»26.

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Hye Sun miraba por la enorme ventana que se extendía por el departamento de Jungkook. Estaba sola, al parecer el se había ido hace bastante tiempo...

¿A dónde iba cada mañana?

Ya se lo preguntaría. Esa mañana había amanecido de otra forma, más feliz, sin ganas de pelear. Era otra, definitivamente.

Con solo ponerse a recordar como había sido la noche con solo ponerse a pensar, como es que Jungkook la había tratado. Le erizaba la piel por completo. Había sido diferente que la primera vez que tuvieron sexo. Lo había sentido más dulce, como si viniera de él, o como si viniera de un Jungkook que solo ella podía llegar a conocer.

¿Era posible? O...¿Solo se lo estaba imaginando?

Joder, todo esto le hacía estremecer el estómago, ponerse de piel de gallina, tan solo pensar que Jungkook podría sentir algo más por ella.

Alguien tocó la puerta del departamento con fuerza.

—¡Abre la puerta!- gritaron desde afuera. A Hye Sun se le enfrió la sangre— ¡Es la policía de Estados Unidos, que abran la puerta!—volvieron a gritar. Los ojos de Hye Sun se abrieron, atónita, tragó saliva.

¿Quien iba a decírlo? Hace unos días moria por irse de ahí, por que la encontraran, por no volverlo a ver nunca más. Y ahora, deseaba todo lo contrario.

El policía empezó a golpear la puerta. Dos. Tres. Cuatro veces. La madera maciza de esta empezó a quebrarse por en medio. De pronto, ella ya no estaba sola en aquel departamento. Sino que diez hombres, con armas en los hombros, le apuntaban al rostro.

—Hye Sun—susurró uno de los policías. Al parecer, quien llevaba a cargo el caso de su búsqueda—No te muevas.

—No hay nadie aquí...—murmuro ella, y agradeció muchísimo que Jungkook no estuviera en ese momento.

—¿Dónde está Jeon?—preguntó el oficial. Los otros oficiales bajaron la guardia al notar que el no estaba con ella.

—No se...yo...no sé nada de él—Insistió Hye Sun. Y no les diría más, pues no delataría a Jungkook. Jamás. No después de lo que habían pasado. De tantas cosas que por pequeñas que hayan sido, a ella le parecían especiales.

—¿No vas a decirnos?—volvió a preguntarle el oficial—. Linda... Nosotros somos los buenos, te venimos a ayudar, no sabes lo preocupada que está toda tu familia por ti...¿Lo has pensado?

—Yo no se nada de Jungkook—Hye Sun lo miro a los ojos. El oficial comenzaba a cabrearse. Hizo unas cuantas señales a los demás oficiales, estos se colocaron estratégicamente en la ventana y otros en la puerta.

—¡Sabes su nombre! ¿Lo defenderas, Hye Sun? Defenderas a ese imbécil que te secuestro hace una semana...¿Y que planea matarte?

Hye Sun guardó silencio.

«No, Hye Sun. Tu confías en él, tu confías en Jungkook, el no te haría daño»

—Vaya, vaya...veo que ese tipejo ha sido inteligente está vez—dijo el oficial—Tanto que hasta has llegado a creerle.

Una pequeña oleada de tensión se pasó por su cuerpo. Ese jodido oficial parecía conocer a Jungkook de una manera increíble.

—Bien, ¿No me dirás dónde encontrarlo?

—No se dónde está, no lo sé...

—Si, claro...claro—la miró mal. De acuerdo, no colaboraría, pero al menos se enteraría de quién era Jeon Jungkook realmente. De quien era el hombre de quién se había enamorado. De todas esa cosas que él no quiso contarle—Vamos a hablar...y después de esto...me dirás si sigues confiando tanto en él...

•••
Los ojos los tenía humedecidos. Su corazón estaba decepcionado, necesitaba gritar. Se sentía como una estúpida en todo eso. Una más del montón. Otra secuestrada que Jeon Jungkook había enamorado. Que había hecho perder la cabeza, y que finalmente había terminado muerta en algún rincón del mundo, olvidada.

¿Era eso lo que de verdad significaba para él? ¿Una más? ¡No! ¡No!

Oh, mierda...se pondría a llorar.

El oficial le enseñó otra foto. Una foto más. Otra secuestrada. Otra historia. Otra aventura.

—Basta—le indicó ella, a punto de romper a llorar. Tenía un nudo muy grande en la garganta—Lo eh entendido, ¿Vale? No me interesa a quien más haya matado Jungkook...me da igual...les juro que no se dónde podría estar en este momento.

—-Y nosotros confiamos en ti—el oficial intento acercarsele—Lo vamos a atrapar de todas formas.

"Te odio"

Hye Sun recordó esas palabras en su mente. Cuánto le hubiera gustado sentir eso en ese mismo instante. Odiarlo, odiarlo muchísimo...¿Como había sido tan tonta como para enamorarse de él? Si, enamorarse. Porque ahora era donde lo notaba. Estaba totalmente enamorada de Jungkook.

* * *

Jungkook corrió hasta el edificio. Se le había hecho tarde, seguro Hye Sun ya estaría despierta, con ganas de desayunar, con ganas de verlo...

«¿De verme?»

Se rió solo en medio de la calle.

«¿Me habrá extrañado?»

Seguramente sí.

«Ya mismo llego, bonita. Para decírtelo todo»

Susurró en su mente.

Quiso doblar la esquina para llegar a su viejo edificio, entonces fue cuando divisó que toda la esquina estaba llena de automóviles blindados. Gente en el piso de su departamento siendo interrogada. Algo que el reconocería en todas partes.

«Mierda»

Pensó. Se desvió en el camino. Lo habían encontrado, habían encontrado su paradero...el suyo y el de Hye Sun.

«Hye Sun....»

Pensó.

«Joder, estás ahí adentro»

Y supo que solo tenía dos opciones; Seguir, y desaparecer con el dinero de su secuestrada, o quedarse...quedarse y no permitir que nadie le quitará a Hye Sun. Su Hye Sun. De el. Porque así lo sentía.

«Vamos, Jungkook. Piensa...piensa en algo para sacarla de ahí...no la dejes...tu...tu la amas»

Secuestrada |Jungkook|+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora