* ♂️ Tauro x Géminis ♀️ *

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Su elegante traje velozmente se pintaba de un furioso blanco provocado por el viento que llevaba consigo la nieve que caía en uno de los días más fríos de invierno que él podría imaginar.

Juntó sus manos cubiertas por unos gruesos guantes de lana que tenía unos cuantos agujeros e hilos colgando que definitivamente no lo ayudarían del todo a soportar el espantoso clima pero que, sin embargo, cargaba como si fuera un tesoro a pesar de las miradas extrañadas de las demás personas. Y, ¿por qué no lo sería? Si habían sido creados y destruidos por quienes amaba más en el mundo, quienes siempre lo esperaban frente a la puerta, atentos a su llegada... Y ese día no fue una excepción.

- ¿Qué demonios hacías afuera que demoraste tanto?

- Grrrrr.

Fue lo primero que escuchó de parte de la desaliñada mujer sentada en el gran sofá que cargaba un cachorro husky siberiano que parecía ser la copia casi exacta de ella en ese momento. Ambos cruzaban sus brazos y miraban al hombre entrar con un semblante malhumorado y apretaban los dientes. Este último colgó su chaqueta y se acercó a paso lento y con una sonrisa para sentarse junto a la mujer.

- Lo siento, bebé - Se acercó a besarla con cautela que fue interrumpida cuando los brazos de la mujer rodearon su cuello y lo acercó con objetivo de profundizar el breve beso - Sabes que este clima es complicado. La autopista estaba bloqueada y no tuve otra opción que caminar hasta aquí.

- ¿Si? - Pidió reafirmar en un doloroso jadeo lo que fue concedido por lo que sintió empatía por su esposo - Lo siento por juzgarte - Se apartó solo para recoger las mantas que habían caído al suelo y así cubrir a ambos - Quédate aquí hasta que dejes de temblar.

Su esposo apenas prestó atención a lo que decía, más concentrado en sus vivaces ojos, la dulzura de su voz, el abrupto cambio de su expresión y en lo hermoso que se veía su rostro sin maquillaje.

La pelirroja presionó la pantalla para continuar viendo la película y se apegó al fuerte brazo del hombre junto a ella, relajándose después de estar tanto tiempo pensando en él. Su horario laboral era mucho más reducido que el de él por lo que se quedaba gran tiempo del día sola en la única compañía del cachorro que yacía a su lado durmiendo plácidamente. Le gustaba sentir el tenue pero embriagante olor que desprendía, le gustaba sentir su calor, le gustaba ser cubierta por su fornido cuerpo que le transmitía amor y protección.

Pero, a diferencia de lo que otras personas podrían pensar, ella no era una mujer débil, al contrario, era más fuerte que nadie y esa fue una de las razones por las que él había caído enamorado de ella. Su seguridad, su elocuencia, su amabilidad y muchas más características de su persona que él admiraba. Junto a ella sentía tener todo bajo control porque con su apoyo se sentía capaz de todo.

Una delgada mano se arrastró por la manta hasta alcanzar una más grande y áspera que, como si eso hubiera sido una señal, separó sus pequeños dedos para entrelazarlos con los contrarios. Les fue difícil concentrarse en la película por dirigir toda su atención en acariciar la mano del otro.

La menor, como siempre, tomando la iniciativa, se acercó y besó su mejilla con una velocidad que impresionó al destinatario. Esbozó una juguetona sonrisa al escuchar el jadeo de su marido hasta que este le devolvió la linda sorpresa y le robó un beso que respondió gustosa.

El beso poco a poco subía de tono y para ellos no parecía haber otro ruido más que el sonido de sus ligeros gemidos en medio del beso y el chasquido de sus lenguas y... un pequeño ronquido que hizo a la mujer romper el beso para mirar al cachorro y después dirigirse al hombre en tono de reproche.

- Casi despiertas al bebé.

- ¿Qué? Yo no soy quien hace sonidos cada medio segundo - Se defendió.

- ¡Sabes bien que soy ruidosa y aun así me besaste mientras el pequeño dormía!

Sus quejas se vieron interrumpidas por un cálido pero corto beso del cual no se quejó y, al contrario, le permitió relajarse. Por más infantil que sonase, ambos consideraban al cachorro como un hijo de ambos.

Todo comenzó cuando, luego de numerosos intentos, la pareja decidió consultarle a un profesional el por qué no lograban embarazarse y la respuesta llegó luego de un, de apariencia extenso, periodo de tiempo donde se les hicieron exámenes a ambos y se determinó que la mujer era infértil.

El dolor de ambos y sobretodo el de la mujer era palpable y su pareja solo deseaba que el sufrimiento de ambos cesara. Hasta que un día él encontró una gran cajita de cartón con un hermoso cachorro en su interior el cual acogió y pronto proclamaron como el hijo de ambos por el intenso cariño que pronto le cogieron.

El pequeño animal volvió a ser el centro de atención, como solía serlo desde su llegada. Pero esta vez sus padres solo se fijaron en él solo para saber que estaba dormido para, despues de asegurarse, dirigirse a paso ligero a su dormitorio compartido mientras se miraban sonrientes, únicos testigos de los actos de amor que en ese dormitorio ocurrirían que, sin embargo, ellos mismos delataban atraves de sus dulces miradas y sus enormes sonrisas.

Porque hasta para desconocidos era notable que se amaban más que nadie, se complementaban a la perfección y velaban por el bienestar del otro en cada acción, cada palabra.

[CERRADO]* Amor Zodiacal (Oneshots) *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora