No pasaron ni tres semanas para llegar a ser uno de los chicos más populares de la C.P, tal vez mi fama subió por ser uno de los acompañantes del líder de los populares, sí, Kevin era el líder. Según él, vio algo en mí que no vio en otro chico por eso fue que se acercó personalmente a proponerme ser parte del grupo; algo ilógico y contra las mismas reglas impuestas por él. La C.P era conocida en todo el colegio por sus fiestas de rango alborotado, había ido a muchas de ellas pero nunca hice algo malo pues más que tener una fuerza de voluntad grande tenía un apoyo enorme apoyo de Diana. Me cuidaba igual que mis padres y me mandaba igual que ellos.
Ya había terminado la mitad del año escolar y para abrir las vacaciones de medio año, Kevin organizó una fiesta en su casa. Cuentan leyendas y mitos urbanos que las fiestas que él hacía eran las mejores pero a la vez las que más se salían del tema. El último día de clases de medio año, estaba saliendo del colegio con Diana y Kevin gritó a lo lejos: ¡Te veo esta noche! Diana giró su cabeza y con unos ojos, los cuales, si no estuvieran pegados a su rostro ya me hubieran dejado rendido en el suelo, dijo:
-¿A dónde irás?
-Pues a ningún lado…
-¿Por qué te dijo eso?
-Estaba Bromeando – Dije con voz nerviosa
Cruzo sus brazos, inclinó un poco su mirada, y así como esa forma de te lo dije, replicó:
-Te conozco muy bien, muchachito. Ahora dime, ¿A dónde vas a ir?
Aguanté la respiración y dije:
-Kevin me dijo que vaya a la fiesta que va a realizar en su casa pues me estoy volviendo algo así como su mano derecha y quiere que esté presente
– Dije soltando todo el aire que había tomado
– Pero yo iba a ir sin antes haberte pedido permiso a ti
-¿Quieres que te dé mi permiso?
-Claro, como siempre – Sonreí
-Hay Degi, Degi, Degi. La verdad que he escuchado muchas cosas feas de las fiestas de tu amigo Kevin y no quiero que vayas… pero si eso te hace feliz, bien, ve mas no hagas ninguna tontería como tomar o fumar, eh
-Claro que no, eso sólo es para cobardes
-Así me gusta
Cayó la noche y estaba muy ansioso por ir a la fiesta y no sabía por qué… desde niño nunca me gustaron las fiestas, ¿será tal vez por qué nunca fui popular en ninguna y ahora sí?, da igual.
Me encontraba frente a la casa del líder la C.P; tenía un jardín enorme, lleno flores y árboles; una casa de tres pisos, aunque la mía es igual pero no tan bonita y arreglada como la de él, seguí un camino hasta la puerta y entré. Todos me saludaron, los jóvenes, las chicas, incluso muchas personas que ni conocía, me sentía muy bien. Veía muchas parejas dándose besos obscenos, chicos con latas de cervezas en la mano, creyéndose niños grandes, otros con un cigarrillo entre sus dedos. ¿A qué clase de basura me habré metido? Veía mi realidad era muy distinta pero… me hice el de la vista ancha y seguí sin importarme nada. Ya que la fiesta estaba en el primer piso de su casa traté de buscar un lugar menos ruidoso y despejado. Busqué las escaleras y las encontré, subí las gradas y la puerta que conectaba el segundo piso con el primero estaba con llave, no podía escapar. Bajé las escaleras con desánimo ya que estaba aburrido, me quería ir y no encontraba a Kevin. A unos pasos de la salida, una cálida mano tocó mi hombro; la chica de la cual me había enamorado por casi dos años estaba frente a mí: