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Apartó la vista del libro que tenía delante suya para posarla sobre Bakugo que ahora estaba leyendo un mensaje, o al menos eso supuso, en su móvil.
La verdad era que Bakugo le gustaba, mucho, demasiado incluso, pero el cenizo no gustaba de él, se lo dejo bastante claro un mes atrás cuando se declaró y de la manera más suave posible Katsuki le dijo que no sentía lo mismo por él, que solo lo veía como un amigo, uno de los mejores.
Le dolió, obviamente, pero no podía obligar al rubio a quererle, así que lo acepto y siguió con su amistad como si nada.
Pero claro esta, las cosas no pueden seguir de color de rosa en esta maldita vida y Kirishima empezó a notar como Bakugo se alejaba más y más de él. Ya no se veían tanto como antes, casi ni le ayudaba a estudiar (contados los días en los que lo hacia), ya ni le sonreía y ni se molestaba en mirarlo a los ojos cuando hablaba.
Eso le dolió más que cualquier rechazó.
No entendía que había podido hacer para que Bakugo muestre esa indiferencia y sequedad con él; durante un tiempo pensó que era por su enamoramiento, que Bakugo se sentía incomodo o algo así y se intentaba alejar para ver si se le pasaba el enamoramiento, pero rápidamente descartó esa idea ya que Katsuki no era así y los primeros días después de la confesión se comporto con el como lo solía hacer.
Luego pensó que quizás Bakugo se sentía presionado a aceptarlo o culpable por rechazarlo, pero nada más llegar ese pensamiento lo descartó, una vez más, Katsuki no era así. Se quedaba sin ninguna explicación al comportamiento del chico explosivo, o bueno, quizás no, pero la única explicación en su cabeza que tenía sentido le dolía demasiado, no quería aceptarlo pero todas las pruebas indicaban a que esa era la verdadera razón del alejamiento de Bakugo: se había aburrido de él.
Suspiro y volvió su mirada al libro cuando Bakugo apagó él móvil - ¿Lo entiendes ya Kirishima? - El pelirrojo levantó la mirada del libro para fijarla en la de Bakugo - ¿Puedo hacerte una pregunta? - El cenizo levantó una ceja inquisitivamente - ¿Es de las clases o es otra cosa? - Kirishima apartó la mirada y dejó el libro sobre la mesa con manos temblorosas. Tenía miedo de preguntarle a Bakugo la razón de su comportamiento pero necesitaba saberlo, ya llevaba varias noches sin poder dormir y muchas clases en las que estaba demasiado distraído pensando en el tema, pero aún así tenía mucho miedo de saber la respuesta.
- Es otra cosa - El rubio suspiró tomando valor imaginándose lo que Kirishima le quería preguntar - Adelante - Eijiro tomo aire, levanto la mirada y la clavo en la de Bakugo haciendo contacto visual - ¿Por qué te estas alejando de mi? - Katsuki soltó el aire que contenía y rompió el contacto visual soltando una carcajada - Pensé que era obvio - El pelirrojo ladeó la cabeza confundido cuando Bakugo levantó la mirada clavandola con asco hacia el y una sonrisa malévola - Como se nota que eres imbécil. ¿No lo notas? Estoy harto de ti, de tu comportamiento, de tu forma de ser, de lo estúpido que llegas a ser a veces o más bien siempre, de lo débil e inútil que eres en los entrenamientos y en las misiones. ¿No lo ves Kirishima? Yo necesito gente de mi misma clase y tu no me llegas a los talones de los pies - Se levantó y agarro todas las cosas del pelirrojo para después tirarlas en sus brazos - Y ahora vete y ni me mires a ser posible - Lo agarró del brazo y lo empujó fuera de su habitación dando un portazo.
Kirishima se quedó petrificado con las cosas en sus brazos en medio del pasillo con el corazón más roto de lo que de por si estaba y aguantando las lágrimas y los sollozos mientras abrazaba sus cosas como único salvavidas.
No podía creer que la persona a la cual llegó a amar tanto le haya dicho todo esto.
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Que nadie me maté, se que debí subir el final del maratón hace dos días pero no sabía que escribir además de que estuve ocupado.
No se si será triste para vosotros pero a mi me ha dolido escribirlo.
En fin...
Gracias por leer y espero me podáis perdonar cualquier error o falta de ortografía.
