- ¿Qué hiciste? –pregunté preocupado.
- Nada –dijo escondiéndola y desviando la mirada. Me acerqué a ella, pero ella daba pasos hacia atrás.
- ¿Scarlett? –dije y ella comenzó a caminar hacia atrás. Se giró dándome la espalda.
Logan-.
Estaba en casa tan solo acomodando unas cámaras nuevas que mi padre me había comprado y ayudándole un poco con sus prótesis para la tienda nueva que abrirían. Mi madre luego vendría a enseñarme a colocarlas. Era muy temprano en la mañana, a penas y clareaba el cielo. Escuché que un auto se detenía y cuando levanté la mirada Scarlett salió de allí.-¿Qué haces aquí tan temprano, pasa algo? –pregunté preocupado dejando todo lo que tenía para ir con ella.
- Lo siento –pronunció abrazándome. Extrañado la apreté a mí y ella comenzó a llorar.
- ¿Qué pasó? –dije en un susurro cerca de su oreja.
- No te merezco, me odio a mi misma por hacerte todo esto. Ya no soporta más. Te lastimo, solo soy peor que la basura, de verdad que ya no puedo –dijo entre sollozos. Cerré los ojos y mordí mis labios tratando de morderme la lengua y no decir nada malo.
- No sé qué pasó…. Pero no me gusta verte de esta forma.
- Es que… soy una idiota, una zorra –respondió, me alejé levemente de ella tratando de mirar ese hermoso mar que tanto amaba- ni siquiera merezco que me veas –dijo escondiendo su rostro entre mi cuello.
- ¿Por qué? –pregunté intrigado con el corazón en las manos- ¿a qué te refieres con todo esto?
- Me acosté con Luke –respondió en un hilo de voz. Automáticamente mis manos cayeron a mis costados. La empujé de mí y ella ni siquiera intentó detenerme, sabía que yo merecía estar molesto y que tenía mucho qué decirle. Sus ojos se llenaron de lágrimas y yo desvié la mirada confundido, no sabía si gritarle y decirle todo lo que pensaba de ella o simplemente darle la espalda. Di unos pasos hacia atrás y ella agachó más la cabeza- Sé que ya no me hablarás. Pero quería ser honesta contigo.
- Creo que ya hiciste suficiente –respondí con el sentimiento a flor de piel- fue suficiente.Me tragué todo el sentimiento y me di media vuelta. Tomé mis cosas y noté cómo ella comenzaba a llorar en silencio. Odiaba que me doblegara, odiaba quererla tanto, odiaba amarla de verdad. Odiaba que ella me hubiera engañado de esa forma. Ella ya no era la Scarlett de la que yo me había enamorado.
-No te reconozco –susurré-. Me enamoré de una mujer fuerte, algo tímida pero con carácter. Tenía el orgullo más fuerte que cualquier cosa. Ella pensaba y veía más allá de las personas, era inteligente y tenía dignidad –ella a penas podía sostener mi mirada mientras le hablaba-. No esta chica, que se acuesta simplemente por darle el gusto, por que sé –dije enojado- que me amas más a mí que a él, ¿verdad? –ella asintió-. Sé que me amas a mí porque siempre te disculpas –aclaré- te preocupas por lo que yo piense y te duele que a mí me duela.
- Perdóname –pidió y yo negué.
- No… -respondí- porque no lo mereces, esta vez no. Te agradezco que hayas venido a aclarar las cosas, pero esto… quiero que te duela, quiero que por una vez sientas lo que yo siento.
- Duele mucho –susurró con lágrimas corriendo por sus mejillas.
- Lo sé –dije y me di la vuelta. Tomé mis cosas y la dejé allí. Sufriendo por lo que me había hecho. La conciencia era un arma poderosa y mi lengua era la espada que atravesaba el poco corazón que ella tenía. Entré a mi habitación y luego de cerrar la puerta, me tiré en la cama y comencé a llorarle amargamente a mi almohada.
Scarlett-.
Me sentía tan vacía. Había perdido a la persona que tanto me había dado de sí. La única que en verdad me quería como en realidad era. ¿Qué era yo? Una simple basura sin valor. Respiré profundo y caminé hacia la fila que había en la cafetería. Me sentía tan perdida. Tomé mi bandeja y en eso escuché que alguien hablaba.
-¡Pongan atención chicos! –gritaba esa voz aguda que tanto odiaba-. La chica que está allí –pronunció y yo casi sentía todas las miradas sobre mí- sí la de rojo que está allí –señaló. Me giré y como era de esperarse, ella me estaba apuntando a mí.
- ¿Qué haces? –pregunté enojada, mientras que ella se paraba sobre la mesa.
- Me acabo de enterar que esta zorrita se acostó con Luke … -pronunció y todos comenzaron a verme. Unos a reír y otros a hablar bajito. Apreté la mandíbula y mis puños.
- Mentira –susurré.
- ¿enserio? –dijo ella y sacó de su bolso un puño de papeles. Los acomodó y luego los lanzó a todos en la cafetería. Asustada corrí a atrapar uno y era una foto de Luke y mía medio desnudos. Él besaba mi cuello y yo rasguñaba su espalda, mis piernas ya estaban en torno a su cintura. Él aún traía sus jeans puestos, gracias a Dios. Furiosa dejé que todos tomaran los papeles, los vieran y me compararan con la de la foto.