19.

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Luke-. 
Al despertar lo primero que hice fue sonreír. Scarlett ya salía conmigo, ya la había besado y honestamente el beso me había fáscinado. Era tan diferente a los demás, la sensación de tenerla a mi lado era tan magnífica que el volver a soñar con ella no era lo mismo. Me mordí los labios e imaginé cuando ella estaba mordiéndome, su respiración acortada... su nerviosismos y su chispa pícara y la forma en que lamía sus labios. 

- Hey -escuché que decían. Abrí los ojos y una hermosa figura estaba frente a mí con una sonrisa de porcelona- despierta dormilón...
- ¿Qué haces aquí? -pregunté con media sonrisa. Ella se recostó sobre mí y comenzó a delinear mis labios con sus dedos. 
- Solo quería venir a despertarte -susurró- ¿quisieras dar un paseo luego de desayunar en el lago? 
- Hem... claro -dije un tanto dudoso. Ella sonrió y se acercó a mí dándome un beso extremadamente tierno en los labios. Cerré los ojos complacido y nuestros labios se movían como si fueran solo uno. Como si estuvieran sellados, como si vivieran solo para ello. 
- Buenos días -susurró. 
- Buenos días amor... -respondí y ella besó la punta de mi nariz. Me levanté y ella se fue a su casa. Sonreí al ver que ella estaba portándose tal y como yo quería que fuera. Era tan fácil, tan simple, tan... pronto. ¿Estará jugando? Me senté en la cama y me quedé pensando en lo fácil que había sido que ella me quisiera ahora... ¿sabrá lo que está pasando? "Luke estás alucinando, de seguro como ahora tienes a la chica te da miedo lastimarla, pero... ese es tu trabajo, recuérdalo... recuerda cual es el objetivo principal de esto... desecharla". 



Me di una ducha larga y reflexiva. Durante toda esta no dejé de pensar en la mente de Scarlett. Ella era lista, me pregunto si de verdad se enterara de que esto era una apuesta. ¿Qué haría ella como para responder? ¿Lloraría o algo? Preocupado, salí de la ducha y me vestí unos jeans negros, una camisa azul y peiné mi cabello hacia arriba como siempre, faltaban solo dos semanas para que terminara el verano. Tenía que enamorar a Scarlett de verdad, y si quería hacer eso, tenía que mostrarle un poco de mi corazón. 

Tomé mis cosas y bajé las escaleras, en la cocina me encontré con mis padres, quienes se enteraron por mí de lo que había pasado en Nueva York, me castigaron unos días, pero honestamente sabía que me dejarían salir antes de eso. Jugué un rato con mis hermanas, las extrañaba un poco y no pasaba tiempo con ellas desde lo de Scar y yo. 

“Ya estoy lista, a la hora que quieras vamos a desayunar ” –Scar. 

Luego de ver el mensaje y notar ese “corazón”. Metí mi celular al bolsillo, me despedí de mis padres y fui a casa de ella para luego ir a una cafetería o algo. 

Toqué su puerta con media sonrisa. No sé por qué de repente sentía tanta emoción de verla. Mordí mis labios y la puerta se abrió, era su padre.
-Hola señor Bouvier –saludé y él medio sonriente me abrió la puerta. 
- Buenos días –dije al notar que todos desayunaban en la cocina, Joseph se me quedó mirando y Anna me sonrió.
- Hola Luke –saludó ella- ¿cómo estás?
- Bien, gracias y ¿tú? –pregunté interesado. 
- Muy bien, ¿irás a desayunar con Scarlett y su amiga verdad? –preguntó, ¿amiga, qué amiga? 
- ¿Amiga? –pregunté confundido.
- Lo siento, pero yo no dejaría que ella saliera sola contigo jamás –murmuró Joe. Me le quedé mirando tratando de descifrar por qué lo diría. Anna le dio un codazo y luego me sonrió como al principio.
-Ustedes ya se llevan mejor –dijo Joanna, la madre de Scar. Como estaba pensando en otras cosas, tardé en responderle-. Ella está mejor desde que sale contigo. Me alegra demasiado que el problema entre ustedes se haya arreglado. 

¿Qué era todo esto? ¿Querían hacerme sentir mal por engañar a Scarlett? ¿Querían que me arrepintiera y le contara la verdad? ¿O solo eran juegos de mi mente diciéndome que por favor ya la dejara de engañar? Afligido, bajé la mirada y masajee mis sienes. 

- Hola –saludó ella con voz tierna. Levanté la mirada y ella vestía sus jeans y unos converse rojos, así como una blusa negra. Su cabello lo llevaba recogido en una coleta y usaba un moñito rojo enredado. No usaba ni una gota de maquillaje, sus labios estaban rosados por naturaleza y sus pestañas tan espesas estaban enchinadas como siempre. 

Se acercó a mí y me dio un leve abrazo. Sonreí y ella tomó una dona para el camino a la cafetería. Nos despedimos de sus padres y salimos de allí. Para mi sorpresa, ella tomó su tabla de Skate. Seguro no iríamos en el auto. 

Comenzamos a caminar, bueno ella a deslizarse, en silencio y en ocasiones ella tomaba mis manos o me abrazaba. 
-Estás de mejor humor ahora –dije cuando sonreía y miraba hacia el suelo. 
- Anoche estuve hablando conmigo misma y pensando en muchas cosas –murmuró bajito- creo que es tiempo de aceptar lo inevitable –la miré confundido y ella notó que yo no le había entendido nadita- ¿Para qué ocultar lo mucho que me interesas sabiendo que eres el único al que puedo querer de esta forma? 
- ¿Qué forma? –pregunté, quería saber qué había en realidad en su interior.
- Tú sabes cual… -se detuvo- sabes que estoy perdida e irrevocablemente enamorada de ti. 
- ¿Qué hay de Logan, Johnny o cualquier otro chico? –inquirí y ella sonrió de lado. 
- Bueno, puedo decirte que a los dos los aprecio, pero nunca los llegaré a querer tanto como te quiero a ti ahora –se encogió de hombros y se siguió deslizando como siempre. 
- Scarlett… -llamé y ella se detuvo a mirarme. Caminé hasta alcanzarla y suspiré- ¿por qué de repente puedes decirme todo esto, tan fácil? 
- Porque tú decidiste estar conmigo –respondió- ¿no era esto lo que querías? –preguntó- ¿Estar conmigo? 

Me le quedé mirando y ella anhelante estaba esperando una respuesta mía. ¿De verdad quería estar con ella? Apreté los labios hasta formar una fina línea y sus ojos azules, brillaban al toque fino de un rayo de sol. Pensaba demasiado la respuesta y aunque yo sentía que tardaba eternidades en responder, no habían pasado ni diez segundos de esta lenta agonía. 

-Eso es lo único que quiero con tanto anhelo –respondí. “wow, lo dije tan convencido que hasta asusta”. 

Scarlett sonrió ampJaiente, se subió a su tabla para estar a mi altura y rodeó mi cuello con sus brazos. Estaba por acercarse a besarme cuando yo separé mi rostro. 

-¿Sabes cuantas veces soñé que te besaba? –susurré frente a su rostro.
- No –respondió- ¿Cuántas? 
- Las suficientes como para darme cuenta de que cada vez que te beso, siento que estoy soñando y cada vez que despierto, siento que hubiera preferido permanecer dormido, para así no separarme de tus labios –“¿De dónde demonios saco tantas palabras?”. 
- No sabía que eras un chico romántico –sonrió y sus mejillas se enrojecieron un poco. 
- No sabía que sentiría tanto por ti, o que te las diría a ti –me encogí de hombros- ¿no es curioso esto del… -se me trabó la boca al pronunciarlo- esto del amor? 
- Estar enamorado –susurró suspirando- para mí estar enamorada es, es… es: no sentir vergüenza al verte vulnerable ante alguien. No temer estar estúpidamente embobada de sus ojos, su sonrisa y sus labios –sonrió- es querer a alguien intensamente aunque él no sienta lo mismo. Es pensar en él a cada momento del día, aunque sepas que él no estará haciendo lo mismo. Es ver sus defectos como parte de su personalidad. Ver sus virtudes y enlistarlas… para no encontrar el final… Es preocuparte por esa persona, es sentirte feliz porque él está feliz –ella me veía a los ojos cuando me confesaba todo esto. 
- ¿Quién era el romántico aquí? –pregunté levantando una ceja y ella sonrió apenada. 
- Se suponía que tú, pero tú me obligaste a serte sincera –mordió sus labios- ¿Te has enamorado… de verdad? 
- ¿De verdad? –pregunté y ella asintió. Suspiré pensando en la respuesta a esa pregunta- Creo que sí, a los diez años… -pensé en ella misma. Había sido mi primer amor de pequeño, pero nunca le quise decir nada, ella me dijo “Gordito puñetas”. Eso te quita el amor de golpe, y si no el amor, te arrebata la autoestima. 
- El primer amor –dijo ella, comenzamos a caminar de nuevo, pero ahora ella llevaba su tabla cargada en su mano derecha. Yo tomé su mano izquierda- tú fuiste mi primer amor… 

¿Enserio? –pensé. Me le quedé mirando y ella sonreía tímidamente. Desvió la mirada, plantándola en el suelo.

-Pero me dijiste “gordito puñetas” cuando me conociste… -le recordé y ella rió levemente. 
- Lo sé, pero en ese momento estaba enojada, después de eso comencé a conocerte y bueno, en tu etapa de puberto malcriado, tampoco me encantaste… usabas unas raras bandas en la cabeza que me hacían dudar un poco de ti…
- Oh vamos, eran coloridas y en onda –ella rió- Tú tampoco fuiste un adonis de los trece a los quince –contraataqué y ella apretó mi mano.
- Estaba en crecimiento y descubriendo mis hormonas nuevas, deja de molestar –murmuró enfurruñada y yo me reí. 
- Tenías unas lindas espinillas en todo el rostro… -recordé- y unos lindos frenillos. 
- ¿Tengo que recordarte todo lo que tú tenías? –preguntó y yo abrí los ojos como platos- Deja de recordarme esa etapa en mi vida, ahora no tengo espinillas, bueno sí, pero ocultas –rió-. Lo bueno de cumplir diez y siete o diez y ocho, es que tu cuerpo vuelve a la normalidad después de intensos cambios. 
- Bendita sea la adolescencia –mumuré y ella rió. 
- ¿Notas de lo que estamos hablando? –preguntó- Iniciamos con “estar enamorados” y terminamos con “espinillas y adolescencia”. 
- ¿Hermoso no? –inquirí y ella me miró confundida. 
- ¿El qué? –preguntó- ¿Espinillas y adolescencia? 
- No… -reí- el volver a hablar de todo y nada. El caminar lentísimo tan solo para esperar no llegar a nuestro destino –murmuré pues a penas íbamos a dos cuadras de casa- aunque honestamente esté muriendo de hambre… 
- Sí –sonrió- es bueno volver a como era antes, bueno… mejorado porque ahora te puedo besar sin pedirte permiso. 
- ¿Besarme sin permiso? –jamás creí que la escucharía decir eso, se supone que ella era tímida y encantadora.
- Bueno, es que… ahora que puedo probar tus labios, no quisiera perder la oportunidad de hacerlo, cuantas veces me sea posible –se encogió de hombros. 
- Entonces bésame –pedí y ella me miró extrañada y nerviosa. Rió un poco y dio unos pasos hacia un lado.
- Luego –murmuró y seguimos caminando. 

Llegamos a una cafetería que estaba a unas manzanas de nuestro hogar. Nos sentamos en una mesa más grande de lo normal. Ella se sentó frente a mí y se corrió hasta la ventana. Pedimos un par de malteadas, panqueques y huevo con tocino, así como jugo y café. Demasiado, pero nosotros éramos unos glotones por naturaleza. 

Ella partía uno de sus panqueques y yo la observaba detenidamente. Era hermosa, y la luz en sus ojos jamás me había parecido tan tentadora. Mordí mis labios tentado por los de ella cuando repentinamente alguien se sentó a mi lado. 
-¿Tú quién eres? –pregunté al ver a la chica morocha, ojos grandes y vestimenta similar a la de Scarlett. 
- Danny… Luke, Luke ella es mi mejor amiga Daniella –murmuró Scarlett.
- ¿Mejor amiga? –pregunté- ¿Desde cuando tienes amigas? 
- Desde siempre –respondió Danny- no soy la única, también está Day… solo que se la pasa en casa de Daniel. 
- ¿Daniel? –preguntamos ambos. 
- Sí, están saliendo juntos desde hace unos días. Él siempre me la roba, así que este día yo te vine a robar a Scar. 
- Pero hoy la quiero tener conmigo –dije haciendo un puchero. 
- Lo siento –dijo Scarlett- otro día… ¿sí amor? 
- Está b…
- Hola –dijo Logan sentándose al lado de Scarlett. Se me quedó viendo y yo lo vi con alta confusión. “¿Este qué hace aquí?”. Vi a mi novia y ella sonreía. Le dio un beso en la mejilla y luego comenzó a hablar con Daniella. ¿De qué rayos me había perdido aquí? 

-¿En la noche? –preguntó Scarlett y tomó mi mano- ¿Haremos algo esta noche?
- Sí, te llevaré a los Go Cars, luego a cenar… luego veré qué podemos hacer… 
- No le gustan los Go Cars –corrigió Logan- le gustan los bolos, llévala allí –dijo tomando una servilleta y limpiando la comisura de sus labios. 
- Disculpa, es MÍ novia, yo la llevo a donde YO quiera –respondí demasiado enojado, ¿quién se creía él? Sí, era su ex pero por Dios.

Logan entrecerró los ojos y miró a Scarlett. Resopló incómodo y luego miró a Daniella. Negó con la cabeza y se levantó del lugar, yéndose a otra mesa a desayunar solo. 

-No debiste decirle eso –murmuró Scar.
- Oh vamos, ¿ahora lo defenderás? 
- Número uno, tú aún no me pides que sea tu novia. Solo me lo insinuaste y yo nunca te respondí. 
- Número dos, ¿tienes idea de lo difícil que es ver a tu ex novia con su más reciente novio? –preguntó Daniella. 
- Nadie lo llamó –dije molesto- que se vaya a conseguir un poco de dignidad… -miré hacia la ventana y vi que Scarlett apretaba los puños. 
- Iré a hablar con él –respondió. Tomé su mano y me le quedé mirando sorprendido. ¿Cómo rayos era posible que ella aún lo defendiera? ¿Acaso lo seguía amando o… lo amará más que a mí?
- ¿Para qué? –pregunté en un tono algo rudo.
- Porque no debiste hablarle de esa forma, así que si me permites –dijo sacando su muñeca de mi apretón. Se levantó y se fue a la mesa en la que él estaba. 

Scarlett-. 
Celos, malditos celos. Esos celos me encantaron. Me levanté de la mesa y caminé hacia donde estaba mi verdadero novio. Me senté frente a él y lo miré anhelante de un beso suyo. 
-No tienes idea de las ganas que tengo de patearle el trasero –murmuró él agachando la cabeza. Me dolía verlo así. 
- Lo siento Logan –susurré. 
- ¿Cuánto más tengo que aguantar la tortura de verte con alguien que no soy yo? –preguntó partiendo una servilleta en pedacitos. 
- Dos semanas –susurré- luego todo terminará. Lo prometo –aseguré. Logan suspiró y me miró a los ojos, el dolor en su mirada era casi palpable. Me lastimaba verlo tan herido. Desvié la mirada y limpié una pequeña lágrima que cruzaba mi mejilla. 
- No llores –pidió- Luke pensará que te estoy maltratando o algo así y lo que menos quiero es tener un morete en el rostro… 

Me limpié el rostro y le sonreí a medias. Él lo hizo completamente y acarició levemente mi mejilla. 
-¿Entonces ya son “novios”? –preguntó Logan antes de que yo me retirara. 
- No lo sé, supongo que esta noche me lo pedirá –respondí mordiendo mis labios. Logan se puso de pie y me dio un abrazo. 
- Por favor, piensa en lo que haces y no te enamores de verdad de él –pidió en un susurro, acercándose más a mi oído. Su contacto me hizo estremecer y sentir estas hermosas mariposas que hacía tiempo no sentía. 

Logan se fue luego de darme un corto beso en la mejilla. Lo vi salir del establecimiento y miré hacia donde estaba Luke. Quien me observaba fijamente fulminándome con la mirada. Si sus ojos fueran dagas yo ya estuviera desangrada en el suelo y muriendo. Le sonreí a medias y él giró su rostro hacia la ventana. 

“¿Te dolió? Aw, ni modo… si quieres estar conmigo, lucharás perro” –pensé. 

Regresé a mi asiento y Daniella sonrió un poco. Sabía que ella se había encargado de hacerlo sentir mucho peor en mi ausencia. 
-Ya volví –dije y Daniella se levantó de la mesa. 
- Iré a tu casa a eso de las nueve, la regresas temprano –amenazó a Luke. Él estaba tan molesto que ni le prestó atención. Yo le sonreí emocionada a Danny y ella también me correspondió. Alzó la mano simulando tener un teléfono en él. Indicio de que la llamara. 

Daniella se fue y yo me quedé sentada esperando a que él me regañara o algo, pero no dijo nada solo se limitó a mirar por la ventana. Si esperaba que yo me disculpara, no lo haría nunca y eso lo sabía bien. Así que, o terminaba definitivamente conmigo o seguiría aguantando mis jugarretas hasta que él decidiera dejarme en la escuela. Estar conmigo no sería tan fácil como él pensaba.

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Perdón por tardar tanto pero no podía subir ya que mi teclado se rompió.

-Delfi

Karma  | Luke Brooks {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora