Kong ingresó detrás de Arthit al departamento luego de un largo trayecto en silencio en el que procuró no decir ni una palabra para evitar perder el control en mitad de la carretera y acabarán en un accidente, pero, en cuanto la puerta fue cerrada, sus ojos enrojecieron de rabia.
Sus manos aplaudieron lenta y desganadamente hacia el mayor, llenando un silencio incómodo. Sus labios se curvaron formando una sonrisa cargada de decepción y sus ojos dejaron entrever la furia que lo quemaba por dentro. Era la segunda vez en su vida que se cuestionaba si Arthit era realmente para él porque, llegado a ese punto, era más probable que el destino no lo quisiera juntos.
Arthit se mordió el interior del labio inferior para evitar llorar de la culpa que sentía y que comprimía su pecho, pero no lo consiguió. Sus ojos lo traicionaron.
—Felicidades p'Arthit. Has roto tu propio récord. —expresó con voz severa. Kong no necesitaba de gritar para lograr intimidar a nadie. Con sólo algunas palabras despojadas de amabilidad era suficientes para poner a cualquiera a temblar. —¿Algo que quieras agregar a tus fantásticas hazañas?—
—Lo siento mucho, Kong... —se disculpó dolido, manteniendo una actitud sumisa como aquella vez que casi arruina la oportunidad laboral de Kongpob. —Quise muchas veces decírtelo pero temí que me pidieras interrumpir el embarazo y yo prefería morir antes que eso. —lloró desconsolado a un metro del menor. El remordimiento era genuino, Kong podía notarlo, pero no quería saber nada de él, prefería que le explicara cuál era su jodido problema porque no lo entendía.
—¿P', es que aún no me conoces? Jamás te pediría hacer algo que fuera en contra de tu voluntad.—
—Yo... No lo sé Kong, fueran muchas cosas juntas. Ponte en mis zapatos también. El psicólogo, mis padres, las circunstancias, todos eran factores que me querían convencer de deshacerme del niño y yo me negaba rotundamente.—
—¡¿Pero por qué me ocultaste tu condición?! —gritó sin poder ni querer guardar la calma. Arthit lo estaba enloqueciendo.
—¡Porque tenía miedo!... Yo solo quería cumplir tu deseo de ser padre Kong, y hubiera seguido adelante con el embarazo hasta el final porque lo que pase conmigo no me importa, sólo quería hacerte feliz y quería darte un niño sano que pudieras amar y alimentar en tus brazos, no quería que tuvieras que verlo detrás de un vidrio en una sala de bebés prematuros... Al menos quería poder hacer eso bien.—
—P', si algo te pasaba yo me hubiera muerto de tristeza. ¿Puedes darte cuenta de eso? ¿O tampoco lo ves?—
—Kong, lo siento... lo siento...—
—¿Al menos entiendes porque estoy molesto? Porque sólo te escucho suplicar perdón sin tener el valor de mirarme a los ojos.—
—Lo entiendo, sé que te herí por haber ocultado la verdad.—
—¡Entonces no entiendes nada! —gritó ésta vez demasiado cerca, avanzando hacia él. —¡No estoy molesto porque me mintieras, estoy molesto porque no ves lo que significas para mi!... No ves lo que te amo. Quiero con todo mi ser a ese bebé —señaló su vientre. —pero también quiero una familia y tú eres mi familia p'Arthit. Prefiero ver al niño un par de días en una incubadora que perderte a tí para siempre.—
—Lo sé, ahora lo sé... pero no sé que puedo decir para remediarlo. Pero de verdad estoy arrepentido...—
—Acabas de decir que lo hubieras callado hasta el final, p'. No estoy seguro de que estés arrepentido, lo único que buscas es que ésta pelea se acabe y está bien, así será, porque no veo la utilidad de seguir insistiendo contigo. Nunca verás dentro de mí, nunca sabrás todo lo que te amo.—
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Malditas Hormonas
FanficArthit está más sensible que nunca, no ha sabido que lo tiene tan angustiado desde hace tiempo y decide ir al médico donde le revelan una terrible verdad. Kong siempre ha sido el novio perfecto pero ésta no era una posibilidad que esperaba y se...