Secuestrada |Jungkook|+18

»17.

Y después de esa noche, no quiso amanecer con ella, verla despertar...ni mucho menos besarla deseándole un bonita mañana. Tenía miedo.

¿Miedo alguien como el?

Que había pasado por las peores cosas de la vida, que había enfrentado los golpes más bajos y las experiencias más sucias. ¿Él? Si...le parecía tonto, estúpido, una completa broma pero no había nada más verdadero que aquello;

Jeon Jungkook tenía miedo. De ella. De Hye Sun. De lo bien que se había sentido anoche. De lo increíble que había sido tener sexo con ella. De lo estupendo que fue besarla, tocarla, sentirla...estar en su cuerpo por pequeños minutos...escucharla gemir, respirar, pidiéndole más. De lo hermosa que era...aparte de tener un hermoso trasero, unos buenos senos, preciosas caderas y más...era muy bonita . Tan sutil. Tan mujer. Con un increíble carácter. Con unos ojos preciosos. Con una sonrisa increíble.

No, no podía ser cierto...No podía creerse que era la primera vez que pensaba eso de un mujer. Se rió en su sitio. Hacia muchísimo frío. Se abrazó por si solo... cuánto le hubiera gustado que ella lo abrazara en ese momento.

Respiro hondo y marcó el número de uno de sus colegas en el teléfono público, al mismo tiempo que cerraba  la puerta de la cabina telefónica para hablar con más privacidad.

—¿Si?—le contesto el. La voz de Jin no había cambiado en nada.

—Habla Jungkook—le afirmó el.

—No te había reconocido—Admitió Jin, mientras se aclaraba la garganta—Eh tratado de contactarte toda la puta semana...¿Sabes? Tengo que hablar contigo...

—Bueno, ya estamos hablando.

—Si, eso...—Se hizo un silencio entre los dos. Jungkook espero a que Jin empezará a contarle. Lo conocía desde siempre, y definitivamente algo le pasaba en ese momento—Vas a decir que soy un cabron.

—Maldición, Jin. Eh dejado a Hye Sun sola...¿Me lo dices de una vez?—le exigió.

—Ya...—susurró Jin—Tengo el dinero de mi secuestrada...—empezo a contar—No ha quedado nada en sus tarjetas, absolutamente nada—continuo—.Pero no podré hacer más.

—¿A qué te refieres?

—No me pidas que la mate—dijo Jin. Entonces Jungkook comprendió lo que pasaba.

—Yo tam...

—No puedo, Jungkook—admitio Jin—Se me hace imposible...se que no  te eh fallado en ninguna misión, que siempre las eh terminado, pero...no puedo con ella.

—¿Por qué?—le preguntó él.

—Estoy enamorado.