Decepción

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Finalmente enero había llegado, era sábado por la mañana, Adam no trabajaba esos días, por ello había quedado con Daisy en encontrarse ese día, decir que estaba emocionado era muy poco, los nervios a flor de piel, la desesperación le inundaba, sentía que el tiempo se le hacía eterno, se metió a duchar, al salir buscó una ropa con la cual verse bien, era la primera vez que vería a Daisy así que pensó que lo más adecuado era usar un traje y así lo hizo, acomodo su cabello y estaba todo listo, al mirar la hora y darse cuenta que eran las 11 en punto de la mañana, pensó que había hecho las cosas muy rápido, pero era tanta la emoción que tenía que lo pudo evitarlo, había quedado de verse con Daisy a la 1:00 en la plaza principal de Londres, era un punto medio para ambos, el lugar le quedaba a una hora de camino, así que para no llegar tarde salió a las 11:50 de su hogar, se dirijo a la estación de trenes, una vez allí se encontró con un vendedor de flores y le pareció un buen detalle para Daisy, llevarle margaritas.

Faltaban 10 minutos para que diera la hora acordada, no podía con las sensaciones que se habían creado dentro de él, emoción, nervios, desesperación de que el tiempo se le hicieron muy lento.

Eran la 1 y Daisy ya estaría en la plaza o estaría por llegar. ¿Cómo se vería? ¿Lo reconocería? Sabía que Daisy llevaría un vestido verde, ella le dijo eso para poder identificarla, él sin embargo no dijo cómo iría, pero sabía que ambos se podrían reconocer.

Una con treinta minutos, Adam estaba caminando por toda la plaza, era enorme, no había señales de Daisy, pensó que tal vez se había retrasado el tren donde venía.

Ya había pasado más de una hora y seguía en lo mismo estaba sentado en una banca mirando su reloj, iban a dar las 4 de la tarde y ella no aparecía, empezó a sentirse mal, qué tal si ella ya no llegaría, pero aún así fue optimista y decidió darle más tiempo, a veces las personas pueden retrasarse y con ese pensamiento se convenció un poco.

Ya era demasiado tarde, era más que obvio que ella no iba a llegar, las 6 de la tarde y no aparecía,vse levantó de la banca donde pasó gran parte del tiempo, tiró las flores que le había comprado a la basura, y volvió a casa, todo aparentemente tranquilo, hasta que cruzó la puerta, su amigo no estaba, había salido a Irlanda a ver a su familia por las fiestas y aún no volvía, miró alrededor de sí durante unos segundos, luego en un ataque de coraje y dolor, tiró todas las cosas que se encontraban cerca y dió un gran gritó, un grito lleno de rabia y dolor mezclados.

Entró lo más rápido que pudo a la cocina y busco una botella de alcohol, empezó a beber y mientras lo hacía no dejaba de pensar en Daisy, el porqué no habría llegado eran muchos motivos, pero el solo tenía uno en mente “era mentira, ella jamás existió, alguien te jugó una mala broma, después de todo quién como ella podría fijarse en el”

Se había acabado la botella, ahora estaba en su habitación, llorando, había creado un sentimiento por Daisy, el más puro, y ella se había burló de él, mirando las cartas y con ojos hechos agua, pensó en romperlas.

-No puedo.- dijo en un sollozo- Es lo único lindo que tengo ahora de ti Daisy.- miró de nuevo las cartas y las guardó en una caja, donde jamás la volvería a leer, incluso donde jamás su nombre volvería a pronunciar...

Ojalá les guste y las dejé con intriga a todas, nos vemos pronto, voten y háganme feliz

CARTAS AL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora