Zoruamor e Ilusiones

Zorriesgandolo Todo

Al despertarme esperaba ver el rostro de mi querida humana antes de marcharme para empezar a convertirme en quien ella merecía, sin embargo lo único que vi fue mis patas sobre un sofá vacío, oh no; me transforme en humano lo más rápido que pude a la vez que me bajaba del mueble, use el televisor para asegurarme de que todo luciera igual que anoche, aunque no tenía mucho caso ¿Qué iba a pensar ahora? Ya debe saber que soy un Zorua, que la he estado engañando, talvez busco a los Combees para que empezaran a atacarme o a su amigo humano para que me atrapara y encerrara en algo peor que una pokebola, estaba asustado y mis orejas junto a mi cola se hicieron presentes en el acto.

— Cálmate Zorel, cálmate — me dije a mi mismo mientras mi cola se sacudía sin parar — eres muy listo, sabrás cómo librarte de esto.

Desaparecí las partes de mi especie para salir con la frente en alto lo más falsamente calmado que podía, tuve que usar una ilusión para que mi cara pareciera estar feliz incluso como si no pasara nada, no podía controlar mi propio rostro, con todo el cuidado que pude salí de la casa rezando a Arceus porque Cristal no estuviera cerca y por lo menos poder escapar sin ser visto.

— ¡Hola! Qué bueno que despertaste.

Su normalmente dulce voz fue como un trueno para mis oídos, mi espalda se erizo y por suerte puse una ilusión de tranquilidad en mi rostro ya que los gestos que hice al escucharla fueron todos menos de alegría, finjo estar tranquilo lo mejor que puedo conteniendo el aliento para que mis facciones no salgan de nuevo en lo que la saludo, estaba en un árbol recogiendo frutas con un gran cesto en la mano.

— Parece que tu hermana no pudo venir anoche, no puedo creerlo — ¿enserio eso era lo que no podía creer? Talvez no me vio como un Zorua, al parecer puedo hacer ilusiones hasta dormido — supongo que te puedes quedar un poco más, aunque debo hablar seriamente con tu hermana cuando la vea.

No creo que sea buena idea, esas dos no pueden volver a verse, sería demasiado peligroso, además no creo que venga, debo irme ahora, pero ¿Cómo le digo que me tengo que ir? Clases de señas con Zoruno, más les vale que funcionen.

— Oye ¿intentas decirme algo? — quito la ilusión de mi rostro para comunicarme mejor y señalo con un dedo hacía el bosque mientras abro la boca como si quisiera hablarle, parece entenderme, pero no del todo así que empiezo a usar ambos manos — hmm... enserio debes trabajar en hablar con las personas — rayos — aunque sabes cómo comunicarte por lo menos, quieres ir al bosque ¿verdad?

Vaya que mi amigo es bueno enseñando ¿Dónde habrá aprendido él? Bueno eso no importa, me despido con la mano y empiezo correr a la salida.

— Espera ¿vas a ir solo? Creo que será mejor esperar a tu hermana aquí, no quisiera decirle que te perdiste.

Me río un poco por la idea de que yo, el mejor Zorua de mi generación, se pierda en un bosque en el que nació, al parecer a ella también le hizo gracia ya que se rio conmigo, niego para decirle que no me perderé y continuo mi camino.

— Bueno, de acuerdo pequeño "experto en bosques", pero si no regresas pronto iré a buscarte apenas termine mis quehaceres ¿de acuerdo?

Con un último movimiento de mi cabeza que casi me empezaba a doler por agitarla tanto me despido, no sin antes verla subir de nuevo al árbol en esa extraña cosa de madera.

— ¿Qué será esa cosa? — me pregunto en el borde de la granja ahora que no me podía escuchar.

— Se llama escalera, le es muy útil a los no voladores para alcanzar lugares altos — responde una voz desconocida cerca de mí.

Sorprendido volteo y veo al mismo grupo de Hoothoots que se me quedo viendo ayer, eran 4 en total, pequeños círculos cafés con una sola pata de pájaro y ojos rojos como enormes bayas zreza, lucían como cualquier otro de su especie salvo por el que me había respondido, él era distinto por el hecho de tener una inolvidable cicatriz en su ojo izquierdo de arriba a abajo, no parecía ser grave, pero sin dudas saltaba a la vista.