Zoruamor e Ilusiones

¿Seré zoruempre el mejor?

Nota Iniciales: Bienvenidos, está es una secuela autorizada del fanfic Zoruamor por @Susurro9, no contiene spoilers sobre está, aunque si algunos parecidos y referencias.

Los capítulos han sido escritos únicamente por mí con algo del consejo de su creadora original, la anterior historia ya está totalmente terminada y ambas son totalmente independientes, espero la disfruten, no duden en comentar que les parece para saber sus opiniones.

-------------------------------------------------------------------------------------

Ser el líder de una manada es algo especial, se pueden dirigir las cacerías, elegir a la Zoroark que quieras para que sea tu pareja y, sobre todo, elegir las mejores bayas para comer y ser el primero en probar una presa cuando cazamos algo. Mi gran meta es llegar a ser uno y pese a solo ser un joven Zorua creo tener todo lo necesario para eso, todo gracias a mi gran talento natural.

Me llamo Zorel, siempre he sido diferente al resto ya que tengo mucha facilidad para crear ilusiones perfectas, engañar a cualquiera sin problemas, transformarme en otros pokemon, aprender movimientos muy rápido y puedo hacer cosas que otros Zorua e incluso algunos Zoroarks de mi generación no pueden hacer. Todo esto me ha hecho el joven promesa de mi manada y el orgullo de mis padres, claro además del hecho de que soy Shiny, o variocolor, o brillante, o como quieran decirle. Mi aspecto es igual a los demás de mi especie, pelaje negro profundo lacio y largo, cola negra con forma de flama, una mullida melena alrededor de mi cuello, un jopito de pelo en mi cabeza igual que el resto de mi salvo por los puntos encima de mis ojos, mis mechones de pelo y la punta de mi linda cola que deberían ser rojos, son de color azul, lo cual significa que soy especial, como si todo lo demás fuera poco... Mis padres me dicen que solo uno en un millón de pokemon es como yo, no se mucho sobre contar pero un millón parece mucho, creo que exageran aunque elijo creerles, puede que estén en lo cierto ya que en toda mi vida no he visto a ningún otro como yo, aunque claro tampoco he vivido mucho.

Todo lo importante en mi vida creo que ha pasado en el gran bosque al que yo y toda mi manada llamamos hogar. Suelo pasármela rodeado de admiradoras que me piden ser su pareja cuando crezca, sin mencionar un montón de fanáticos que me quieren ver haciendo mis poderosos ataques y claro ¡Siendo adorable! Si así son aquellos que me ven a diario no quiero imaginarme como sería si un humano me viera.

Gracias a nuestra adorabilidad y nuestro gran potencial muchos humanos nos quieren, imagínense cuanto querrían a un Zorua que fuera fuerte, con la naturaleza correcta, un don innato para aprender buenos movimientos y encima de todo ¡SHINY! O variocolor, o como sea... El hecho es que ¡Es una verdadera molestia ser tan perfecto! Todo el mundo siguiéndome, pidiéndome que sea su pareja, hacer mis geniales ilusiones o mis movimientos súper fuertes, como si fuera un circo ambulante. Solo quisiera encontrar a alguien que me vea como lo que soy, otro Zorua nada más. Sí, es cierto que soy especial y todo lo demás, pero eso solo es una parte de mí. Aunque tampoco es tan malo, a otros les podría ir peor, podría ser un desastre ambulante que ni siquiera conoce Bola Sombra ¿Habrá existido alguien así?

Mi gran talento para engañar a otros me ayuda mucho, ya que puedo dejar cuando quiera a todos mis locos acosadores atrás sin que se den cuenta usando un doble falso de mí o desapareciendo, ojalá pudiera desaparecerlos a ellos. Pasando el día libre de otros de mi especie voy al escondite secreto de mi hermana para ver si está allí, suele pasar mucho tiempo en un viejo lago cerca de los límites del bosque, es un lugar del que solo nosotros sabemos, como ella es mayor que yo y está evolucionada, puede ocultarlo sin problemas para que nadie la encuentre cuando quiere pasar un rato a solas o comer sus bayas favoritas sin tener que compartirlas, sé que parece egoísta, pero en realidad la mayoría de los adultos de nuestra especie son así, en especial los que aún viven con sus padres.