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Bakugo miraba alternativamente a los idiotas que se hacían llamar sus amigos y a la tele preguntándose como narices había llegado a aceptar hacer una noche de películas en su habitación, cosa que si se paraba a pensarlo realmente nunca lo había hecho, esos idiotas se colaron en su habitación y no había conseguido echarlos por lo que no le quedo de otra que unirse a ellos. (No mencionemos que Kirishima le había sobornado con sus patatas picantes favoritas).
Decidió dejar de matar con la mirada a esos idiotas y concentrarse en la película que habían escogido la cual no entendía, por lo que ya bastante molesto se cruzo de brazos y se apoyo contra la pared.
Estaba jodidamente cansado por el largo y duro día que habían tenido y lo último que le apetecía era ver una película cursi de dos chicos enamorados con familias que no aprueban su amor (por lo poco que había entendido) junto a esos idiotas. Por lo que ya más relajado y medianamente cómodo en su cama se dejo llevar por los brazos de morfeo.
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Se removió en su lugar y se abrazo más fuerte a si mismo en un intento de alejar el frío que sentía solo por el lado izquierdo de su cuerpo.
Se froto los ojos desesperezándose y pestañeo varias veces para acostumbrarse a la oscuridad que había en su habitación, ¿no estaba viendo una película con esos idiotas?
Hizo crujir su cuello para alejar la tensión que ahí se instalaba por la incomoda posición y encendió la lampara que estaba en su mesita de noche para llevarse una gran sorpresa: Eijiro estaba sentado al lado del ligera en el que se encontraba él hace unos momentos tapado con una manta que parecía haber intentado dejarle a él y profundamente dormido en una incomoda posición.
Se sonrojo furiosamente al pensar que habían dormido en la misma cama y se obligo a si mismo a despejar su mente y a despertar al pelirrojo.
Cuando se sentó frente a él y lo movió ligeramente del hombro se arrepintió de inmediato; Kirishima se había removido con el ceño levemente fruncido, tensándose para luego relajarse otra vez. Katsuki ladeó levemente la cabeza al ver su reacción por lo que decidió volver a sacudirle el hombro - Despierta Eijiro - El pelirrojo pareció abrir los ojos a la mención de su nombre y luego bostezo - ¿Qué pasa? - Se fregó los ojos en un intento de abrirlos para mirara confundido a Bakugo - ¿Qué haces durmiendo aquí? Maldito, tienes tu habitación - Eijiro sonrió somnoliento con los ojos aún cerrados - Te veías muy tierno y tranquilo como para despertarte, además de que fruncías el ceño e insultabas a la nada cada vez que me alejaba de ti, así que decidí quedarme.
Y con esas simples palabras Bakugo Katsuki se volvió un tomate andante y su habitación exploto un poco.
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Gracias por leer y espero me podáis perdonar cualquier error o falta de ortografía que haya podido cometer.
