15. Matar o morir

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Ahora Alexi tenía trabajo, pero no de matar o de investigar mafiosos, iba a pasar una semana entera sin asesinatos ni secuestros, el día lunes que regreso de Resident Evil empezaron con los meros trabajos, la primera tarea que debían hacer era grupal, tenían que hacer una pequeña maqueta para el viernes de la tierra y la luna sobre como es que la luna gira alrededor, Alexi hizo equipo con Mirt, Anabelle y Aledis, aunque un poco después se dieron cuenta de que Haul no tenía equipo y Aledis dio la iniciativa de meterlo, eso hizo que Alexi se recordara de que a Haul le gusta Aledis, eso era un punto bueno, dividieron las tareas y cada quien tenía algo importante que hacer, Aledis y Haul compraban el material, Anabelle y Mirt la iban a armar y Alexi la iba a pintar, era una tarea simple, pero el profesor no lo era, a Alexi se le recordó al profe Byron de su antiguo colegio, era sumamente calculador y buscaba la perfección a base de ser muy estricto, como era de esperarse, toda la clase lo odiaba porque siempre quería que todos estuvieran como soldados en su aula, sin ningún ruido y con los ojos en la pizarra o se iban para afuera, Alexi hasta el momento aún no había tenido problemas con él, su nombre era Otto Larien, daba clases de física fundamental, la tarea iba a servir para unos ejemplos de lo que iban a ver esa unidad.

-¿Como la hacemos? -preguntó Mirt al grupo de amigos en la salida.

-Primero, el material -respondió Anabelle pensando- es mejor que sea de algo que no se rompa fácilmente...

-El poliestireno es lo mejor para esto -dijo Alexi- es que en caso que se desarme en el último momento se puede volver a armar fácil, en cambio con arcilla o algo así nos tomará un mundo hacerlo.

-Esta bien, yo compro esas ondas esféricas -dijo Haul.

-Y yo la base, la comprare de cartón muy grueso para que aguante -dijo Aledis.

-Bien, nos vemos mañana con las cosas y ya veremos -dijo Alexi despidiéndose del grupo.

Alexi ahora iba caminado de regreso a su casa, cuando se encontró con una camioneta que tenía un conductor muy peculiar, era Adrián, Alexi estaba harto de ese idiota y quería acabar con eso de una buena vez, dentro de la camioneta vio que venía toda su pandilla pero con una bolsa de tela, unas cuerdas y uno que traía un cuchillo enorme, cualquiera hubiera ido corriendo pero Alexi quería seguirles la corriente, en un punto no había gente en la calle y le cerraron el paso enfrente de un callejón, Alexi no tenía ni una pizca de miedo, solo que tenía curiosidad de ver que hacían, todos los demás se bajaron rápido y le pusieron la bolsa en la cabeza, aunque claro que aún podía ver, le ataron las manos y lo metieron dentro de la camioneta negra, él en cualquier momento podría romper sus cuerdas y hacer pedazos a todos los tipos, pero aún no era el momento.

-Escúchame -dijo Adrián con el tono muy enojado- has sido la peor enfermedad que he tenido, no puedo dejar las cosas así, te burlas de mi, me golpeas a mi, me humillaste a mi, pero ahora ¡yo te mataré a ti!

-Tienes tiempo de arrepentirte -dijo Alexi aunque sabía que no lo iba a hacer- puedes hacer lo que yo y no arruinar tu vida, bueno, tu vida es completamente asquerosa.

-¡Cállate idiota! O juro que te corto el cuello aquí mismo -dijo Adrián más enojado.

-Muy bien, entonces... Vamos a ver, detente ahora, el semaforo está en amarillo y podrías pasarlo en rojo -dijo para que Adrián se asustara.

Lo que había dicho era cierto, estaba viendo a través de la bolsa y de la camioneta para ver el camino, Adrián sintió una especie de escalofrío en ese momento.

-¿¡Le pusieron la bolsa!? -preguntó el mientras se detenía en el rojo.

-Si pero... -quería decir uno de los que estaban atrás pero Alexi lo interrumpió.

Realidades, nuevo añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora