20. Pasos de cero

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Escuché mi celular vibrando sobre la mesa, salí casi corriendo con la toalla a medio amarrar con la intención de alcanzar a contestar la llamada creyendo que podría ser Valentina.

Cuando lo tomé, noté que se trataba de Melanie, suspiré antes de presionar el círculo verde.

—¿Aló?

Escuché su voz quebrantada al otro lado de la línea. —Santi, te necesito... urgente.

Su tono me alarmó, parecía estar ahogada en llanto, corrí al armario poniéndome lo primero que vi manteniendo el teléfono en mi oreja, —¿Qué paso? Dime dónde estás.

—Estoy aquí parada frente a-al centro comercial Andino, ven por favor, te necesito, no-no sé qué hacer.

Terminé de ponerme la chaqueta y bajé directo hacia el garage.

—Voy saliendo para allá, no te muevas.

—Aquí te espero.

Encendí el auto y comencé a conducir de prisa pero precavido, aún seguía preguntándome qué podría estar haciendo Melanie a las 6 de la mañana frente a un centro comercial que debería estar cerrado, por suerte el tráfico no estaba tan pesado y llegué en cuestión de minutos, estacioné en la esquina a pesar de que estaba prohibido por tratarse de una zona tan concurrida, saqué mi celular para llamarla pero antes de hacerlo escuché un golpe en la ventana.

Quité los seguros y ella subió, creo que me preocupé aún más al ver su semblante, estaba pálida, sin una gota de maquillaje y con manchas rojas en la cara, había estado llorando mucho, temblaba como si estuviera tullida del frío.

—¿Qué te paso?

Resolló, —Solo vámonos de aquí, muy lejos, no quiero estar más aquí, ya te cuento en el camino.

Asentí siguiendo sus súplicas, comencé a conducir saliendo nuevamente de la ciudad para dejar todo el bullicio atrás, creyendo que era lo que ella más necesitaba. Seguía en silencio, estaba tratando de darle el espacio para que se sintiera cómoda y hablara, me detuve en el semáforo y aproveché para escribirle a Sebastián.

'No iré a clases hoy, te cuento más tarde.'

Parquee en el estacionamiento, —¿Tienes hambre?

—No pero creo que debería comer un poco.

Bajamos entrando a la cafetería siguiendo hasta una de las mesas del fondo, ella pidió agua por el momento, mi estómago gruñía del hambre así que opté por pedir bastante comida.

Le dio un trago a su botella, notaba como trataba de encontrar fuerzas para hablar. —Hice algo horrible.

Preferí no decir nada y dejé que siguiera a su ritmo.

Respiró profundo, lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, su mano temblaba sosteniendo con la botella. —Hace tres días me di cuenta que estaba embarazada, entré en pánico, no sabía que hacer...

Sentí un frío recorrer mi espalda.

—Melanie...

—No, déjame hablar, no he llegado a lo peor, —me interrumpió —¿Sabes qué es lo peor? Que ni siquiera sé de quién podría ser, no lo sé y me avergüenza tanto, siento asco de mi misma... —ocultó su rostro entre sus manos negando, tomé una de ellas dándole un ligero apretón, limpié una de las lágrimas que se resbala por su piel. —Supongo que no me cuide y el tipo que sea con el que me acosté tampoco, me sentí mal y compré una prueba en la farmacia, salió positivo, no lo quise aceptar y fui al médico, me confirmaron que estaba embarazada y...

Destinados a encontrarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora