Horror en Magic Fun » Joel Pimentel

18. Culpa

Chloe.

Sophia camina a mi lado contándome un par de cosas, sin embargo no logro prestarle el cien por ciento de atención. Un cosquilleo vuelve a golpear mi estómago al recordar de nuevo las palabras de Joel en esta mañana. Hay algo que me hace exigir un tipo de explicación por su parte, pero realmente no quiero parecer una estúpida a quien jamás antes le habían dicho algo lindo, o al menos quiero creer que fue con esa intención... O no.

Estaba hecha un lío.

—Y aunque al principio no estaba de acuerdo con el nuevo personal, creo que estará bien, será una manera de aliviar nuestra carga laboral —habla un poco más alto haciendo que salga de mis pensamientos, y entonces la miro sin entender.

—Perdón, ¿qué me decías? —Pregunto apenada, llevando una mirada casi asesina por parte de mi mejor amiga.

—Tal parece que andas en otro mundo, Carter —niega con su cabeza—. ¿Revisaste al menos tus mensajes en la mañana?

—No, solo he tomado el teléfono para revisar la hora. ¿Qué ocurrió?

—Ay Chloe... —Hace un bufido y la comprendo, yo también estaría harta de mí y de mi lentitud—. Danielle ha dicho que mañana habrá un nuevo empleado, recién colocó el anuncio y le llegaron muchas solicitudes. ¿A ti que te parece?

—Creo que está bien —le regalo un encogimiento de hombros—, Joel ha sido muy bueno con su trabajo, supongo que el nuevo también —y es verdad, el rizado ha sido de gran ayuda para el parque desde que llegó, las entradas vendidas subieron y ahora los adolescentes están realmente fascinados con la reapertura de la montaña rusa, mientras otros la pasamos mal con el miedo de ser acechados por el asesino aquí afuera.

—Bueno, ¿no me contarás? Joel y tú llegaron hoy juntos al parque, no quise hacerte bulla pero ya estamos solas, cuéntame —hace una mirada coqueta y yo niego con mi cabeza. Sophia tiene muchísima imaginación.

Acelero mi paso esquivando su insinuación, y abro la puerta de mi casa entrando con ella detrás de mí. Dejo mi bolso en uno de los sofás de la sala, escuchando como la rubia hace un pequeño berrinche, sin embargo se calla cuando mira a mi mamá asomándose por el marco de la puerta que conecta a la cocina.

—Hola mamá —la saludo acercándome hacia ella, dándole un cálido abrazo.

—Hola chicas —Sophia hace lo mismo. Cuando ambas se separan, mi madre saca algo debajo de un plato sobre la mesada para frotarlo sobre el aire—. Te llegó esto hace unos minutos, Chloe.

Me lo extiende, y puedo sentir como el alma se me sale del cuerpo. Lo tomo rápidamente doblándolo en cuatro partes para guardarlo en uno de los bolsillos traseros de mi pantalón. La mirada llena de confusión de Sophia me analiza, poniéndome más nerviosa. Estoy cansada de que estas notas lleguen, y que algún día Sean o mi mamá las abran y se den cuenta del acoso que estoy sufriendo.

—Chloe, el otro día te llegó un sobre igual, ¿qué son? —Me mira atenta esperando una respuesta sincera, pero no logro responder.

—Son recibos, he estado comprando algunas cosas por internet —respondo, sin embargo mi tono de voz lleno de miedo me delata.

—No te he visto algo nuevo...