13. Por ti

375 58 4
                                    


Chloe.

Junio 8, 2017.


Mi pecho sube y baja, causando que mi respiración se vuelva dificultosa. Trato de procesar el mal sueño -o mejor dicho, pesadilla-, mientras tomo el teléfono de la mesita de noche a mi lado y marco el número de mi madre.

Sophia aun duerme, así que salgo de la habitación para no despertarla aún.

Mientras espero a que mamá atienda la llamada las imágenes se reproducen en mi mente de nuevo, dónde una figura negra me rodea diciéndome que le pertenezco.


«Todo lo que hago y haré es por ti, mi bella Chloe...»


Esa es una de las frases más repetitivas dentro de mi sueño y aunque estoy ahora totalmente despierta y a salvo, no puedo evitar que se me erice la piel. No puedo creer que lleve tanto tiempo viviendo estos episodios aterradores, pero le achaco la responsabilidad al estrés.

La voz al otro lado de la línea me trae de vuelta.


—Buenos días, cariño —responde mamá y me tranquilizo al saber que se encuentra bien.

—Hola mamá —saludo apoyándome en la pared del pasillo junto a mi habitación—. Sólo quería saber si estaba todo bien por allá.

—Claro que sí, ¿están bien ustedes? —Pregunta haciéndome sentir mal por asustarla. Niego con la cabeza, sabiendo que no puede verme.

Me limito a contestarla un "sí" susurrado, pasando por alto el asunto de Serena, las notas y los malos sueños que me roban la paz.

Y sin más, un pensamiento invade mi cabeza de pronto: Zabdiel.


—Te veo en la tarde, mamá. Te quiero —es lo último que digo antes de colgar sin siquiera dejarle responder y voy directo a la mensajería de texto, tecleando uno para mi mejor amigo:

"Zab, ¿está todo bien con Serena?"


Presiono enviar y espero una respuesta que no llega.

Después de una parada rápida al baño, me dirijo a las escaleras para bajar hasta la cocina y preparar el desayuno junto a los fieles tés para mi amiga y yo. Freno en seco al encontrarme a mi hermano viendo televisión en la sala. Había jurado que no pasó la noche en casa.


—Buenos días, enana —dice en cuanto me ve. Unas profundas ojeras se encuentran debajo de sus ojos y una extraña sonrisa satisfecha ocupa sus labios—. Uh, qué mala cara tienes.

Su sonrisa se hace cada vez más grande, lo que me hace fruncir el ceño con sospecha. Después, sacudo la cabeza, despejando mis pensamientos. No puedo seguir con estas ideas de suspicacia hacia todos.

Me estoy volviendo paranoica, pienso irónicamente.

—No he dormido bien, ya sabes —contesto al fin, echándole un vistazo a la televisión. En el canal de noticias están presentando una receta vegana—. Ya sabes, quizás es eso.

La sonrisa de Sean cae en cuanto regreso la mirada hacia él.

—Deberías dejar ese parque por un tiempo...

—Eso no pasará —lo interrumpo.

«No aún», completo en mi mente.

Él gruñe malhumorado.

Horror en Magic Fun » Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora