Capitulo 20

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"Encuentra lo que amas y deja que te mate." Bukowski.

No había pasado ni por el salón donde estaba la cena. Fui derecho a mi habitación y me metí en la ducha.
¿Qué si me arrepentía de mis palabras? ¿Que si habia sido muy duro? ¿Qué si me había expuesto demasiado con él? Desde luego. Sí, sí y sí.
No sentía solo pena de mí, sino más bien odio. Un odio que me estaba perforando el pecho y no me dejaba avanzar. Brandon seguía en mi mente porque había creado un lazo tóxico entre él y yo que me pudría por dentro.

Recuerdo una vez, que ya creo que os conté, después de dormir con él en Halloween, pues hubo una parte que me salté porque me daba vergüenza lo que pensarais de mí. Cuando tuvimos sexo en la ducha, me pidió si podía mearme y yo me dejé. Pero no fue como parece, me cogió de los hombros y me bajo hasta quedar de rodillas delante de él, y comenzó a orinarme encima de la cara y en el pelo. Recuerdo que era el pis era más naranja que amarillo, de los primeros de la mañana cuando aún no estás hidratado. Me acariciaba los cabellos llenos de su orina y yo viendo que él disfrutaba metí su pene flácido dentro de la boca y continuó orinando dentro de mí y yo escupiendo en cascada lo que entraba en mi boca. Poco a poco se le iba poniendo más dura.
-Me estoy poniendo tan cachondo que ni puedo mear -comenta.
Y me levanta y me besa.
En la misma boca que hace unos segundos estaba llenando de su orina.
Me besaba ferozmente y me empuja contra la pared de nuevo y me folla otra vez. Mi culo está igual de abierto que hace 15 minutos cuando recién habíamos follado. Gimo más de lo que realmente disfruto, porque imagino que a él le debe poner. Me gira y me pone cara a cara con él, levantando mi peso, haciendo que deje de tener los pies en el suelo para tenerlo alrededor de él mientras me enviste mirándome a los ojos. Yo no puedo. Cierro los ojos y me muerdo el labio mientras gimo. Me agarra por el cuello y se corre dentro de mí con el cordón.
-Eres increíble -me comenta.
Le lamo los labios como si mi lengua fuese un pintalabios. El intenta copiarme y aprovecho ese movimiento de su lengua para aspirarla. Succionar su lengua con mi boca y ojalá poder tener una parte de él.
-Besas muy bien.... bueno todo lo haces bien, la verdad -me da un cachete en el culo y me deja que me lavé con jabón a solas mientras él se seca.

Añoraba esos momentos. Esa complicidad que surgió entre nosotros. Ese climax en el que yo me dejaba incluso mear en la boca. Sí, quizás me humillaba demasiado pero en ese momento, cuando estábamos follando mi submission era elección mía. Yo puse su rabo en mi boca mientras me orinaba, yo decidí ser así de guarro, y a él le encantaba.
Recuerdo algunos encuentros tan rápidos en su coche después de los partidos, en el que nos liábamos y él me decía que no quería follar y yo ya me sentía cómodo y seguro para ser yo mismo, y le mandaba callar, comenzando a comérsela. Supongo que me ponía la parte de él que se negaba a que yo le diese placer. Me ponía el reto que el resultaba cuando se encerraba en que no quería más sexo y yo acababa poniéndole cachondo. Se la comía y dejaba que se corriese en mi boca y yo, jugaba con su corrida en mi boca y me lo tragaba. También se corrió en mi cara en muchas ocasiones. En mi flequillo, o en mis cejas. Le ponía mucho a él. Un día borrachos, lo hizo y después comenzó a lamer su corrida de mi cara y la escupió en mi boca y comenzamos a enrollarnos pasándonos su corrida de una boca a otra.
Decía que ninguna chica le había hecho eso y que le encantaba que fuese tan guarro en la cama. Ahora ya no sé si yo soy así o lo era solo para complacerle y no perderle.
Siempre he escuchado que el prototipo ideal de los hombres heteros era una chica que fuese una dama en la calle y una zorra en la cama, y me lo creía. Así que era un guarro y hacía cualquier cosa aunque no saliese de él, sino de mí. Yo me obligaba a ser una cerda en la cama para complacerle. Para dárselo todo y que él no tuviese la necesidad de huir o buscar a otras chicas, por que yo hacía y me dejaba hacer de todo. Y claro, aún así no sirvió. Me humillé física, sentimental y sexualmente por él y él aun así se fue cuando creyó oportuno.
Y ahora intento hacer las cosas para contentarme y no contentar a los demás. Que está genial si me gusta ser una guarra en la cama, que me hagan lluvias doradas encima y tragarme las corridas, o dejar que se corriesen en mi cara pues genial siempre y cuando sea por mí y para mí porque yo disfruté de eso y no hacerlo para contentar a nadie ni para mediante eso pensar que no se irán con otra persona dejándolos servidos de esa manera.

Supongo que por eso, no hacía nada más que enrollarme con los chicos que hubo después de Brandon. Por que seguía aprendiendo como funcionaba sin intentar impresionar a nadie.

Yo que me acostumbré a estar arrepentido sigo esperando cumplir mis palabras y quererme a mi mismo más que a los demás.

Yo que me acostumbré a estar arrepentido sigo esperando cumplir mis palabras y quererme a mi mismo más que a los demás

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Clumsy: una historia del origen (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora