Día 30

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Gruño cansado y enfadado al ver a Kaminari delante suya caminando alegremente mientras los guiaba, como si no supieran a donde iban, hacia su destino

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Gruño cansado y enfadado al ver a Kaminari delante suya caminando alegremente mientras los guiaba, como si no supieran a donde iban, hacia su destino.

- ¿No podemos parar? Estamos todos cansados y hambrientos - El rubió del mechon negro se giró a mirara a su hermano de otra madre con su mano sobre su pecho y con una expresión de dolor - ¿Y no podéis esperar a que lleguemos? Nos instalamos y pasamos la noche ahí - Kirishima suspiró por las ansias de llegar de Kaminari al lago y de ver a su novio-no-novio, como todos le llamaban ya que se comportaban como una pareja pero no lo eran.

Poso su mirada sobre su explosivo novio que se encogió de hombros - No estamos lejos - Kaminari aplaudió feliz y casi se tira sobre Bakugo para agradecerle pero, siendo inteligente como pocas veces, se dio la vuelta y siguió su camino con todos siguiéndole el paso.

Cuando pudo ver la entrada de la pequeña cueva pudo sentir como a Kaminari le entraron ganas de echarse a correr, pero se reprimió para ir todos juntos - Oye, Kaminari - El rubio hizo un ruido para indicarle a su amigo que lo escuchaba - ¿Por qué no le dices a Will que le quieres?

- Oh vaya, una pregunta lógica por fin - Kirishima vio a su novio divertido y luego poso su mirada en Kaminari que había dejado de caminar de golpe delante de ellos - ¡Sí! ¡Seguro que Will-san también quiere a Kaminari-san! - El rubio del mechón se dio la vuelta para enfrentar las miradas de sus amigos y compañeros de viaje y aventuras - ¿Vosotros creéis? 

- ¡O por favor! - Todos miraron atentos y sorprendidos por la intromisión del rubio cenizo a la conversación - ¡Es obvio que le gustas! Eres al primero al que ve, al primero que saluda y al último del cual se despide. Siempre se ve super alegre al verte y triste cuando no estas, casi siempre esta pegado a ti como una lapa y te mira como un idiota enamorado - Kaminari puso su mano sobre su barbilla pensando - ¿Cómo la cara que pones tu cuando ves a Kirishima? 

- ¿¡Ah!? - Kaminari corrió hacia la cueva cuando Bakugo lo mato con la mirada y empezó a correr detrás de él para matarlo - ¡Ayuda! ¡Kirishima controla a tu novio! - El pelirrojo dejo escapar una carcajada junto a un suspiro mientras, junto a sus compañeros, caminan a paso moderado siguiendo la ruta de los otros dos chicos.

Cuando llegaron al lugar quedaron sorprendidos por la belleza, como siempre: estaban en un pequeño lago debajo de la montaña con un techo destruido que dejaba entrar la luz de la luna y las estrellas, en medio del lago una pequeña isla con un sauce llorón en esta. Miles de luciérnagas volaban dándole al lugar un aspecto más mágico todavía junto a todas las flores extrañas y a lo raros cristales que brillaban gracias a la luz de la luna que reflejaba sobre ellos.

El grupo de chicos y chicas se acercaron a Bakugo y Kaminari que miraban hacia abajo el lago desde la orilla en busca de su amigo tritón - Hasta que salga, ¿por qué no nos preparamos para comer y dormir? - Los dos chicos, uno bastante más decaído que el otro, asintieron y comenzaron a montar la fogata y a aplanar el pasto sobre el cual dormirían dejando caer unas finas mantas que cargaban en unos sacos para taparse y alejar un poco el frió de sus cuerpos.

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