¿Enserio te vas?
Falling Slowly – Glen hansard
falling slowly, eyes that know me and i can’t go back moods that take me and erase me and I’m painted black you have suffered enough and warred with yourself its time that you won.
Scarlett-.
Al despertar sentí la necesidad de correr a la habitación de Luke y gritarle que estuviera conmigo. Pero justo cuando me levanté, mamá entró a mi habitación y me enseñó un cupón.
- ¿Qué es esto? –pregunté algo confundida.
- Es un pase al salón de belleza, hoy pasarás todo el día conmigo –respondió mamá y yo hice un puchero- no acepto un no por respuesta.
- Mamá es que hay algo que…
- No, y me quedaré aquí hasta que te cambies para irnos… -dijo sentándose en mi cama. Me le quedé mirando a mi balcón y luego de cinco minutos de duda, fui a mi ropero, saqué lo que usaría en el día y me cambié en el baño. Me lavé bien los dientes y luego de ponerme los converse, salimos a nuestro día Madre – Hija.
…
Estábamos en el salón, yo recortaba muy poco mi cabello y ella estaba pintándoselo color rojizo. Me miraba y yo me la pasaba viendo mi celular en espera de un mensaje o de una llamada por parte de él.
Suspiré frustrada y las horas siguieron pasando. Tenía muchas ganas de enviarle uno yo, pero mamá no me dejaba tocar mi celular a menos que sonara antes.
- ¿Soy yo o estás muy alterada? –preguntó mamá.
- Estoy alterada –susurré y bajé la mirada en lo que arreglaban mis manos. Mamá se me quedó mirando y luego a mi celular.
- ¿Esperas alguna llamada?
- Espero que me dejes hacer una llamada –dije desesperada. Ella asintió y yo tomé el celular con rapidez.
Me levanté del asiento apartando a toda la gente que tenía alrededor de mí y emocionada tomé el celular marcando su número.
Luego de algunos timbres, él contestó.
- Hola –saludé en un susurro.
- Hola –respondió él- ¿cómo estás?
- Bien… yo… hay algo que quisiera decirte… -mencioné y él se quedó callado- sé que no soy perfecta y que te he lastimado, tanto como tú a mí pero yo quisiera… intentar… yo…
- Hay algo de lo que quiero hablarte –interrumpió él y yo me quedé callada.
- ¿Hablarme? –pregunté- ¿de qué?
- Cuando estés en casa hablaremos…
- ¿Es algo malo? –pregunté para prepararme física y mentalmente. Él suspiró y yo mordí mis labios algo temerosa de escuchar que él ya se había arrepentido.
- No lo sé –susurró. Sentí que mi corazón se exaltaba, no me agradaba nadita el tonito que tenía conmigo. ¿Será que él ya se habrá arrepentido?
- Escucha, mamá me tiene secuestrada así que probablemente pueda llegar a casa como a las ocho de la noche, tal vez más tarde…
- Está bien… pero te tengo que ver hoy –susurró y yo asentí levemente- por favor.