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—Sueltame—murmuro ella. Jungkook deslizó sus manos suavemente por los brazos de ella, haciéndola estremecer. Conocía cada movimiento que ella apetecía  de el—Hay alguien que espera por ti——le indicó, y su mirada apunto hasta la puerta.

—Mierda—Jungkook se volteó, la prostituta lo esperaba al borde de la puerta. Hye Sun no había logrado observarla bien con la oscuridad hace unos minutos, era muy guapa a decir verdad, alta y rubia. Jungkook camino hasta ella, sin decirle una sola palabra a Hye Sun. Estaba cabreado, tanto que cerró la puerta de la habitación con fuerza, Hye Sun salto en su sitio.

¿Y como no enfadarse después de haberlo dejado con las ganas?

Le pago lo acordado a la mujer que había contratado para sacarlo, despidiendo la. Una francesa bonita que había sabido complacerlo, pero no lo suficientemente, pues Hye Sun lo había calentado en menos tiempo.

“Inmadura”

Mil veces, pensó.

¿Se cree la gran cosa?

No se lo podía creer, no había mujer en el mundo que lo hubiera rechazado de tal forma. En otros casos, si hubiera llegado a ese nivel con cualquier otra, está hubiera aceptado, pero ¿Hye Sun?

Mierda. Mierda. Mierda ¿Aun conservaba la erección?

Bajo la mirada. Si, aún la tenía, más grande, ¿Y como no? Si con tan solo rozarle la piel...su miembro había reaccionado como si hubiera despertado después de un año en abstinencia.

¿Que tienes, Kim Hye Sun? ¿Que tienes que me gusta tanto?

Abrió con rudeza la puerta de la habitación, Hye Sun se volteó sobresaltada, menos mal y esta vez no la encontraba en ropa interior. Cerró la puerta, haciendo ruido de nuevo.

—Es muy tarde...

—Se me ha quitado el sueño

—¿No confías en mí?

—¿Tengo que responderte?

—Si, muñeca...

—Joder, que no me gusta que me llames así—le respondió ella

—Y a mi no me gusta tenerte de invitada en mi casa—la reto el.

—Es tu problema.

—Vaya, vaya...—dijo caminando a pasos lentos, Hye Sun sintió  que la calentura volvía a ella, ¡Que hombre!, cuánto la ponía—Hay alguien aquí que no tiene ni idea de lo que le puede pasar si sigue portandose mal—murmuro muy cerca de su rostro, Hye Sun intento no mirarlo demasiado, concentrándose en otro punto que no fuera el—y de lo que lo puede pasar...—Jungkook le acarició el mentón con su labio inferior, rozándole como una tercia pluma—Si se porta correctamente.

—¿Tantas ganas me tienes?

—Muchas...—ahora la apretó de la cintura, haciéndola cortar la respiración por un fragmento de segundo, juntaron sus cuerpos...una sensación increíble—. Agradecelo...eh contratado una puta para no follarte antes, me estoy aguantando mucho—le acarició la cintura con sus manos alzando ligeramente la fina tela  que le cubría las caderas, sus dedos hicieron contacto con la piel tibia de esta.

—Te lo eh dicho...jamás estaría con alguien como tu—murmuro ella a base de gemidos, pues Jungkook había posicionado sus labios en su cuello recorriendola tan sensualmente como podía, ella cerró los ojos, el levantó la mirada al escucharla hablar, sabía lo que sentía en ese momento, debido al tono de voz que manejaba, estaba excitada. Lo único que le faltaba era un pequeño empujón, así que intento besarle los labios de una vez, comerle la lengua y hacerla gozar tanto como podía, pero ella volvió a separarse—Jamás dejaría que alguien como tú me besara—Y esa fue la gota que colma el vaso.

Jungkook la cogió con fuerza estampandola en la pared, su mirada era otra, sus ojos ahora embarrados de lujuria, la miraron sin importarle lo que podría venir después. Le quitó la ropa tan rápido como pudo, ahora ella no tenía con que defenderse, ni siquiera las palabras podrían detener esa fiera que había creado.

Observaba todo lo que hacía, de qué manera la cogía y como se excitaba más cuando veía todo lo que tenía ante sus ojos.

—Nadie va a besarte los labios, preciosa...—Le advirtió el, Hye Sun sintió las manos de Jungkook apretarle el trasero tan  fuerte que logró juntarle el cuerpo hasta su poderosa erección—Sera todo lo contrario—ahora dejo de ver su rostro.

Tenía a Jungkook besándole el estómago mientras suavemente bajaba por sus caderas, y ella decidió aferrarse a la pared para poder contener esos enormes gritos que quería soltar. Los dedos de Jungkook la tocaron desprevenida, metiéndolos  en los espacio de entre su piel y sus finas braguitas.

Los besos de aquel hombre la siguieron persiguiendo por todo el cuerpo, ahora sentía que la atacaba por abajo, justo ahí...donde ella no tardaría en gritar.

Sus dientes midieron ligeramente las braguitas de Hye Sun por el costado, bajandoselas, ella se estremeció.

¿Que se estaba dejando hacer?

—Ah...—murmuro ella.

Un primer gemido que la haría soltar los demás. De pronto recordó a la prostituta gritando....gritando por él.

Por lo bien que se debía sentirlo adentro...muy adentro de ella.Se mordió el labio.

Sin darse cuenta, tenía las bragas a las rodillas.

Secuestrada |Jungkook|+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora