asustada.
-De eso se encargó tu mamá, amor
-¿Cuál es la prisa como quiera?
-No puedo esperar más, quiero que ya lo sepan
   Tragué con fuerza. No estoy completamente preparada para esto.
-Todo saldrá bien-. Me dijo para luego darme un suave beso.
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Era de noche cuando estaba preparandome para la cena con mis padres y Brad. Estaba con los nervios de punta. Me imagino la reacción que tuvo mi papá al enterarse que tengo novio y no le dije nada. Me estire el vestido negro una y otra vez por los nervios.
-Nat, nos vamos ya. Llegaremos tarde-. Dijo mi mamá.
   Ella al parecer se lo tomó de lo mas bien, estaba muy contenta que iba a conocer a mi querido novio.
-Ya voy-. Dije.
Me miré por última vez al espejo y me dije:
-Todo saldrá bien
   Bajé las escaleras y me encontré con mis padres quienes me esperaban en la entrada de la casa.
-Te ves hermosa-. Comentó mi papá con una gran sonrisa.
   Se la devolví y me tranquilice un poco al ver que su rostro no mostraba ningún rastro de enojo ni decepción. Al contrario, estaba feliz al igual que mi madre. Esto era como un milagro.
  Llegamos al restaurante que habíamos planeado ir y nos recibió un mesero alto y sonriente.
-Bienvenidos sean, vengan conmigo que ya los están esperando
   Lo seguimos rápidamente yo agarrada de mi padre como siempre lo hacía cuando salíamos en familia.
Nos detuvimos en una mesa alejada de todos las demás personas que visitaban el restaurante y es entonces cuando vi a Brad junto a su mamá.
Se encontraba más que contento, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Se la devolví y luego me senté junto a mis padres.
-Buenas noches, mi nombre es Brad Rohena y esta es mi madre Margarita Williams-. Dijo mientras le estrechaba la mano a mi papá y a mi mamá.
-Mucho gusto, me alegra por fin conocer al novio de mi princesa-. Dijo mi papá con una sonrisa.
-Es un gusto para mí también, señor Johnson
-Por favor llámame Edward-. Le pidió mi papá.
-Como guste, Edward
-Y a mí llamame Marilyn-. Pidió también mi mamá-, hay que hablarnos como la familia que somos
   Mi corazón estaba que no cabía en mi pecho, no me creía que todos se llevaban de lo mas bien y que mis padres estuvieran súper contentos al conocer a Brad. Era uno de los días más felices de mi vida sin duda.
Luego de habernos presentado, llegó la comida y con ella las preguntas.
-¿Estás estudiando, Brad?-. Preguntó mi papá.
-Sí, junto a su hija
-¿Qué piensas estudiar cuando entres a la Universidad?
-Arquitectura
-Muy buena elección
-¿Y tú, Natasha?-. Preguntó Margie.
-Diseño Gráfico
-Se fue cerquita con su madre-. Contestó mi papá sonriendo.
-Está en su sangre-. Contestó ella sonriendo también.
   Después de que mi padre hiciera todas las preguntas normales que creo que todos los padres le hacen a los novios de sus hijas, vino una pregunta algo incómoda.
-¿Y tú padre, Brad? ¿No pudo venir?
   Brad se puso algo serio y contestó:
-Falleció
-Oh, lo siento muchísimo. No fue mi intención hacert...
-No se preocupe, usted no sabía nada
-¿Cómo se llamaba?
-Arthur Rohena
   Al momento de mencionar ese nombre mi papá literalmente dejó caer con un estruendo el tenedor sobre el plato.
-¿Arthur? ¿Tú eres el hijo de Arthur Rohena?-. Preguntó enojado.
-Papá, ¿qué pasa?-. Pregunté preocupada.
-Ese hombre fue un problema para mi empresa. Le robó millones de dólares cuando trabajaba con nosotros e hizo cosas imperdonables que por poco hacen que nuestra empresa se fuera a la quiebra y cerrara-. Recordó con rabia.- Le dejé toda mi confianza y no hizo más que estupideces para terminar bebiendo cerveza todos los días
   Se levantó de su asiento y mi mamá lo hizo también.
-No quiero que te juntes con él, Natasha. Debe tener en su sangre lo de engañar a las personas. No quiero que sufras tú también
-Pero papá
-Nada, no te quiero con él
-¡No me puedes separar de él!-. Grité con lágrimas en los ojos.
-Natasha, ¡no te quiero con él dije ya! Nos vamos ahora
-No me voy
   Me agarró del antebrazo y me arrastró con él hacia afuera.
-¡Brad!-. Grité llorando.
-¡Natasha, te amo! ¡No me rendiré!-. Dijo también con lágrimas en los ojos.
Y luego lo perdí de vista.

Entre el Odio y el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora