Junto a Diana las vacaciones fueron muy divertidas. Cada día era una nueva aventura, nos íbamos a pasear a la Plaza de Armas, al Malecón Grau, al Vivero Forestal, a parques, a qué lugar no habremos ido…
Una semana antes de que comiencen las clases, la familia de Diana viajó junto con ella al extranjero. Diana se fue sin despedirse de mí, todo el tiempo me la pasé sin comunicarme con ella. Traté de buscarla, fui a su casa pero no hubo nadie, la llamaba mas no contestaba e incluso le envié muchos mensajes de texto pero todos sin respuesta. El único consuelo que tenía era un mensaje de texto que me envió:
Hola Degi, no sé cómo está la situación con mi familia pero tal vez no vuelva y quiero que sepas que eres un buen amigo y el mejor de todos. No lo olvides, te quiero mucho…
Ya estaba perdiendo la esperanza de volver a ver a mi mejor amiga.
Un día antes de comenzar el colegio, recibí una llamada de Diana pero; cuando contesté, cortaron.
Llegó el primer día de segundo de secundaria, estaba emocionado y a la vez desesperado pues a la hora de formar, busqué a Diana con la mirada y nada… Mi corazón se partía al no encontrarla… Tal vez, sólo tal vez, nunca la volvería a encontrar. Mi esperanza era encontrarla en el salón.
Entré al salón y… nada. Vi la carpeta vacía y comencé a sentir como mi pequeño mundo imaginario se hacía pedacitos. Perdí todas mis esperanzas, fui y me senté sin ganas de nada. Unas horas después, un individuo tocó la puerta; era el director el cual entró al salón acompañado de una chica… ¿Diana?... No, no creo que sea ella… Espera, sí era ella, era Diana mi fideo cabello de ángel. El director comenzó a hablar con el profesor, después que habló con él, Diana fue a sentarse junto a mí. Nos vimos, sonreímos mas no nos dijimos nada.
A la hora de recreo, esperamos a que todos los alumnos se vayan del salón; cuando lo hicieron, conversé con Diana:
-Ha pasado una larga semana – Susurró
-Sí… Una muy larga
-No sabes cuánto te extrañé
-Tal vez sí lo sé ya que los dos nos extrañamos mutuamente. ¿Por qué no te comunicaste conmigo?
-Mi mamá no me prestaba su celular. Como ella llegaba muy tarde y se iba muy temprano, no podía usar el celular. Ayer si me quedé hasta muy tarde esperando a mi mamá y te llamé pero se gastó el crédito.
-Ah… Ya me estaba preocupando – Sonreí
-¿Por mí? – Dijo con un tono animada
-Por ti no, por el celular. Es que tiene muy bueno juegos
-Hay… - Reímos – Pero si nunca lo has visto
-Entonces descubriste mi mentira…
Después de aquel reencuentro, salimos a comer al cafetín del colegio después continuamos con las clases. Al finalizar el colegio, fuimos al malecón Grau, claro que antes de eso llamamos para pedir permiso. Casi hasta el anochecer nos la pasamos platicando. Diana me contó sobre muchos lugares a los cuales fue, yo le decía bromeando: Son muy lindos los lugares, ¿por qué no me llevaste en una de tus maletas? Era gracioso ver como entre las conversaciones el tiempo corre tan sutilmente que a veces no le tomas importancia ya que si conversas con una persona que quieres un minuto se puede hacer un día y un día un minuto…