Capítulo 9|"Último Pétalo"

4.5K 250 29
                                    


Respiré sonoramente al despedir el último invitado, había echado a todos prácticamente a patadas. Char y Lucien se habían marchado más que preocupados, mi actitud no fue la mejor, estaba demasiado alterada.

Tome un teléfono de la sala, corrí escaleras arriba hacía el baño de mi cuarto.

Un pitido, dos, tres...
«Porfavor contesta» rogué al escuchar que la llamada estaba por cortarse, sostuve el teléfono con fuerza en mi mano derecha «Porfavor».

—¿Hola?—Suspiré con alivio, dispuesta a soltar todo—¿Alessia? ¿Pasa algo?

No pude evitarlo, solté un sollozo.

—Hija, estoy en una reunión, ¿necesitas algo?—Respire profundo antes de hablar.

—Mamá... Hay alguien acosándome

🌻🌻🌻

—¿Por qué no vamos con la policía?—Le cuestionaba a mi madre mientras caminábamos fuera del aeropuerto.

—No Alessia he dicho que no iremos con la policía—La mire, me estaba enojando.

Le estaba explicando a penas había llegado que nos dirigieramos a la estación de policías, pero ella se negaba con fervor.

—¡Mamá hay un puto pedófilo acosandome! Hay pruebas suficientes para denunciarlo por acoso, y invasión de propiedad privada—Sin poder evitarlo perdí los estribos.

—¡Aveline! Esa boca muchachita, y he dicho que no, punto—Comentó enojada dirigiéndose a el auto.

—Como nos es a ti a quien besaron a la fuerza— Murmure viendo a otro lugar.

—Alessia, esto es diferente. No podemos incluir a la policía—La mire más que confundida.

¿Porqué no podíamos involucrar a la policía? ¿Acaso no es ese su trabajo? ¿Mantener a salvo a la población?

Mi madre al ver mi evidente cara de confusión, se dedicó a morder sus uñas con desespero.

—Tú sólo olvidalo ¿si? Dejamelo a mí, yo lo arreglaré —Me miro antes de susurrar—Llamaré a tu padre.

Ahora si no respondí nada, no queriendo saber nada de ese hombre que nos abandonó de una forma tan descarada. ¿Qué podía hacer él? Venir con falsa preocupación ahora que todo estaba mal cuando no se había preocupado de nada los últimos años.

Subimos a la parte trasera del auto, estaba vez usábamos el suyo, una Cadillac blindada, mi madre tecleaba y hacía llamadas por todo el camino.

Me mantuve al margen, ajena a todo, solo quería ir y relajarme un rato, olvidarme de todo. Noah miraba cada cinco minutos el espejo retrovisor, se aseguraba que nadie nos siguiera. Cuando por fin llegamos, baje del auto, fruncí el ceño al ver un auto de seguridad privada, me giré hacia mi madre pero ella se encontraba estrechando la mano con el que parecía el encargado de seguridad.

Me acerqué sigilosamente atrás suyo. El hombre se retiró dejando a un hombre alto rubio, no podía ver sus ojos ya que unos lentes oscuros los cubrían, era alguien realmente intimidante.

—Hija, saluda a Willy el nuevo integrante de seguridad—Estreche su mano con educación.

—¿Y Noah?—Pregunté, ¿acaso le había despedido por no cuidarme en la fiesta?.

—Oh, anda por ahí, no te preocupes no lo he despedido solo he tomado la decisión que ahora serán dos tus guardaespaldas—La mire un momento, no me quedo más que asentir.

–Supongo, que está bien—No tenía caso replicar, entendía que era por mí bien.

—Bueno Will, te presentaré a el personal de mi hogar, y te daré un par de indicaciones—Me alejé de mi madre, solo quería ir y dormir un rato. Me sentía cansada.

AlessiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora