Me levanto al escuchar la música que simula alarma, no me apetece ir al instituto, ya han pasado tres días desde que Frank y yo hablamos, no lo e visto en esos días e preguntado por él, pero María dice que solo sale en las mañanas de su habitación cuando no estoy, además de decir que no tiene buen aspecto y eso me hace sentir más mal de lo que me siento, no e podido dormir bien tampoco.
Obligo a mí cuerpo levantarse para empezar con la misma aburrida rutina, necesito hablar con él y si no lo hago hoy, estoy segura de que no pueda hacerlo después.
Entre al baño y me duché, salí ya con el uniforme puesto y con mi mochila, le puse seguro a la puerta, dirigí mi mirada hacia la puerta de Frank, quiero ir pero a la vez no.
Negué y me acerque a su puerta, levanté mi mano con la intención de tocar la puerta pero la voz de María me interrumpió.
– Buenos días señorita.
Suspiré y force una sonrisa, y me acerque a ella.
– Ya te e dicho que no me gusta que me digas señorita, dime Emma o Emm y ya.– comenté sabiendo que perdía mi tiempo, me sonrió y negó con la cabeza.
– El desayuno ya está listo señorita... Emma.– me rendía nunca me diría solamente Emma.
– Está bien.
Aferró mi brazo, bajamos las escaleras y me guío al comedor.
– Con todo respeto puedo preguntar ¿Que hacía en la puerta del joven Frank?.
– Mmm... Solo quería hablar con él y saber como estaba, ya que no lo e visto en estos días.– me encogí de hombros tratando de no demostrar tanta importancia.
– Si, el joven Frank a estado un poco raro, quién sabe si se deba a Marcela.
– ¿Quién es Marcela?.– pregunté con el ceño fruncido.
– Era la novia del joven Frank, se querían mucho pero de un día a otro se separaron y no dio explicaciones del porque de su separación, pero a él si le afectó mucho.– se encogió de hombros.
– ¿Hace cuanto terminaron?.
– Antes de que se viniera a vivir aquí, tengo entendido.
Pobre Frank.
– ¿Lista Emma?.– Angélica aparece en el marco de la puerta.
– Si.
– Gracias María estaba muy rico.– me despedí de ella y salimos de la casa.
Tengo muchas cosas que hablar con él, pero será cuando vuelva del instituto.
****
– Oye Emma, ¿Que tienes? ¿Estas bien?.– pregunta Camila mirándome con preocupación.
– No es nada.
– ¿Segura?, no has comido nada y tienes tiempo sin decir ni una palabra, ¿Está todo bien?.– pregunta ahora Enrique tocando mi mejilla con sus nudillos.
– Si, es solo que estoy un poco preocupada por los exámenes que están muy cerca.– miento, la verdad eso es lo que menos me preocupa, lo que verdaderamente me tiene así es la cuestión de Frank, no quiero lastimarlo, pero tengo que ser honesta con él, pero no de la misma forma que fui con él la última vez, tan brusca.
– Emma Owens no me mientas, sé que eso no es, porque sabes que a ti te vale verga los exámenes, siempre te va bien en ellos.– comenta Camila. diablos tiene razón.
– No en todos.
– Cómo sea, sabes que ganas la mayoría, así que dime qué tienes.
– Nada enserio, es solo eso.
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CONFUSIÓN AL NACER. ©
Novela JuvenilElla tenía una vida normal, era una chica feliz, vivía con sus padres y su pequeño hermano, todo era normal, hasta que unos extraños aparecieron de la nada y dieron un cambio drástico en su vida, obligándola a ir con ellos y no volver con sus padres...