Los últimos meses del año, se me hicieron rutina. Por las mañanas (en el colegio), me gustaba estar más con Diana, y por las tardes, iba como un profesor particular a la casa de Yuli para enseñarle las clases que debía de saber, pero por estar distraída con sus amigas, varias veces no prestaba atención.
Poco a poco mi cabello se fue arreglando. Dejé de peinarme al estilo libro.
El único problema son tus lentes – Siempre me decía Yuli.
Diana, en cambio, me insistía en volver a peinarme así; decía que era más educado y elegante. Por mi parte, sí me dejé de peinar de esa forma.
Como era de esperarse, las clases terminaron… En mis vacaciones, volví a salir con Diana. Yuli, de vez en cuando me llamaba y cuando lo hacía, lo hacía en mal momento pues gran parte de las veces, me llamaba cuando estaba con Diana y eso la molestaba mucho. Pocas eran las veces las cuales yo tomaba importancia a sus llamadas pues cuando estaba con mi mejor amiga, no necesitaba a nadie más…