023 ~ ᴘᴏʀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ʏ ᴘᴀʀᴀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ

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Este One Shot lo escribí cuando tenía 13 años, lo encontré por ahí y decidí adaptarlo a Aristemo 💙
Espero les guste n-n (y perdón si no está chido, estaba morrilla xd)

•×•

Aristóteles

Desperté y, como de costumbre, le mandé un mensaje de buenos días a mi pequeño Cuauhtémoc.

Buenos dias, mi amor❤️
11:27am

En una semana cumpliremos un año juntos, exactamente 7 días para celebrar que tenemos 365 días dándonos amor. En serio amo a ese chico.

Escuché una notificación en mi celular, era un mensaje de él.

Buenos dias❤️
11:28am

¿Listo para hoy?
11:28am

Te espero en mi casa
11:29am

Teníamos planeado salir al cine. Me bañé, me vestí guapo para él y salí de mi casa. Me subí al auto y me dirigí a la casa de mi Temo. Al llegar, toqué la puerta y me abrió su papá.

—Hola, Aristócles, ¿cómo estás, yernito?

—Bien, señor, ¿y usted?

—También, gracias. Pasa, Temo bajará en un momento.

Entré y me senté en el sofá. Tal como su papá me lo dijo, Cuauhtémoc bajó las escaleras ya listo para nuestra salida.

Vestía con una camisa a cuadros azul con negro, llevaba su cabello peinado y llevaba el toque especial; su bella sonrisa. Se veía tan hermoso como siempre.

—¿Nos vamos? —preguntó sonriendo.

—Nos vamos.

Cuando llegamos al cine no nos decidíamos por qué película ver, él quería romántica y yo comedia, al final nos decidimos por una comedia romántica.

Me encanta cada minuto que paso con él. Simplemente todo se vuelve perfecto, su compañía me brinda una alegría que hace que mi corazón palpite con rapidez por la emoción, me siento muy suertudo al tener a alguien como él en mi vida.

Al final de la película, fuimos a comer a un restaurante.

Todo estaba bien, hasta que...

[Sonido de celular]

—¿Me permites? —dijo viendo su celular.

—Claro.

Se puso de pie y se fue al baño.

Pasó un minuto, dos, tres, nueve...

Volvió. Tenía los ojos rojos y la nariz del mismo color. Se notaba que había intentado no dejar rastros de su llanto, puesto que llevaba un papel de baño en su puño cerrado y tenía en las mejillas pequeños residuos de tal.

—¿Qué te pasó, amor? —me levanté de mi asiento y me acerqué rápidamente a él, estaba preocupado.

—No es nada —hizo una pausa—. ¿Me puedes llevar a mi casa? Ahora mismo.

—Emm... sí, claro.

Pagué la cuenta y dejé propina en la mesa. Salimos del restaurante y subimos a mi auto.

Él iba callado, mirando a la ventana, en momentos volteaba a verlo por el reflejo que me proporcionaba dicha ventana y tenía la vista perdida. Cuando llegamos a su casa, sólo me dijo "Gracias", bajó y se fue sin más.

Simplemente Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora