Esta no eres tú... ¡Pruébalo!
You Make Me Wanna Die - The Pretty Reckless. I had everything opportunities for eternity, And I could belong to the night, Your eyes, your eyes. I can see in your eyes. Your eyes everything in your eyes, your eyes. You make me wanna die, I'll never be good enough You make me wanna die And everything you love will burn up in the light Every time I look inside your eyes (burning in the light) Make me wanna die.
Luke-. Al despertar sentí que la espalda me dolía un poco. Vi a mi alrededor y me encontraba en la casa del árbol que habían construido para nosotros dos. Miré a mi alrededor y ella no estaba a mi lado. Me enderecé y cubrí mi cuerpo con mi chaqueta. Me preguntaba a dónde se habrá ido Scarlett y si lo habrá disfrutado. Supongo que sí, vamos... la había hecho gemir hasta quedarnos dormidos. Suspiré aliviado, no podía sacar a esa chica de mi mente. Me vestí y bajé de la casita algo engarrotado, pues había dormido en la misma posición, abrazando a Scarlett toda la noche. Caminé hacia mi balcón y al subirlo, decidí pasar primero al de ella. Al entrar ella no estaba allí. ¿Qué habrá pasado? ¿La habrán llamado? ... Han pasado ya tres días y no sé absolutamente nada de Scarlett. Mañana entramos a la escuela y la verdad es que estoy desesperado por verla. No me llama, no me manda siquiera un mensaje. No la he podido ver ni he podido hablar con nadie acerca de lo que tuvimos. Logan tampoco sabe nada, Peter menos. Joseph no me habla y yo tampoco le iba ir a preguntar. Charly, su padre, solo dice que no la reconoce. ¿A qué se refiere con eso? Joanna, no dice nada. Solo la veo calladita, calladita. Anna tiene también cierto tipo de resentimiento que no me hablaba. ... Otro día más. Hoy regresaríamos a la escuela, me vestí como pude, unos jeans normales, una camisa de manga tres cuartos roja, mis Vans rojos y peiné mi cabello hacia abajo. Tomé mi chaqueta negra y bajé las escaleras, donde mi madre me esperaba con un gran desayuno.
-¿Pasa algo hijo? –preguntó mi madre y yo solo movía el tocino de un lado a otro. - No lo sé, es que… no he visto a Scarlett en cuatro días y comienzo a preocuparme –respondí con honestidad- no lo sé.
- ¿Has preguntado a su familia por ella o has intentado llamarla? –me preguntaron y yo me encogí de hombros. - Le envié mensajes, la llamé muchas veces pero no contesta ni una sola de ellas. Solo timbra el teléfono y en ocasiones ni siquiera me da tono –resoplé- comienzo a pensar que también mi teléfono está en mi contra.
- Pensé que ella no te agradaba tanto, ¿sigues con la idea de que la amas? Me quedé pensando en ella por un par de minutos más, ni siquiera le podía contestar a mi madre que sí o que no. Simplemente la necesitaba conmigo, eso era un hecho. Era una verdad. -No es una simple idea mamá –dije cuando terminé de desayunar- Es la verdad. Me levanté de la mesa y terminé de un trago mi vaso de leche. Suspiré y luego de darle un fuerte abrazo a mi madre, tomé mi mochila y salí de la casa rumbo a mi garaje. Miré a la casa de al lado y noté que alguien subía a una motocicleta, luego se iban. Extrañado por quién sería, subí a mi auto y me dirigí a la escuela. En todo el camino me la pasé cantando la de Lonely Day, claro que a mi modo. La extrañaba, esa era mi única verdad. Llegué a la escuela y le envié un mensaje a Daniel. “¿Has visto a Scar?” –envié. “No, desde hace semanas” –respondió y torcí la boca algo preocupado. Así que decidí enviarle uno a Peter. “Tú, el nuevo amigo de Scar, ¿las has visto?” –envié y suspiré pensando en que tal vez él tuviera una sola idea de dónde se encontraba. “No, desde el día en que te dejó sin descendencia” –respondió y yo sonreí. Ese día ella y yo habíamos tenido la noche más maravillosa de nuestra vida. ¿Cómo no recordarla? Aún puedo sentir cómo mi piel se eriza ante el recuerdo de sus manos en mi espalda. “Hola Logan, ¿has visto a Scarlett?” –envié. Si él no la había visto en estos días, definitivamente comenzaría a preocuparme. “Sí, ayer estuve hablando con ella un buen rato. Pero no creo que te interese en lo absoluto, ya mejor déjala en paz” –respondió. Me quedé extrañado pensando en lo que él me decía. ¿Dejarla en paz? ¿Pues qué rayos pasó? Salí de mi auto y cerré la puerta de un golpe muy fuerte. “¿De qué rayos estás hablando? Yo que sepa no tuvimos ningún problema, al contrario…” –dije mordiendo mis labios. Caminé a los casilleros y suspiré frustrado. Tal vez allí estaría ella. Cerré los ojos y apreté mi mano, donde tenía marcada su S. No tenía idea de que mi corazón tenía la capacidad de querer y extrañar tanto a una chica, ¿qué demonios me había pasado? ¿me habrán poseído? Al abrirlos noté que su casillero estaba abierto y podía ver sus pies por debajo de la puertecilla. Por Dios, mi corazón comenzó a latir con rapidez y una sonrisa enorme se dibujó en mi rostro. Caminé un poco más apresurado con el afán de que ella no fuera a desaparecer. -Has desaparecido del planeta, ¿cómo estás? –dije mostrando poco interés mientras abría la puerta de mi casillero. - Solo he salido, de un lado a otro… -respondió. - No te vi luego de… pensé que no te querrías separar de mí después de eso –murmuré bajito para que nadie se diera cuenta. - Que alejado estás de la realidad –respondió. Me quedé mirando mis libros, ¿acaso ella no lo había disfrutado? ¡Oh, vamos… que mentira tan vil! - ¿Vas a negar que lo disfrutaste tanto como yo? –pregunté, no habíamos cruzado ni una sola mirada. Ella metía los libros a su mochila y yo estaba simplemente con la cabeza metida en el casillero. - Fuiste salvaje, tentador, sensual… y dulce –respondió y yo sonreí sintiendo que mis mejillas se sonrojaban- así de simple. - ¿Simple? - Anda a alardear que ya me tuviste en tu cama –dijo cerrando la puerta del casillero. Me giré para verla de frente y noté algo perturbador. Ella tenía en los labios un cigarrillo. Sus uñas estaban pintadas de negro. Sus jeans estaban desgarrados y si la giraba apuesto a que podía ver su trasero. - ¿Qué traes puesto y por qué tienes ese cigarrillo? –dije quitándoselo. - Tienes lo que quieres de mí… ahora déjame en paz –susurró y se dio la media vuelta. - Scarlett ven aquí –dije caminando a su lado y tomándole una mano- ¿De qué rayos me hablas, qué fue lo que obtuve de ti? –pregunté incrédulo- ¿No es esto lo que tú también querías? Lo disfrutabas. - El sexo tanto para mí como para ti… es como un vaso de agua –su mirada parecía tan fría, tan seca- no se le niega a nadie. - ¿De qué rayos…? –seguía sin entender, ella se zafó de mí y apretó los labios mirándome fijamente. - Brooks obtuviste todo –gritó- TODO de mí, ya déjame ir –respondió. Miré su mano y ella tenía una venda enredada en ella.
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10 VOTOS.