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La navidad es una de las festividades más estúpidas que se puedan celebrar, una festividad en la que solo se trata de gastar, gastar, gastar y engordar.
Suspiro cansado viendo como la vieja bruja decoraba el salón con un espumillón demasiado brilloso, feo y viejo que no hacia más que ensuciar el suelo, que seguro debería limpiar él, junto al árbol de navidad de plástico que estaba poniendo su padre.
Dejo caer la caja al suelo provocando un estruendo y que su madre dejará su trabajo para venir a gritarle - ¡Maldita sea Katsuki! ¡Ten cuidado se pueden romper! - Levanto sus manos por encima de su cabeza - ¡Fíjate tu lo que me importa!
- ¡Maldito niño! - Y así siguieron gritando hasta que Masaru consiguió calmarlos y dejo a su querido hijo irse a su habitación.
Dio un fuerte portazo cuando entró en su habitación y se dejo caer como un peso muerto sobre la cama.
Odiaba la navidad.
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Sabía que era una mala idea desde el momento en el que esa bruja se lo comentó, pero no pudo hacer nada ya que cuando no estaba, consiguió encasquetarselo metiendolo en su mochila sin que él supiera nada, y aquí nos encontramos, con Katsuki con dos estúpidos jerseys de navidad tendidos en su cama mientras él los observa sentado en la silla de su escritorio con cara de idiota.
Suspira frustrado y se frota la cara con sus manos sudadas. No sabe que hacer cuando se gira hacia el escritorio y sobre este se encuentra una nota de su madre "Para Kirishima y para ti mocoso desagradecido, más te vale que se lo des y lo invites a la cena de navidad".
Golpea sus manos contra el escritorio e intenta no explotarlo, no le queda de otra que hacer caso y darle uno de esos estúpidos jerseys al pelo pincho.
Decidido se levanta de la silla y agarra el jersey rojo, lo dobla con cuidado y se encamina a la habitación del pelirrojo. Al estar frente a la puerta, inspira profundo y golpea con sus nudillos esta misma, abriéndola al recibir una respuesta.
Abraza el jersey contra su pecho cuando abre la puerta y se encuentra a un Kirishima sudoroso, sin camiseta y con el pelo lacio agarrado a una coleta, sin mencionar las vendas que tiene en sus manos para no lastimarse cuando golpee el saco de dormir, por lo que sabe Bakugo, y se siente desfallecer ante tal imagen,
- ¡Blasty! ¿Qué te trae por aquí? - El cenizo agita la cabeza y mira hacia un lado escondiendo su sonrojo para luego tender hacia el pelirrojo el jersey - ¡Esa vieja bruja me obliga a dártelo y a invitarte a cenar en navidad! - El pelirrojo sorprendido desdobla el jersey y observa el patrón sonriendo - ¡Me encanta! - Si gira a mirar al cenizo con un pequeño rubor en sus mejillas, cosa que deja embobado a Bakugo - Me encantaría ir a cenar a tu casa en navidad, obviamente con mi madre - El rubio asiente satisfecho con la respuesta y se da media vuelta para salir de la habitación - Oye, Blasty... - Vuelve a girarse para observar al pelirrojo el cual mira con una gran sonrisa el jersey - ¿No tendrás tu otro igual?
- Te odio... - Es lo único que dice cuando mira a la cámara del móvil de Eijiro junto a él posando para una foto con los malditos jersey.
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Siento la tardanza en subir, hoy no fue un buen día y no tenía ganas de escribir, pero debo hacerlo.
Espero hayáis disfrutado del capítulo y me podáis personar cualquier error o falta de ortografía.
