Capítulo 5| De Política Agresiva

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EN MEDIO DE LA SELVA

CILLIAN

"En casa había habido una gran sequía ese año y la brisa veraniega había sido seca y áspera por la arena que llevaba" pensó Cillian y por esa razón estaba más sorprendido con el clima tropical. Aun junto al fuego de la hoguera que habían hecho en medio de la selva. Cillian solo miraba el fuego. Y cuando subía la vista podía verlos. Las sombras de individuos sentados a su alrededor, aunque no pudiese ver sus rostros o sus cuerpos podía entender las formas de cada uno de ellos.

Desde que había matado a ese nativo hostil todo había cambiado.

--¿Problemas para dormir? —preguntó Nao, saliendo de su tienda. La chica se acercó a la fogata y se sentó en la silla contigua. --Mi madre solía decir que mientras más lo piensas más te hace daño. —dijo la chica. El acento de Nao era tejano, y ella era de cabello rosa corto y ojos azules. Desde que Cillian la había conocido en el instituto no había visto otro tipo de tinte en su cabello.

--No podrías entenderlo...ni siquiera yo podría explicarlo para que sonará lógico. —dijo el muchacho.

--Cillian, nada aquí es lógico. —dijo la chica. –Destruimos nuestro planeta Cillian, ¿recuerdas?, la contaminación, los gases invernaderos, talamos las junglas, las plantas de energía nuclear. La tierra agonizaba, pero este es nuestra posibilidad de hacer las cosas bien está ves, Iniciar una nueva vida en otro planeta, Tormentas solares, agujeros de gusano, huir de la tierra y todos sus problemas...--todo esto suena tan fantástico hace 40 años todos lo pensarían una locura. Puedes confiar en mí. —dijo la chica. Mientras ponía su mano en el brazo de Cillian.

--Hay...algo raro en mí. —dijo el muchacho. —desde que maté a ese hombre. Algo raro ha pasado, es como si...algo en mí se hubiera despertado, algo dormido, algo oculto...algo como si...hubiese estado viviendo en mí desde siempre.

--Tienes razón no puedo entender nada de lo que estás diciendo, pero tal vez es remordimiento.

--Es que esa es la cosa Nao, no siento remordimiento por haber matado a ese hombre, Tenía a Silvy por el cuello con una daga en la garganta. —dijo Cillian.—Estoy empezando a ver gente que no está aquí...--dijo el muchacho.

--¿Ves gente muerta? —preguntó Nao en tono burlón.

--Muy graciosa, pero no creo que sean fantasmas, es algo más...--dijo el muchacho y volvió a subir la mirada, las sombras caminaban alrededor de la fogata.

Entonces una luz abrazadora cayó del cielo nocturno. Y gente cayó del cielo, aquellos hombres eran gente que vestían de negro, su ropa era militar con chalecos anti balas. Sobre la cabeza llevaban cascos con visión nocturna y llevaban metralletas.

--¿Cillian Kristopherson y Naomi Callum? —preguntó una voz sintetizada del interior de uno de los hombres.

--Si, somos nosotros. —Dijo Cillian Kristopherson.

--Bien. —respondió el sujeto y luego pasó a retirarse el casco de la cabeza. Para la sorpresa de Cillian, se trataba de una mujer en sus veintes. De cabello rojo hasta el cuello y ojos azules. —Soy Eneas Montesco. —dijo la chica. --Capitana de seguridad de la expedición del "Enkiros" El expediente de la misión habla de un tercer miembro de la expedición. la antropóloga Silvy Kirsten.

--Si, debe estar durmiendo todavía. —dijo Nao a la mujer.

--¿Qué es lo que está pasando? —preguntó entonces una mujer. Era Silvy quien había salido de su tienda. Ella tenía cabello largo rubio. De rostro afilado y ojos azules profundos. La chica se tallaba los ojos con el puño quitándose las lagañas.

AGNOSIA de 2 MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora