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Siempre que se habla de los primeros besos de una pareja se espera una historia bonita, cursi y romántica donde los protagonistas están enamorados profundamente el uno del otro, donde todo es color de rosa, un momento privado y único que se cree no volver a repetir nunca, una escena digna de telenovela con un fondo rosa y pétalos de rosas cayendo de fondos.
Pero aquí y ahora estamos hablando de Bakugo Katsuki y Kirishima a Eijiro.
Obviamente su primer beso no fue de cuento de hadas.
Podemos decir que cuando se dieron su primer beso, tanto de pareja como en sí el primero, ni siquiera se conocían. Quizás de vista y de algunos rumores que se escuchaban por la preparatoria pero nunca habían hablado, sin embargo sentían una gran curiosidad y algo de atracción, admitamoslo, el uno por el otro.
Por eso, cuando jugaban a la botella en el suelo de la casa de alguien desconocido para una fiesta, ni se les paso por la cabeza decir que no a besar los belfos rosados del otro.
Se fueron acercando lentamente el uno al otro con los ojos de sus compañeros y amigos puestos en ellos para luego chocar sus labios de una manera algo brusca e inexperta pero que de todas formas hizo explotar algo dentro de los dos chicos.
Cuando se separaron y se miraron a los ojos un chispa de emoción se encendió dentro de ellos, pero pronto se apagó al tener que separarse y seguir con ese estúpido juego que los unió de un modo u otro.
Los dos se levantaron y dejaron el juego de la botella junto a sus calientes compañeros para alejarse a una esquina algo solitaria a mirarse, hablar, intercambiar números y algún beso que otro.
Nunca habían besado a nadie hasta ahora, pero no les hacia falta probar más labios para saber que solo encajarían de una manera tan perfecta con los del otro.
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