Capítulo 3: SENCIBLE

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Era ya de tarde cuándo Arthit retornó de aquel profundo sueño en el que el sedante lo había mantenido. Con pereza fue despertando poco a poco, apenas podía recordar la discusión con el psicólogo antes de ser sedado. Pequeños flashes de él gritando y agitando sus brazos con desesperación mientras exigía la presencia de Kongpob en la habitación, regresaron a su mente. Una propuesta desquiciada del psicólogo desató su furia a punto de intentar golpearlo. "Tal vez sea una decisión difícil pero no conocemos nada de este tipo de embarazos. Practicar un aborto podría ser quizás la mejor solución", recomendó él. "Por el momento todo se ve bien, pero debe cuidar de usted mismo también y un niño no es un juguete. Usted y su pareja son hombres, naturalmente incapacitados para tener hijos. Su caso es casi un milagro de la naturaleza pero puede ser un castigo con el tiempo. Los hombres no estamos preparados para llevar bebés en nuestro vientres por una razón, somos ineptos en ese ámbito. Cuidar de un hijo no es algo que dos hombres puedan hacer." Expresó con disgusto. El hombre se oía casi como si estuviera obligándolo a decidir terminar con su embarazo. Arthit era perfectamente consciente de que podía ser riesgoso para su salud, pero el psicólogo hablaba de algo 'antinatural' y que 'no debía pasar' cuando era finalmente la vida de Arthit y él decidía por ella.

—Kong.... —lo llamó apenas consciente.

—P'Arthit, aquí estoy. —el menor sujetó su mano con cariño, ignorando la razón por la cual su novio fue sedado.

—Kong... Vamos a casa... Por favor...—rogó el mayor con lastimera expresión.

—Iremos mañana p'. Trata de descansar ahora.—

—Kong... No me dejes solo. Por favor, no te alejes de mi. —insistió aterrado, arrastrando las palabras debido a la medicación.

—No me alejaré de ti p', lo prometo. —aseguró besando su mano.

—Te amo Kongpob. —le recordó a su novio antes de volver a quedarse dormido.

—También te amo p'Arthit...—

♦•♦•♦•♦•♦

La doctora Madeleine tenía, como era de esperar, un pensamiento antagónico al de su colega. Ella creía que era un descubrimiento fascinante y algo que debían preservar con cuidados extremos. Si ella tuviera el poder probablemente hubiera internado a Arthit el resto del embarazo con tal de que él no estuviera bajo ningún riesgo, pero Arthit era demasiado desconfiado y estaba especialmente resentido con su psicólogo para aceptar la idea de permanecer cinco meses allí así que la doctora debió desistir.

—Te daremos el alta hoy. —dijo ella muy temprano la mañana del día siguiente. —Pero insisto en que estarás mejor cuidado aquí.—

—Doctora, no quiero faltarle al respeto pero si tengo tres meses de embarazo no es gracias a sus esfuerzos por mantenerme a salvo. Estoy bien en mi casa y Kongpob es muy atento conmigo, él puede cuidarme.—

—Lo sé... —respondió ella sin sentirse molesta por la actitud petulante de su paciente. Después de todo, no solo estaba embarazado, además era un hombre y como tal tenía que aparentar 'ser fuerte y valiente' aunque ambos supieran que estaba realmente aterrado. —Escucha, voy a incapacitarte hasta el nacimiento del bebé por lo pronto. Es un embarazo saludable pero podría volverse riesgoso de repente. Así que tomaremos la precaución de que estés bajo la menor cantidad de estrés y de peligros.—

—Bien... Qué fastidio.—

—Nong Arthit, esto no es un juego. Los resultados de los análisis mostraron alto niveles de estrés. Tienes los valores hormonales exacerbados. Necesitas estar tranquilo, nada debe perturbarte. Apenas estás en la semana 11, cuando entres al cuarto y quinto mes te sentirás mucho más sensible así que debes aceptar un acompañamiento terapéutico.—

Malditas HormonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora