Capítulo XXII 《》 ¡Yo se la daré primero!

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- A veces ni yo mismo lo entiendo _dijo él cabizbaja_ es algo que no puedo evitar.

- Entiendo _dije_ creo que será mejor que regresemos a Hogwarts, claramente no hay fresas celestes _me levanté y tomé la sesta_

- Wow la Señorita Granger se da por vencida _dijo imitando mi acción_

- Es que no sé que más hacer, buscamos por todos lados y lo único que hace este bosque es hacernos volver sobre nuestros pasos _suspiré_

- Señorita Granger, todo este tiempo buscamos en arbustos, ¿cierto? _preguntó él_

- Pues claro, las fresas suelen crecer en ellos.

- Pero recuerde que estas no son fresas de las comunes.

- ¡Oh claro es cierto! Y si no son fresas normales.

- Crecen en los árboles _dijimos ambos_

Regresamos sobre nuestros pasos, fuimos a la parte donde habían muchos árboles y efectivamente, estában ahí, las fresas celestes crecían en árboles.

- Bien, yo las tomo y tu las colocas en el sesto.

- No necesito tu ayuda _dije acercándome al árbol_

- No las alcanzas, es claro que si necesitas de mí.

- Dije que puedo hacerlo sola.

- Bien, quiero ver que lo intentes _dijo retante_

"Oh Malfoy ¿Piensas que no puedo sola?"

Saqué la enorme manta que estaba dentro de aquella sesta, la extendí por toda la sombra que proyectaba aquel árbol, saqué mi varita.

- Tiemblicus _dije y aquel árbol empezó a temblar tan fuerte que hizo que aquellas fresas que no estaban a mi alcance, cayeran_

Estás cayeron sobre la manta, puesto que como había ocupado la sombra que reflejaba el árbol asi que por lo tanto era la medida perfecta donde caerían las fresas.

Tomé las puntas de aquella manta, las junté y levante haciendo que todas las fresas quedaran juntas en el centro, hize con las partes desocupadas de la manta un lazo para que aquellas particulares frutas no se escapáran.

- ¿Sin palabras? _dije metiendo aquella manta que contenía las fresas en la gran canasta, la agarré y comencé a caminar dejando atrás a Draco_

- Oye espera _dijo alcanzándome_ ¿Cómo se te ha ocurrido eso?

- Pues paso mucho tiempo con mis tios, y hace poco se mudaron al campo de Hogsmeade, entonces la semana antes de ingresar a Hogwarts estuve con ellos y me lo enseñaron _dije mientras seguía caminando_

- No lo sabía Señorita Granger, se supone que debía saberlo, pero usted desapareció aquella noche que me disponía a llevarla a su Hogar.

- Oh si, había olvidado eso.

- Me preocupo demasiado Señorita Granger, la busqué por todos lados y no logré encontrarla.

- Oh excuseme Señor Malfoy, no pensé que se preocupara tanto _sonreí_

- La culpa no iba a dejarme dormir _rió_

Nos quedamos en silencio un rato mientras cruzabamos por el largo pasillo para entrar a Hogwarts.

- Enserio no se cómo no se me ocurrió lo de las fresas, era tan obvio _dije cargando aún la sesta, la cuál pesaba un poco_

- Es claro que soy más inteligente _dijo_

Él me arrebató la sesta de las manos, pensé que era porque querría ayudarme pero no.

- Oh Señorita Granger _dijo apresurando el paso y dejandome atrás_ soy más inteligente y más veloz, yo recibiré las gracias y felicitaciones de Dumbledore.

Él solo quería provocarme y lo había logrado.

Se hechó a la carrera con el canasto.

- Demonios Malfoy ven aquí _grité corriendo detrás de él_

Las gárgolas abriéron la gran puerta permitiéndonos el paso.

Corrimos através de la puerta y de los pasillos, el corría en dirección al gran comedor, diablos, enserio quería quitarme el crédito, las puertas del gran comedor se abrieron, solo se me ocurrió sacar mi varita.

- Locomotor Mortis _dije mientras señalaba a Draco con mi varita_

Inmediatamente el hechizo funcionó, este causó que las piernas de Draco se juntáran haciendo que cayera.

Le arrebaté la sesta que aún tenía en manos, le saqué la lengua y sin más me dispuce a ver hacia delante, Oh cielos..

Continuará

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