Capítulo 15

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  Al entrar a la casa estaba súper oscuro y yo era tan lista que en vez de entrar suavemente, me desesperé y me tropecé con algo lo cual no podía ver.
Ups.
-Ay Nat-. Dijo Brad riéndose.
-No te rías y ayúdame a levantarme
Acto seguido me tendió la mano para que yo la tomará y así yo poder levantarme pero yo no sé qué me pasaba esa noche. Me volví a caer de trasero. Creo que me convertí plana a partir de hoy. Brad aumentó la risa y me volvió ayudar para así estar normalmente de pie y comenzar a caminar nuevamente. La pregunta era ¿a dónde? Yo veía una mismísima mierda de lo oscuro que estaba. Al parecer leyeron mi mente porque al dar otro paso se iluminó con una luz tenue un camino que había de rosas y girasoles. Miré a Brad sorprendida y él me señaló con la mano hacia el camino de las flores. Me dediqué a seguirlo suavemente. A cada cinco pasos había una rosa con una nota que yo debía tomar. Decían frases como: eres hermosa, lo más bonito que me ha pasado, la mejor persona que he conocido, gracias por todo.
  En un momento sentí como un nudo se comenzaba a formar en mi garganta. Era hermoso todo lo que estaba ocurriendo. Nunca alguien había hecho esto por mí. Cuando llegamos al final del camino el cual se encontraba en la parte trasera de la casa, había una mesa con dos sillas al exterior. Estaba junto a la piscina y esta tenía velas encendidas alrededor. A los dos lados de la mesa habían unos faroles que alumbraban un poco hacia esta haciendo que sólo eso y la luna nos alumbrara. Alrededor habían muchas flores y pétalos esparcidos por todas partes. Era todo perfecto. Abracé a Brad en cuento terminé de ver todo lo que había.
-Esto es precioso-. Susurré.
-¿En serio te gusta?-. Me preguntó emocionado.
-Es increíble que hayas hecho todo esto
-Hago esto y más por ti. Ahora, favor de pasar a su asiento señorita Natasha
-Encantada
  Cuando nos acercamos me di cuenta de que había una botella de vino y unas copas encima de la mesa. En cuanto nos sentamos comenzó a sonar una música suave cerca de nosotros.
-¿Comenzamos a comer?
Asentí.
-Pero no veo comida por aquí-. Comenté mirando a todas partes.
-Es que esto es nuestro restaurante ¿no lo sabías?-. Me preguntó con una sonrisa.
  Acto seguido el palmeó sus manos dos veces haciéndome fruncir el ceño. Al lado de nosotros se movió una sombra y me hizo que me asustara.
-¿Brad?-. Pregunté un poco alterada.
  De pronto de la sombra salió una persona que caminó hacia nosotros con una sonrisa de oreja a oreja. Abrí los ojos como platos y comencé a reír en cuanto me di cuenta de quién era.
-Buenas noches, soy el encargado de traerle su aperitivo de su cena en la noche de hoy-. Dijo Connor fingiendo educación. Se veía tan gracioso con un traje de mesero. Nos dejó dos platos pequeños encima de la mesa con cubiertos a los lados.
-Su aperitivo es una sopa de brocoli, espero que lo disfruten-. Terminó de decir para luego retirarse.
-¿Deseas vino?
-Por supuesto
Nos sirvió en la copa y comenzamos a comer de nuestra deliciosa sopa. Entre risas y recordando cómo nos conocimos, nos terminamos la sopa. Brad palmeó sus manos nuevamente y apareció Connor para retirar los platos.
-Enseguida viene su plato principal
  Esperé con ansias y aunque yo lo esperaba a él de nuevo apareció otra persona. Me reí otra vez.
-Buenas noches, chicos. Soy el encargado de traer su plato principal y espero que les guste-. Dijo Mark con una sonrisa mientras dejaba los platos encima de la mesa.
-¿Churrasco con papa majada? Mmm-. Dije emocionada.
  Me encantaba el churrasco. Comencé a comerme la pequeña porción de vegetales para luego comenzar a comer el churrasco y la papa.
-¿Cocinaste esto?-. Pregunté interesada.
-Sinceramente no- contestó riendose-, pero estaba viendo cómo hacerlo para la próxima cocinarlo yo mismo
-Está delicioso-. Comenté saboreando cada bocado- ¿Quién lo hizo?
-Mi madre antes de irse y dejarnos solos
  Lo miré sorprendida.
-¿Te dejó que hicieras todo esto para mí?
-Sí, está feliz por mí y quiere conocerte
  Tragué un poco fuerte, siempre que pensaba cuando iba a conocerla me ponía un poco nerviosa.
-Le quedó de maravilla-. Dije refiriéndome a la comida.
  Cuando terminamos Brad hizo lo mismo para que retiraran los platos.
-No puede ser -. Dije riendome al ver a Katherine entrar esta vez con un plato pequeño.
-¡Buenas noches! Aquí está su postre y me encargaré de retirar sus platos.
-¡Pastel de chocolate! Te pasaste
  Brad a cambio me dedicó una gran sonrisa.
-¿Te crees que no te conozco lo suficiente?-. Me preguntó mientras tomaba un pedazo de pastel. Me acercó la cuchara con el pedazo para que yo lo comiera. Estuvimos compartiendonos el pastel mientra hablabamos.
-Delicioso-. Dije cuando tragué el último pedazo.
  Brad se levantó de su asiento y me extendió su mano para que yo lo hiciera también. Nos dirigimos agarrados de la mano hacia la orilla de la piscina con cuidado de no caernos.
-¿Se te ocurrió todo esto solo?
-Sí, la mayor parte. Sólo recibí un poco de ayuda en la decoración.
  Estuvimos observando la luna durante un momentito cuando Brad me cogió de la cintura y me hizo mirarle de frente.
-Nat, ya te he dicho lo especial que eres para mí. Te lo diría mil veces más si fuera necesario. Eres lo mejor que me ha pasado. La que me ayudó a reconocer mis problemas, la que me ayudó a enfrentarlos y la que me ayudó a cambiar con tan sólo mirarme a los ojos. Te quiero demasiado, Nat.
  Mi corazón se me quería salir del pecho. Me encantaba todo lo que me decía. Escuché un ruidito que provenía de al lado de nosotros y aparecieron mis amigos nuevamente pero esta vez con unos carteles en las manos. Se colocaron en fila y dejaron que leyera lo que estaba en ellos.

¿Quieres ser mi novia?

  Lo leí como cinco veces repetidamente, no me lo creía. ¿Brad quiere estar conmigo realmente? Mi corazón comenzó a brincar de alegría, es más, yo en persona comencé a brincar.
-¡Sí, sí, sí!-. Grité y lo abracé bien fuerte.
  No lo pensé dos veces y lo besé. Escuché aplausos provenir de atrás de nosotros.
-Te quiero-. Susurré.
-Yo te quiero más
-¡Gracias chicos!-. Gritó Brad a mis amigos.
  Estuvimos toda la noche sentamos con los pies dentro del agua de la piscina. No me importó la hora, no me importó el frío, no me importó el sueño. Me quedé junto a él sin importarme nada. Sólo nosotros, nadie más se interpone.

Entre el Odio y el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora