AGNOSIA de 2 Mundos

De El Nuevo Mundo

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TENOCHTITLAN

IXTETLI

Desde la ventana podían verse los ríos de personas que circulaban por las calles hacía la plaza del Templo Mayor. El emperador iba a dar su discurso sobre la última guerra contra los Tlaxcaltecas. Sin embargo, Ixtetli no se le permitía asistir. No, ella debía quedarse en el palacio y cumplir con su parte del trabajo. Esa noche habría un banquete en el palacio del emperador Moctezuma. Como todas las esclavas Ixtetli estaba obligada a servir. Sin pronunciar ninguna palabra.

Desde esa mañana los comales habían estado encendidos. Y la comida fluía. Los carniceros destazaban ciervos, pavos y perros. Mientras que en las ollas cocían trucha y mariscos de río. Uno de los cazadores había matado a un jabalí. Las cocineras desgranaban él maíz. Para hervirlo. Y otras mujeres lo molían para hacer tortillas. Uno de los cocineros encargados sacó los granos de cacao y comenzó a pulverizarlos. Ixtetli sentía envidia por aquellas esclavas en la cocina.

En los corredores los sirvientes. Llevaban corriendo los ropajes hechos con plumas de mil colores para sus amos aztecas. Hoy habría un gran festín digno del reconocimiento de los dioses. Ixtetli no era como muchas de las esclavas que servían en el palacio. Era cierto que era bonita. De piel cobriza y largo cabello negro. que peinaba todos los días con un cepillo de incrustaciones de jade. El único recuerdo que tenía de su madre. Desde que Ixtetli tenía memoria siempre había sido una esclava. Sin embargo, aun así ser una esclava en el palacio de Moctezuma era mejor que ser una esclava en cualquier otro lado Miró entonces por la ventana, el sol, las montañas y el cielo se reflejaba en el gigantesco lago de agua salina.

--¿Ixtetli?, ¿Ixtetli?—no fue sino que hasta que su amiga le tomó del brazo que la chica reacciono.

--Itzel, perdón, me había perdido.—dijo la chica

Ixtetli había conocido a Itzel prácticamente toda su vida. Las dos habían sido criadas para ser las mucamas y sirvientas personales de la hija de Moctezuma, Ese día Itzel llevaba un vestido de algodón con patrones naranjas y en su cabeza una tiara de madera con grandes plumas. Su atuendo resultaba mas revelador, que los tradicionales vestidos. Con la cola del vestido cubriendo el frente y detrás y revelando los muslos de la chica.

--Eres muy despistada. Ha habido un cambio de planes, serás una de las Mariposas esta noche.—dijo Itzel y luego le paso su atuendo. El mismo vestido revelador que Itzel usaba, solo que era de un color diferente. Ya que el patrón era de color azul turquesa.

--Itzel, ¿Alguna vez has pensado como es la vida allá afuera?—le preguntó la chica a su amiga.

--¿En la ciudad? —preguntó Itzel.

--No, más allá del lago de Texcoco. Más allá de donde tus ojos pueden ver. —dijo la chica

--¿Cómo en Tlaxcala? —preguntó nuevamente su amiga.

--No, aún más lejos. –dijo Ixtetli.

--¿Entonces más lejos que el mundo maya?

--¡Mucho más!

--Ay, Ixtetli, debes dejar de soñar, con lo que hay más allá, y debes enfocarte en tus deberes, esta noche vienen apuestos guerreros jaguar y caballeros águila a la fiesta del emperador, tal vez, podremos encontrar un buen señor que nos libere de estas cadenas y nos haga sus esposas.

"No, no quiero pasar a ser una mujer libre solo para volver a ser una esclava en la casa de alguien más"

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