Brandon cerró la puerta que forzó después de nuestro paso. Encendió la chimenea rápidamente y me puso al lado del fuego. Me fue quitando capas, comenzando por el gorro, las gafas y los guantes. Abro los ojos lentamente del todo y contemplo lo que tenemos a nuestro alrededor. Es una pequeña cabaña que apenas tenía más que una cama, una chimenea, un pequeño ventanal y un grifo del cual Brandon me trae agua. No creo que sea buena idea que beba agua pero tengo la garganta muy seca y bebo.
-Nos quedaremos aquí hasta que pase la ventisca. No tengo datos. La tormenta ha roto la
cobertura de la zona.
-Tengo sueño.
-No vas a dormirte. Vamos, mantente despierto.
Está de pie junto a la ventana observando el tiempo de fuera.
Poco a poco voy sintiendo el calor del fuego que albergaba la cañaba. Noto que el tacto de mis manos vuelve y se relaja. Abro las palmas y las cierro.
-Hacía mucho viento y no podía caminar. Me tiraba hacia atrás y me quedé quieto. Iba retrasado fotografiando. Entonces algo me empujó y no me pude levantar.
Hablo para no dormir.
-Cuando vi que no estabas, volvi hacia atrás para buscarte. Estabas a veinte minutos de nosotros. Apenas podía verte del viento que hacía. Entonces vi que una rama de un árbol había caído y salido volando. Por un momento pensé que ya era tarde, estabas tan pálido y no reaccionabas. Que miedo pasé. Ahora ya tienes los mofletes rositas.
Veo que el también temblaba.
-Ven, acércate al fuego conmigo -le invito pensando que quizás no venía para darme mi espacio.
Obedece y se sienta a mi lado a medio metro de distancia.
-Fuimos a buscar al grupo pero con el viento era imposible. Veía volar ramas de árbol continuamente. Creo que nevará esta noche. Entonces encontramos este refugio de seguridad pero al parecer el próximo turno no viene hasta la mañana. Bueno, al menos estaremos protegidos hasta que se haga de día.
Asiento y voy sintiendo como mi cuerpo empieza a tener colorcito del calor que me proporciona el fuego.
-¿Sigues teniendo sueño?
Asiento.
-Sigue hablándome de algo. Me gusta oír tu voz.
Brandon se queda en silencio. Nunca hemos sido de muchas palabras. Pero la metodología había cambiado. Desde el viaje, el hablaba más que ninguno de los dos.
-Podría decirte todo lo que siempre quise, pero no supe. Pero no creo que quieras que te siga mareando con lo mismo.
-Háblame de lo que sea.
-Vale... pues me acuerdo que una vez cuando tenía 6 años o así, estaba en la casa de vacaciones de mis primos por el cumpleaños de uno de ellos. Y uno de los amigos de su hermano mayor que debía tener 16 años más o menos, nos quedamos a solas, y se empezó a pajear delante mío. Ninguno dijo nada. Se corrió y se fue.... me acuerdo que me quedé traumatizado. Nunca había visto algo así, ni que un rabo sirviese para eso, ni que fuese tan grande. Recuerdo que se lo conté a mi prima, y se rió de lo que había pasado. Pero yo no podía dejar de darle vueltas, sentía que todo había cambiado y solo pensaba en que me volviese a pasar algo así. Estar con algún chico de esa manera, o con un amigo, dejar que me hiciese eso o hacerselo yo.¿Qué estaba pasando? Brandon se estaba sincerado conmigo, se estaba exponiendo de una manera en la que jamás lo había hecho, se estaba abriendo a mí, como siempre quise que lo hiciese. Y temía decir algo que hiciese que rectificase y se quedase en silencio.
Habían abusado de él, y todavía piensa que fue eso lo que lo había vuelto gay. Había leído hablar entre la relación de abusos sexuales y la homosexualidad. Quizás fuese una manera de justificar su condición sexual. Pero yo he de confesar, que yo he sufrido abusos sexuales, he tenido un padre maltratador y era homosexual antes de que pasase todo eso.
-Recuerdo también no sé si fue en quinto o sexto de primaria, cuando comencé a jugar al futbol. Yo era el único niño que ya tenía rabo de mayor. Los demás compañeros me miraban curiosos y yo creo que deseaban que me la tocaran. No sé como pasó, pero acabé en la cabina de un baño con uno de los de mi clase, pajeándome... él me pajeó hasta que me corrí. No recuerdo si yo le hice nada, solo sé que me gustó. No volvimos hablar nunca del tema, jamás. Aunque siga yendo al instituto conmigo y juegue en el mismo equipo. Creo que fue en primero de la ESO que me volvió a pasar, por el mismo motivo porque mi rabo era más grande que el de los demás. En la cabina del baño con otro chico, pajeándonos los dos. Pero esta vez ni no nos corrimos. Recuerdo que estábamos a punto de besarnos, ¿sabes? y entonces uno de los dos, no sé quien dijo que no era maricón y paramos. Y tampoco hemos vuelto a hablar del tema.
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Clumsy: una historia del origen (Gay)
Novela JuvenilDespués del exito de Clumsy, llega el origen de la historia de amor entre Nil y Brandon. Repleta de topicos y humor. Llena de referencias a series, películas y libros. Intentando que haya más humor que drama, pero al igual que la vida misma, no todo...