021 ~ ᴀɴᴛʀᴏ ɪɪ

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Hasta suertudos salieron ustedes JAJA no tenía planeada segunda parte de esto pero me dí cuenta que olvidé tocar varios temas xd
¿Querían segunda parte? Aquí la tienen, chikis

⚠️Aquí hay Smut, we⚠️
Pero no de Aristemo, aún no xd
[Look, cada que vean un "🍀" es un cambio de escena, empezamos con Aristemo y luego nos vamos con Guido y Diego, pueden ingeniarselas si no quieren leer Smut, ya es decisión de cada quien]

•×•

—Sí, sí... No... Tal vez... Me iré con Ari... Sí, tranquilo... Claro, te veo allá después... Chao —colgó.

—¿Qué te dijo tu amigo?

—Que va a ir a pasar el rato con alguien y que nos vemos después en casa, le avisé que estaré contigo.

—¿Viven juntos?

—Sí —se encogió de hombros—, somos mejores amigos desde que tengo memoria, decidimos rentar un departamento juntos cuando cumplimos la mayoría de edad para no gastar tanto.

Aristóteles seguía conduciendo, el guardia del antro los vió en pleno besar y, vamos, Cuahutémoc a horcajadas encima de Aristóteles mientras se besaban con tanto deseo no era la mejor imagen para el lugar, les pidió amablemente que se fueran y ahora se dirigían a dónde vivía el rizado.

—Que genial tener un roomie, se comparten gastos y se ayudan en la limpieza, las compras y todo.

—Sí —rió—, aunque a veces terminamos discutiendo por ver quién tiene que hacer las cosas.

—De todas maneras debe ser genial.

—Eso no te lo voy a negar —sonrió—. ¿Y a dónde vamos?

Aristóteles aparcó el auto frente a un hotel. —Aquí.

Cuahutémoc miró crédulo el lugar y luego volteó a ver a Aristóteles. —¿Es neta? ¿Un hotel? ¿Para eso era todo esto?

—¿Qué tiene de ma- Oh... No —comenzó a reír—, no es lo que parece.

—¿Y entonces qué es? —se cruzó de brazos— ¿Soy tu aventura de una noche o qué?

—Claro que no, a mi aventura de una noche no le prestaría mi chaqueta favorita —guiñó un ojo—. Yo no soy de Toluca, vengo de Oaxaca. Necesitaba pasar un tiempo fuera de la misma rutina de siempre, y vine a pasar un tiempo aquí... No creí conocer a alguien como tú en este pequeño viaje —suspiró—. Me estoy hospedando en este hotel, no te puedo llevar a una casa o algún departamento porque esto es lo único que tengo aquí —rió.

—Oh —bajó la mirada avergonzado y después rió—, perdón por la escenita que te acabo de hacer.

—A una carita tan bonita como la tuya le podría aguantar cualquier escenita, pero anda, vamos adentro.

Aristóteles bajó del auto y lo rodeó para abrir la puerta del copiloto, Cuahutémoc salió y el rizado pasó su brazo por su cintura para llevarlo al hotel. Entraron al elevador y Aristóteles presionó el botón con un ocho dibujado, las puertas se cerraron y tomó de la cintura a su compañía.

Simplemente Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora