15. Cuidado

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Chloe.



Mi mamá se encuentra a un al lado de mí abrazándome, mientras me repite que todo estará bien. Llegó hace unas horas aventando todo y preguntando por mí presa del miedo y no ha parado de repetirme esas palabras desde que está conmigo. Quisiera creerle, pero es imposible cuando ese pensamiento de que ya no pueda ver a Zabdiel fuera de aquí llega a mí cada cinco segundos. Joel sigue aquí también, agradezco que esté y siga conmigo a pesar de que no me conoce en lo absoluto y ni yo a él, pero tener a alguien mas allí para mí se siente un poco mejor.

Trato de asimilar que Serena ya no está con nosotros y me devano los sesos pensando en por qué esa persona lo hizo. Ella no lo merecía. Nadie lo merece. No éramos grandes amigas, incluso podría jurar que en realidad ella me odiaba bastante, sin embargo siempre estuve agradecida con ella por hacer tan feliz a mi mejor amigo, se adoraban muchísimo. Me hubiese gustado decírselo, pero ya es demasiado tarde.


—Tenemos que irnos, Chlo...

—No pienso moverme de aquí, Sean —lo interrumpo y todos los que se encuentran conmigo fuera de la comisaría clavan sus ojos en mí.

—Cariño, tienes que ir a descansar —mi madre acaricia mi hombro izquierdo. Cierro los ojos controlando que las lágrimas no vuelvan a salir, aunque es un acto imposible, porque comienzo a llorar una vez más.

—No podré hacerlo, prefiero quedarme y esperar a que los oficiales me digan que Zab ya puede irse, y así salir juntos de acá.

Sophia se sienta a mi lado también, abrazándome y repartiendo leves caricias en mi espalda, un largo suspiro sale de sus labios para después decir:

—Todo va a salir bien, él es inocente y eso todos lo sabemos.

—Voy a quedarme —insisto. Y lo seguiré haciendo hasta que me dejen hacerlo. Limpio mi rostro con el dorso de la mano—. Sola o con alguien, no importa.

—Yo puedo quedarme contigo, Chloe —ofrece Joel con un gesto tímido en su cara. Levanto mi cabeza para mirarlo mejor y asiento rápidamente.

La mirada asesina de mi hermano me ataca y sé lo mala idea que esto a él le parece; nadie conoce a Joel.

—Joel es mi compañero de trabajo, Sean, voy a estar bien —me apresuro a decir.

Sophia me susurra un "no" y niega repetidas veces. Me pongo de pie, dándoles el paso a que se marchen y dejen de hostigarme con algo que no haré. Podré hacer de todo, pero menos dormir. Mi madre asiente depositando un beso en mi frente y agradezco mentalmente que no ponga resistencia ante mi pedido, como lo está haciendo mi hermano mayor.

Sean cruza sus brazos, y una pequeña sonrisa aparece en sus labios cuando ve que Christopher dice:


—No puedes quedarte, Chloe —me informa a un lado de Sophia—. Los oficiales no lo permiten.

— ¡Y yo no puedo dejar a Zabdiel solo!

— ¡Y no lo está, C! Nos tiene a su familia y a nosotros —Sean toma mis manos obligándome a que lo mire—, pero por ahora, sólo podemos esperar noticias estando apartados de aquí.


Quiero gritar que no haré lo que ellos deciden, pero tienen razón y odio a todos en estos momentos. Odio a esa persona detrás de las notas que trata de hacer conmigo una estúpida con miedo a todo y todos -y casi lo está logrando-, odio a la vida por arruinarme de esta manera. Y odio que culpen a mi mejor amigo de haber cometido algo que jamás podría hacer.

Horror en Magic Fun » Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora