Dulce es alegre.
Thomas es silencioso.
Dulce es soñadora.
Thomas es misterioso.
Dulce ama los días soleados.
Thomas ama la lluvia.
Dulce ama leer.
A Thomas le gusta escribir.
Cómo agua y aceite.
Cómo el día y la noche.
Así son Thomas y Dulce tan dif...
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—Nos vemos mañana entonces— Nao se despidió de nosotros con un beso y corrió hasta el auto.
—Yo me voy con Sam, adiós Dul— Carson se despidió también.
Caminé por el estacionamiento para llegar hasta mi auto, antes de entrar le mande un mensaje a Tyler diciéndole que me iba a casa de Thomas, él me respondió con un "Está bien yo me quedaré a estudiar en la biblioteca" ojalá pudiera quedarme con él y ayudarlo,pero debo ir a trabajar.
Arranque hacia la casa de Thomas planeando la segunda fase de mi nuevo trabajo como Cupido.
No iba a ser fácil, Thomas es tan terco y estresante, pero debía intentarlo; sobre todo uno de los puntos de mi plan, hacer que Thomas salga de su casa.
El reto suicida, lo se.
¿Moriré en el intento? Tal vez.
Pero, Thomas es un chico tan joven, no es justo que pase sus días encerrado en su casa.
Al llegar me baje del auto y toque el timbre, una sonriente Michelle abrió la puerta.
—Hola Dulce, pasa.
—Hola Michelle ¿Que tal tu día? —le pregunté mientras me deshacía de la mochila.
—Excelente, hoy llegaré un poco más tarde iré a hacer las compras ¿Algo que quieras encargar?
—Coca-Cola y palomitas—ella entrecerró los ojos—¿Que?
—Tomas mucha Coca-Cola, eso no es bueno para la salud.
— Lo sé, mi padre nos tiene prohibido la Coca-cola a mi y a mis hermanos, pero no puedo dejar de tomarla es tan adictiva
—Tienes un problema, no voy a consentir tus vicios niña, cero coca para ti—ella se cruzó de brazos.
—No, estoy buscando ayuda ¿Si? Iré a cocacologos anónimos.
Reímos ante mis tonterías, ella me dejó las indicaciones como siempre y se fue, miré hacia la habitación de Thomas y corrí hacia allá.
—Llego por quien llorabas, chiquito.
—Tengo hambre, champiñón—contestó —alimentame.
—¿Por favor? Y no haré nada si no sales de tu habitación— ya sé cómo hacer que Thomas salga.
—No empieces, champiñón.
—Esta bien, yo iré a la cocina y haré un sándwich, uno solo. Pan blanco, salsa,tomate, lechuga, queso, jamón y mas salsa.
Escuché un gruñido— Está bien, ahora bajo me iré a bañar primero ¡Pero quiero mi sándwich! Mucho...
—Mucho jamón y poca salsa, lo sé. Y ya ve a bañarte hasta acá llega la peste y las moscas— bajé las escaleras y entré en la cocina.
