Harry el viejo en una peli de esas juveniles escuchando a Bili Elisa
El día de ayer había sido un momento mágico. Como el de su sueño extraño cuando era pequeño.
Draco tenía un no sé qué que todo lo hacía distinto y especial por muchas veces que le hubieran pasado esas mismas cosas antes. Generalmente las personas eran dóciles con él, pero el rubio no. Draco era atrevido, grosero y dramático. Estaba cargado de emociones que lo llenaban de experiencias nuevas y positivas. Le encantaba.
Acomodó las mangas de la camisa de vestir blanca que llevaba mientras se miraba al espejo con una pequeña sonrisa. Ahora si podía hacerlo y cada vez que lo hacía, veía a alguien nuevo. Alguien diferente y mucho más feliz.
Y es que le estaba haciendo bien, porque desde que lo había conocido no había dejado de verse en el espejo.
Cuando terminó de arreglarse fue a su solitaria cocina. Cogió un poco de café y bebió solitario en el mesón. Como pocas veces su soledad no le pesó, y el simple pensamiento de que algún día por fin podía vivir con alguien que lo hacía sentir bien consigo mismo fue el responsable.
Harry se consideraba una persona tranquila. Le gustaba los espacios abiertos, el ambiente, la música suave y ayudar a la gente.
Y el Lago Negro era su lugar favorito. Pocos sabían de ese sitio.
Estaba consiente de que a Draco probablemente no le gustaban esos lugares, ya había notado la admiración con la que veía sus productos caros y su carísima Saeta de Fuego. Y aunque estaba podrido en dinero, Harry era una persona sencilla. Se dió cuenta cuando Draco había estrellado la pantalla de su celular al sentarse bruscamente reflejando su incomodidad por el lugar, sin embargo, este hizo acopio de su virtud amable y se esforzó por pasar un momento agradable con Harry.
Y este día no había podido hablar con Draco puesto a que su teléfono lo tenía él en sus manos para repararlo. Le dió vueltas un par de veces. Tenía algunos años pero se veía conservado. Alguien importante tuvo que habérselo regalado, como sus progenitores, o algo.
Su propio teléfono sonó. Harry frunció el ceño. Normalmente recibía mensajes diarios de negocios a todas horas pero él silenciaba cada uno de los chats y los respondía cuando quería, por lo que el emisor de esa mañana tenía que ser alguien al que no le interesara negociar.
Como por ejemplo el chat de Draco.
Y el de Pansy, aquella extraña mejor amiga extremadamente curiosa. La tipa le preguntó con que pronombre podía dirigirse a él, y Harry no entendió esa pregunta. Esa fue la primera vez que se sintió viejo, ajeno a los temas actuales, así que la ignoró.
AMIGA DE DRACO:
Buenos días.
Solamente quiero saber como está mi teléfono... es una parte muy importante de mi vida, entiende que, no puedo vivir sin él.
Así que sí. Ahora mismo estoy de mal humor, si lo preguntas.Recordar el beso que compartieron lo hizo sonrojar.
YO:
Buenos días, cariño.Claro, tenía que mandarle unos corazones. A él le gustaría que le escribieran con corazones.
YO:
❤❣️¿Ahora qué? Ah, sí, ser un tipo coqueto. Le encantaba sus conversaciones cursis y medio sexosas con Draco. Demostraba la confianza que estaba empezando a nacer entre ellos.
ESTÁS LEYENDO
Dulce limón (RESUBIENDO... 💛)
Hayran KurguDónde Harry Potter se equivoca de número por andar en una peda. Mensajes de Whatsapp. 5# harco 27/04/19 ♡. ~EDITANDO~