Unico y Especial

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CAPÍTULO FINAL
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Un año después Daisy y Adam vivían juntos, en el departamento de él, la petición de cómo había decidido vivir juntos, no fue tanto una decisión, si no algo que se dió, Daisy cada vez se quedaba más a dormir en el departamento de Adam, o el se quedaba en la casa de Kika, a dormir en el cuarto de Daisy, así que un día platicando se dieron cuenta de que básicamente ya vivían juntos, solo que sin un lugar fijo, por lo cual Adam de inmediato pensó en que lo mejor era vivir los dos en su departamento.

Eran un día hermoso, para ellos, era día de descanso y llovía, así que podían aprovechar para tomar té, ver películas juntos, leer, o tener sexo, después de la comida, que Daisy preparó para su hombre, le resultaba gracioso pensar “Mi hombre” pero eso era lo que era, Adam era suyo y estaba dispuesta a luchar por cualquier cosa que le dijera lo contrario o se lo impidiera.

Lo vio observando por la ventana, como las gotas de lluvia caían y golpeaban sobre el cristal, le pareció una escena muy linda, camino hacia el y le abrazo por la espalda, amaba sentirlo tan cerca de ella, era un sensación única, él se volteó y la abrazó también, le dió un beso en el cuello.

-Me pareció una escena muy linda verte mirar por la ventana- dijo Daisy- Que no puede evitar venir a abrazarte.

-Por mi abrázame siempre- se agachó un poco y le dió un beso en la frente- Mientras miraba pensaba en lo nuestro sabes- dijo y la guió a sentarse cerca de la ventana, se taparon con una manta.

-¿Qué pensabas?- le preguntó, él la miró - No me digas que ya lo pensaste y que decidiste dejarme- dijo fingiendo un drama y llanto, Adam se empezó a reír.

-Sí, perdóname, ya pensé que no es lo bueno para ambos- le dijo siguiéndole el juego, ambos no dejaron de reír.

Segundos después Adam recobró su postura y le dijo:

-Pensaba en todo lo que pasamos para poder estar aquí frente a frente- se quedó callado un minuto, a la mirada expectante de Daisy.

-Durante todo el tiempo que no supe de ti, me sentí tan sola…- antes de que continuará Adam la interrumpió.

-Pero no estás sola, me tienes a mi- le dijo y tomó su mano.

-Tampoco tú- se acercó a él y lo besó, lo besó con un beso tan demandante, que fue subiendo de tono, lo que empezó como algo tierno fue dando paso a algo intenso y lleno de lujuria.

Durante el beso, Daisy, se despegó de Adam y él le miró un poco reprochante.

-Voy a ir a quitarme la ropa y si quieres, puedes entrar a quitarme lo que queda- le dijo levantándose y yendo a su habitación, apenas la puerta se cerró, Adam ya estaba dentro y la besó.

Daisy se quitó la blusa, Adam aprovechó para tocar sus pechos, y bajó dando besos a su cuello, ella le sacó el pantalón, le fue fácil, ya que Adama en casa solía usarlos abiertos, le bajó el boxer, el término de quitárselo, y volvió a devorar los labios de ella, Daisy tomó su intimidad y lo acarició haciendo que Adam soltara un sonido ronco, se pegó a su oreja y le dijo:

-Creo que no es justo, usted lleva demasiada ropa-  dijo, quitándole el bra, con una experiencia digna de lo que se aproximaba, la empujó a la cama y le sacó la pantaleta.

-Ahora estamos a la par- dijo Daisy con un tono de lujuria y picardía.

Adam se posiciono sobre ella, la besó de nuevo y la penetró, como ambos se complementaban tan bien, en el sexo, ambos acabaron muy satisfechos, no siempre que tenían sexo era así, y ni hablar de la primera vez juntos, fue un desastre, pero con el tiempo fueron aprendiendo a poder complacer el uno al otro.

Estaban con la respiración agitada. Y hubo algo que rompió con el silencio, que había.

“Cásate conmigo”, fue lo que rompió el silencio, dando paso a otro silencio.

-¿Que me case contigo?- preguntó Adam sorprendió, Daisy solo afirmó con un leve “sí” - Por supuesto que me casaré contigo- le dijo con una gran sonrisa.

-Creí que no aceptarías cuando te quedaste callado- le dijo saltando arriba de él y besando todo su cara.

-Fue porque no lo esperaba, siempre es el hombre quien pide esta propuesta- dijo tomándola de la cintura y acariciando su cara.

Daisy abrió los ojos, y mordió su labio.

-Oh, querías decirme tú, fui muy aventada al pedirlo- dijo con una preocupación notable.

-No, no, no, me hace demasiado feliz que tú me pidieras matrimonio, no sabes cuánto- la besó y para demostrarle su felicidad y amor y también para celebrar la propuesta, pasaron una tarde llena de sexo.

Cuando llegó la hora de pedir el matrimonio formal, con un anillo, en un lugar y momento especial, fue Adam quien lo hizo, lo hizo en la plaza central de Londres, en la noche, cosa que fue muy especial para ambos, ambos se habían pedido matrimonio.

La boda fue sencilla, la cual llegó a los meses, lo hicieron en una capilla, pequeña, solo con amigos cercanos y los padres de ambos, la celebración fue pequeña, linda, y sencilla, quién diría que esa revista y esa curiosidad, esas cartas, los habían llevado a conocer el verdadero amor, tal vez si el destino les hubiera permitido verse aquel dia, las cosas no serían iguales, la historia de cómo se enamoraron fue única, siempre que ambos recordaban todo eso, lo recordaban con cariño, los sentimientos de recelo y dolor había quedando en el olvido la noche que se aclararon las cosas, ahora eran ellos, algunos suelen llamarlo hilo rojo, otros destino, algunos casualidad, pero para ellos era Único y Especial.


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Chicas, llegamos al capítulo final espero lo disfruten mucho y les guste, está bella historia que surgió un día de la nada, llegó a su fin , si veo 7 votos subo el epílogo y muchas gracias por leer y votar



CARTAS AL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora