021 ~ ᴀɴᴛʀᴏ

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*Cambia repentinamente el lugar, tiempo y forma de lo que siempre leen en los One Shots y ven en la novela*
En otras palabras, todo es diferente aquí.

•×•

—Me da un Whisky, por favor.

—Claro que sí, joven.

Cuahutémoc se encontraba en uno de los antros más populares de Toluca, había dejado a su amigo Diego bailando en la pista con otro chico que acababa de conocer; un chico alto, guapo y con una forma de hablar muy curiosa para su gusto, parecía ser italiano. Los miraba con una sonrisa, se alegraba de ver a su mejor amigo tan feliz, se preguntaba si él también llegaría a sentar cabeza con alguien algún día, tan metido estaba en sus pensamientos que no se percató que alguien estaba intentando llamar su atención.

—Disculpa...

Un chico un poco más alto que él, delgado, de pelo rizado y despeinado, mirada coqueta y cejas ligeramente pobladas y levantadas, rasgos definidos y se encontraba recargado en la barra al lado de Cuahutémoc.

—Oh, sí. ¿Qué sucede?

—Sí, disculpa —ríe—, me preguntaba si no tenemos un amigo en común que pueda presentarnos, me gustaría conocerte.

Cuahutémoc ladeó la cabeza un poco confundido, ¿que estaba tratando de decir?

—Eh, perdón —ríe—. No entiendo a qué te refieres.

El chico de cabellos rizados inclinó su cabeza hacia atrás y soltó una carcajada, lo volvió a ver con una sonrisa tierna.

—Lo sé, tal vez no soy la persona más atractiva del lugar —pasó su mano por encima de la de Temo—, pero soy la única que se te está presentando.

Cuahutémoc dió una mirada rápida al lugar, vió la mano del chico sobre la de él y luego lo miró a los ojos.

—Pues yo no veo otra persona más atractiva —dijo acercándose más a él—. ¿Cuál es tu nombre, guapo?

Bien, no iba a estar solo en el antro mientras su mejor amigo conseguía compañía, él también podía divertirse hoy, ¿y qué mejor que con una persona que inició el coqueteo antes que él? Los dos iban para donde mismo.

—Me llamo Aristóteles, Aristóteles Córcega... Puedes llamarme Aris.

—Un gusto, Ari. Soy Cuahutémoc López —se presentó acercándose más a él, provocando un escalofrío en el contrario.

—Dije Aris, no Ari —rió—. Pero de tus labios se escucha perfecto de cualquier manera.

—No es lo único perfecto que hacen mis labios.

Para este momento, ambos ya estaban demasiado cerca y lo único que veían eran los labios del contrario, Aristóteles tenía su mano en la barra, exactamente dónde Cuahutémoc tenía recargada su cintura, y usaba su pulgar para dar pequeñas caricias en tal. Cuahutémoc tenía su mano en el antebrazo de el rizado y usaba su otra mano para dar pequeños toques a la mano libre del contrario.

—Espero que sepas dar el boca a boca, porque siento que me he quedado sin aliento.

Temo río ante el comentario del chico frente a él y dió una rápida mirada a la pista, donde vió a su mejor amigo levantando los pulgares hacía él, «lo estás haciendo bien», fue lo que leyó que dijeron sus labios antes de que éste siguiera bailando con el italiano. Una voz lo distrajo de sus pensamientos.

—¿Te gustaría ir a un lugar más... sólo?

—Me parece buena idea —dijo viendo los labios de Aristóteles.

El rizado tomó la mano de Cuahutémoc y empezaron a escabullirse entre la gente, buscando la salida.

—¡Hey, chico! ¡Olvidaste tu bebida!... —gritó el chico que atendía la barra— Oh, bueno —dió un sorbo.

🍀

—¿A dónde vamos? —preguntó riendo Cuahutémoc una vez que salieron del lugar.

—A donde nos lleve el viento... O en este caso, mi auto.

Aristóteles buscaba su auto en el gran estacionamiento mientras seguía sujetando la mano de Cuahutémoc. Se detuvo en el momento que escuchó un estornudo por parte de su acompañante.

—¿Tienes frío? —preguntó viendo como el chico pasaba su muñeca por su nariz.

—Algo —rió.

—Toma —soltó su mano para sacarse su chaqueta y entregársela a Cuahutémoc, éste se la puso y el rizado rió con ternura al ver como le quedaba grande.

—Las mangas me quedan largas —rió estirando sus brazos hacia Aristóteles.

—De todos lados te queda larga —dijo mientras tomaba las esquinas del zipper para subirlas y abrochar su chaqueta—, pero te queda muy bien.

—Oh, ¿en serio? —pasó sus brazos a los hombros de Aristóteles para rodear su cuello— ¿Tan bien?

—Demasiado —rodeó su cintura y se recargó en el capo del auto que se encontraba tras de él y lo vió—. Oh, mira... Es mi coche.

—Que golpe de suerte, ¿no crees?

—Golpe de suerte fue conocerte, Cuahutémoc López.

🍀

—¿Y tu amigo?

—No lo sé, vamos a buscarlo.

Diego y Guido, el chico italiano, querían irse ya de ahí, pero no podían irse sin Cuahutémoc. Empezaron a buscarlo cerca de la barra donde lo habían visto por última vez y no lo veían por ningún lado.

—Tal vez salió, vamos, acompáñame.

Ambos se dirigieron a la salida y empezaron a buscarlo con la mirada.

—Esos chicos de allá, tal vez los vieron.

Diego tomó del brazo a Guido y se acercaron a los dos chicos, se detuvieron cuando vieron que se trataba de Cuahutémoc y su nueva compañía. Diego sonrió e hizo que Guido se alejara junto con él, puesto que no quería molestar a su mejor amigo que se encontraba en pleno beso.

Aristóteles abrazaba a Cuahutémoc mientras lo seguía besando y éste último seguía con sus brazos alrededor del cuello del rizado, Aris bajó una de sus manos al muslo del menor y lo levantó haciendo que Temo quedara de lado y terminará recargado en el capo, lo ayudó a subirse a tal y sintió las piernas del menor enredarse en su cadera. Se separaron por la falta de aire y se miraban sonrientes, Cuahutémoc notó como los dientes de Aristóteles castañeaban por el frío.

—¿Y si entramos al coche y seguimos? —preguntó el rizado.

—Vamos al coche y seguimos.

Aristóteles tomó de los muslos a Cuahutémoc y lo cargó, abrió torpemente la puerta del coche y lo dejó en el asiento del copiloto, antes de que Aristóteles fuera al otro asiento, Cuahutémoc lo tomó de las mejillas y lo besó de nuevo, Aristóteles sonrió, cerró la puerta, rodeó el auto, entró al asiento del piloto y siguieron con su sesión de besos.

🍀

—Bueno, pues... ¿Vamos a mi casa, Guido?

—Vamos, Diego.

Linda noche pasaron las dos parejas.

Simplemente Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora